Quiero Todo Contigo

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Narra Meredith

Regresamos al trabajo con mucho menos estrés, nuestro turno finalizaba en menos de una hora, así que queríamos terminar el papeleo a tiempo y no dejar nada pendiente, así podríamos ir a casa y continuar con nuestra diversión.

Mis amigos y yo organizamos todo para mañana, los internos podrán observar su primera cirugía y debemos prepararlos, aunque ellos sean una completa pesadilla.

- Éstos cólicos me están matando - me quejé, al sentir un fuerte dolor en mi abdomen.

- ¿Por qué no le pides a Addison alguna medicina para el dolor? - preguntó Alex, con una mano en mi hombro.

- Ya lo hice, debo tomar su remedio dos veces al día - dije, pensando en sus manos mágicas y esa maravillosa boca que me alivian de cualquier dolor.

Justo en ese momento, Addie llegó para abrazarme y darme un tierno beso en la mejilla, aprovechando para saludar también a los demás.

- Te ves cansada ¿Fue un día largo? - preguntó Cristina a mi novia.

- Lo fué, creo que todos nos merecemos un buen descanso - dijo ella, con su carita exhausta, es hermosa.

- Tienes razón, los internos van a volverme loca - se quejó Cristina, quien pasó todo el día huyendo de ellos.

- Son muy entusiastas, aprenden rápido - dijo Izzie, muy orgullosa del progreso de sus patitos.

- Tienes demasiada paciencia, es algo admirable - la elogió George, diciendo lo que todos pensamos.

- Addison ¿Eso es sangre? - preguntó Alex al notar una pequeña mancha roja en la manga de Addie.

- ¿Qué? No...no, claro que no, mi bolígrafo rojo se rompió y manchó todo con tinta, eso es todo - dijo, sellando esa excusa con una risa nerviosa, es muy mala mintiendo.

- Mejor nos vamos, tenemos cosas que hacer en casa - interrumpí, tomando a mi chica para alejarnos de esas miradas de asombro y picardía.

Corrí con ella hasta el auto, Harley pasará ésta semana con su padre, así que aprovechamos para tener unas cuántas noches a solas en mi casa...bueno, no a solas, vamos a estar con mis amigos.

Al llegar, sólo quise acostarme en la cama, no tenía ganas de nada, ni siquiera de estar con mi novia.

- ¿Quieres un masaje? - preguntó, quitando sus zapatos para recostarse conmigo.

- No - respondí, buscando alguna posición que aliviara mis cólicos.

- Compré unas pastillas para el dolor, te harán sentir mejor - dijo, acercándolas a mí junto con una pequeña botella de agua que guardaba en su bolso.

- Eres tan linda - dije, aceptando su ofrenda con mucho amor y agradecimiento.

- Sólo quiero que estés bien y que esos cólicos no te molesten - respondió, acompañándome y dándome un tierno abrazo.

Sus brazos me dieron un alivio enorme, me hizo caricias suaves, dejando que descansara sobre su pecho, me siento en paz a su lado, ella es mi lugar favorito.

Narra Addison

Pasaron unos cuántos meses, Mer y yo estamos celebrando nuestro octavo mes como novias, ahora mismo, ella está sobre mí. Sus piernas están entrelazadas con las mías, las velas a nuestro alrededor se derretían mientras nuestros gemidos aumentaban y llenaban toda mi habitación.

- Hazlo más rápido - suplicó, respirando con dificultad.

Moví mis caderas con más intensidad, mi intimidad no dejaba de rozar con la suya, ambas estábamos completamente húmedas. Sujeté su cintura para pegarla aún más a mí, quiero escucharla gemir hasta hacerla acabar.

Continuamos sin parar ni por un segundo, me aferré a ella y mordí su hombro sintiendo que ya no podía aguantar. Ella dió unas últimas embestidas y ambas llegamos a un orgasmo inigualable. Lancé gemidos agudos mientras mis piernas temblaban, era la forma perfecta de culminar con nuestra noche especial.

Habíamos pasado horas haciéndolo y nuestros cuerpos estaban sudorosos y cansados, no nos quedaba ni una sola gota de energía.

- Mañana tenemos que trabajar - dijo, sujetando mi mandíbula y besando mis labios cansados.

- Lo sé, odio eso - respondí, besándola una vez más, sin querer dejarla.

- ¿Tomamos un baño? Así podremos relajarnos - preguntó, acariciando mi espalda con sus manos suaves.

- ¿Prepararías la tina por mí, princesa? - pedí, haciéndole ojitos para convencerla.

- Claro, mi amor - respondió, dejándome en la cama para ir al baño y cumplir con mis caprichos, la amo.

Llenó la bañera con agua tibia, agregando pétalos de flores y espuma que nos cubría casi hasta el cuello. Nos dimos unos cuántos besitos mientras disfrutábamos de nuestra compañía, se siente muy bien hacer cosas juntas. Por fin estábamos relajadas, mis piernas se sentían pesadas, necesitaba un momento así.

- Amo pasar mis noches contigo - dijo Mer, acariciándome con la punta de sus pies.

- Yo también, bebé - contesté, besando sus piecitos pequeños.

Nos bañamos con mucha tranquilidad, despejando todo el estrés y el cansancio que habíamos acumulado en esa noche de pasión.

Dejamos el baño atrás y regresamos a la cama, cambié las sábanas y dejé todo listo para acostarnos, estoy muriendo de sueño.

- Addie - dijo Mer luego de que nos acomodáramos para dormir.

- Dime - respondí a duras penas.

- Me gusta estar en tu casa - dijo, oliendo mi cabello y abrazándome desde atrás.

- A mí me gusta que tú estés aquí - contesté, besando su mano.

Mis ojos empezaron a cerrarse, estaba cayendo en un sueño muy profundo, por fin podía descansar.

- Addie - agregó, interrumpiendo mi intento de dormir.

- ¿Qué?...- pregunté, sin abrir mis ojos.

- Me gusta que seas mi novia - dijo, besando mis mejillas.

- A mí también me gusta, bonita - volteé para quedar frente a ella y darle besitos, no puedo resistir su ternura.

- Te amo mucho - dijo, mientras yo volvía a acomodarme para dormir.

- Yo también, mi vida, ya duérmete - dije, abrazándola, para volver a mi sueño.

- Addie...- volvió a empezar, colmando mi paciencia por completo.

- ¡¿Qué?! Mer, quiero dormir - me quejé, queriendo terminar esa charla de una buena vez.

- Lo siento...sólo estaba pensando en cómo verían nuestros bebés si pudiéramos tenerlos con ambos genes - dijo, pensando en tonterías cursis.

- No lo sé, amor, ya duerme - me dí vuelta e intenté ignorar todas sus intervenciones.

Lamentablemente, sus ideas ya se habían metido en mi cabeza, ahora sólo puedo pensar en nuestros futuros bebés.

- Creo que definitivamente tendrían tus ojos - contesté, imaginando a una mezcla perfecta de nosotras dos.

- Y tu sonrisa - dijo, felíz de que haya decidido seguirle la corriente.

- Amaría que tuvieran tu risa y esa linda forma de caminar - dije, volviendo a contemplar su rostro para admirar su infinita belleza.

- Yo amaría ver en ellos ese adorable gesto que haces cuando te emocionas y escuchar tu voz cuando hablemos - me dió varios besos, ahora sólo quiero poder tener un bebé con ella.

- Te amo, MerMer - susurré, acurrucándome bajo su brazo, sintiéndome a salvo.

- Te amo, mi Addie, ya puedes dormir tranquila - dijo, con una pequeña risa traviesa, dejando un último beso sobre mis labios enamorados.

Esa noche sólo pude soñar con nuestro futuro juntas, quiero todo con ella, un hogar, una familia, una vida...ella es mi todo.

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Son tan lesbianas 😭❤️

No Te Odio // Meddison // Grey's Donde viven las historias. Descúbrelo ahora