Futuras Mamás

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Narra Addison

Despertamos a las dos de la tarde, con las piernas adoloridas y calambres en las manos, incluso escuché crujir mi mandíbula al bostezar.

- Ven aquí, dame besitos - dijo Mer, extendiendo sus brazos hacia mí mientras se estiraba.

Me acurruqué en su pecho, elevando mi mirada para llenar sus labios de tiernos besos.

- Me duele la vagina - dijo de repente, haciéndome reír a carcajadas.

- No te rías, en serio me duele - se quejó, haciendo pucheros.

La besé otra vez y no quise desprenderme de esos labios deliciosos, creo que nos pasamos con nuestra pasión de anoche.

- Debe ser por la fricción de nuestra noche romántica, mis uñas no están largas, no creo haberte lastimado - dije, analizando su dolor en mi papel de ginecóloga.

- Puede ser ¿A tí no te duele nada? - preguntó, acariciando mi rostro.

- Sí, creo que tengo varios roces ahí abajo, te dije que era mala idea tener sexo en la ducha - contesté, con una mirada de regaño.

- Me dejé llevar - respondió, con una mirada inocente, comprándome con sus besos.

Hubiera dado lo que sea por quedarme en cama todo el día, recibiendo su amor y cariño, pero una llamada me obligó a moverme, era Derek.

- Addie, necesito tu ayuda - dijo, desde el otro lado del celular.

- ¿Pasó algo malo? - pregunté, recogiendo mi cabello y buscando algo de ropa.

- Harley está fuera de control, ayúdame - dijo, con un tono de súplica.

- ¿Fuera de control? ¿De qué hablas? - pregunté, mientras me daba cuenta de que mis pantalones favoritos ya no cerraban.

- No suelta el celular, se enoja conmigo y ahora está encerrada en el baño porque no la dejé salir con sus amigas a una pijamada- me explicó, sonando muy desesperado.

- Derek, está entrando a la adolescencia, es obvio que se volverá rebelde y desesperante como cualquier adolescente, sólo dale algo de tiempo, habla con ella, no soy la única que puede lidiar con esos asuntos, somos un equipo, haz tu parte - dije, frustrada por su pedido y porque mi ropa no me quedaba para nada.

- Bien...tienes razón, lo lamento, hablaré con ella, que tengas un buen día - con eso último, colgó la llamada y yo me senté en la cama dando un largo suspiro.

- ¿Necesitas ayuda? - preguntó Mer, mirando mi pantalón a medio subir.

- No cierra, amor - dije, intentando abrochar mi pantalón, pero era imposible.

- No lo fuerces, te harás daño, mejor busquemos otra cosa ¿Sí? - dijo, dándome un besito.

Ella eligió un lindo vestido que no había usado nunca y que hacía resaltar a mi pancita, me encanta, cada vez me siento más felíz con mi embarazo.

- Hola, bebé, descuida, no dejaré que mamá te ahogue con esa ropa super ajustada - dijo mi novia, pegando sus labios a mi vientre.

- Qué exagerada - me quejé, poniendo mis ojos en blanco.

- También trataré de no hacerla enojar tan seguido, pero no te prometo nada - concluyó, dándole un besito a mi panza para luego subir y abrazar mi cintura, dándome varios besos por todo el rostro.

- ¿Iremos al hospital? - pregunté, mientras me entregaba a sus abrazos.

- Sí, dijiste que haríamos el turno tarde y un turno nocturno para compensar lo de esta mañana - respondió, dándome un último beso rápido que me dejó con ganas de más.

No Te Odio // Meddison // Grey's Donde viven las historias. Descúbrelo ahora