Noche a Solas (+18)

220 17 1
                                    

Narra Addison

Mer me ha estado sobreprotegiendo demasiado, con dietas y ejercicios que detesto por completo. Hoy pasé todo el día en el hospital, atendiendo consultas y comiendo algunas cosas a escondidas, me siento vigilada, todos están del lado de Meredith en ésto, no es justo.

Ahora mismo, estoy atendiendo una cirugía muy complicada, un trasplante de corazón en un bebé recién nacido. Llevo más de cinco horas de pie con 4 meses y medio de embarazo, no tengo una gran panza, pero poco a poco empieza a pesar.

- Doctora Montgomery, estamos teniendo complicaciones - advirtió Cristina, mientras realizábamos las milimétricas conexiones vasculares y aórticas.

- Hazte cargo, necesito...- unas fuertes náuseas cortaron mi frase a la mitad.

- ¿Te sientes bien? - preguntó Arizona, acercándose a mí.

- Creo que voy a vomitar - dije, sujetando mi pancita.

- Yo me encargo, Robins, quedas a cargo de la cirugía - anunció Bailey, entrando al quirófano y sujetando mi brazo para llevarme afuera.

- Debo continuar, es una cirugía importante- me quejé, intentando regresar.

- Mírame ¿Las náuseas son muy fuertes? - preguntó, mirándome a los ojos.

Apenas terminó esa frase, me incliné y vomité sobre mis pies, respirando con dificultad y sintiéndome débil.

- Necesitas descansar, pudiste haber contaminado el quirófano - me regañó, sobando mi espalda.

- Lo hubiera contenido - respondí, limpiando mi boca.

- Mira, como alguien que ha operado estando embarazada, te recomiendo dejar de lado las cirugías tan largas - recomendó, mientras yo me disponía a limpiar mi desastre como si nada hubiera pasado.

Es obvio que ella tiene toda la razón, pero la complejidad de aquella cirugía me fascinó y me capturó por completo, no pude negarme a realizar un acto de semejante magnitud.

Luego de cambiar mi ropa y zapatos, Miranda me acompañó hacia la recepción, en dónde revisé algunos papeles y me dediqué a hacer un trabajo más relajado, me siento vigilada, mis amigos están cuidándome más de lo que yo misma me cuido, eso es tierno, pero también me pone de mal humor.

Narra Meredith

Luego de una mañana caótica, fuí a la recepción junto con Mark, hablando tranquilamente sobre un nuevo caso, cuando me topé con mi novia, quien estaba usando esas hermosas gafas que la vuelven mil veces más atractiva y me hacen tener pensamientos impuros.

Me acerqué a ella, metiéndome en su charla con Richard y la doctora Bailey como si fuera la dueña del lugar.

- ¿De qué hablan? - pregunté, sentándome sobre el mostrador.

- De nada que te incumba, rubia - respondió Addison, haciéndome gestos para molestarme.

- Bien, no me interesa - dije, poniendo mis ojos en blanco.

- Bien, entonces lárgate - agregó, con un gesto de molestia.

- Eso haré, genia - dije, con mi voz burlona.

- Muérete - dijo, levantándose de su silla y  asustando a nuestros amigos por la seriedad de sus palabras.

- Mátame - la desafié, acercándome más y quedando a escasos centímetros de su boca.

- ¿A besos? - preguntó, regalándome una tierna sonrisa que me derritió.

- Claro que sí, cosita bonita...¿Nos vemos a las nueve en mi casa? - pregunté, robándole un besito y emocionándome como una niña por nuestra cita de hoy.

No Te Odio // Meddison // Grey's Donde viven las historias. Descúbrelo ahora