Matemáticas

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Stephanie se despidió de Ziggy, quien tenía clase de matemáticas con los demás del grupo. En el caso de la pelorosa debía ir a la clase de lengua y literatura, su asignatura favorita.

Los chicos entraron a la clase. Trixie había tomado ya asiento y sus materiales estaban sobre la mesa.

El mimado del grupo se sentó a su lado como de costumbre. Ziggy y Pixel detrás de ellos dos.

- Oye, Trixie - dijo Ziggy sacando sus cosas -, se han llevado a Victoria al hospital.

- Que se joda. —Respondió bruscamente la pelinegra.

- ¿Qué ha pasado? —Preguntó Pixel limpiando su calculadora.

- Nada, no quiero que se hable del puto tema.

Ziggy empezó a escribir en un papel lo que había sucedido en la clase anterior. El informático, al leerlo, se quedó boquiabierto.

¡¿En serio le ha hecho una brecha en la cabeza a Victoria con la raqueta?!

Ziggy se lo confirmó indicando con el dedo la herida que tenía la chica en su cabeza. Desde un trozo antes de la frente hasta casi a la altura de su oreja.

Pixel escribió en el papel el por qué de esa reacción por parte de su amiga, pero el glotón solo se limitó a mover los hombros hacia arriba en señal de desconocer la causa.

Mientras, Stingy pensaba en el trasero de Trixie con esas mallas cortas.

¡Se un caballero, estúpido! ¡A las chicas les gustan los hombres con educación y, sobre todo, con caballerosidad!

En cambio, ella estaba sumergida en sus pensamientos. De vez en cuando, le llegaba a la memoria la última vez que vio a su padre y la abandonó. Los problemas familiares entre ella y su madre empezaron a raíz de su divorcio provocando que el padre se marchara de la casa sin mencionar su regreso.

La dura guerra del alcoholismo que lidiaba Bárbara comenzó cuando de noche se tomaba solo un vaso de whisky con refresco y hielo. A medida que pasaron los años, el whisky no llevaba refresco ni hielo y menos vaso. Directamente, bebía de la botella. Aunque, dependiendo del día, se lo toma con su vaso.

Trixie llevaba desde los siete años — edad la cual el padre se largó— realizando el rol de padre y madre. Los servicios sociales iban a ver, siempre con previo aviso, como iba la vida de la joven en su hogar.

Por fortuna, Trixie era buena en sus estudios e intentaba sacar buenas notas para que los servicios sociales vieran sus calificaciones.

La vida se desmoronaba para una adolescente de 17 años que estaba a punto de terminar el instituto.

Trixie regreso en sí cuando vio a la profesora de matemáticas entrar en el aula. Suspiró y miró a Stingy por unos segundos cuando este miraba al infinito. Ella regreso su mirada a su cuaderno de matemáticas y Stingy la miro por unos instantes pensando en lo bonita que era.

Nunca pruebes el alcohol - TringyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora