- Hola, ¿cómo están, Nicole y Matthew?
La pelinegra les dio la mano a ambos y los dejó entrar en su casa.
Nicole era una mujer de unos 54 años; de pelo corto negro; ojos marrones; muy delgada y de estatura media. Matthew era un hombre mediano de 50 años ; medio calvo y rechoncho y ojos verdes oscuro. Ambos miraron a su alrededor por si encontraban algo que les pudiera captar la atención.
- ¿Dónde está tu madre, Trixie? - preguntó la mujer con voz de mosquita muerta - No la vemos.
- Se ha ido a comprar, no creo que tarde mucho.
Bárbara entró dejando las llaves en el plato que había en la entrada.
- ¡Hombre! ¿Cómo están? ¿Les apetece un café?
- No gracias. —Respondieron ambos.
La chica les invitó a pasar al salón, mientras que Bárbara dejaba las «bolsas» en la cocina. Luego, fue al salón rezando al señor que les salvara de este apuro una vez más. Tomó asiento en su sillón, Trixie estaba sentada en el sofá al igual que Nicole y Matthew estaba sentado en el otro sillón.
- ¿Cómo te van las clases, Trixie? —Le preguntó el hombre rechoncho sacando su libreta y el bolígrafo.
- Bien, pronto me darán las notas.
- ¿Qué día?
- Después de las fiestas de Lazytown.
- ¿Dentro de tres semanas?
- Creo que sí, no sé cuando son.
Tanto uno como el otro iban anotando en todo lo que iba contando la joven.
Mientras, Trixie miró a su madre y esta le hizo una señal de que cuando fueran a la habitación de su progenitora corriera para guardar las compras.
- Bárbara, ¿nos puede mostrar su habitación, por favor? - preguntó Nicole - Para saber que todo está en orden.
- Faltaría más.
La mujer les indicó donde estaba su habitación. En cambio, Trixie fingió atarse los zapatos para ganar tiempo y guardar las bolsas.
Los inspectores fueron al dormitorio de Bárbara y su hija guardó las bolsas en el armario de la limpieza. Cuando las dejó se fue al cuarto de su madre.
Nicole echó un vistazo a la habitación de la mujer apuntando todo lo que veía. Entró al baño y no había rastro de petacas o botellas.
- Me sorprende mucho Bárbara, lleva tres semanas sin probar ni gota.
- Gracias a Dios puedo seguir con mi vida junto con mi hija.
Nicole le pidió a su compañero que fuera a la habitación de la menor para ver si había botellas guardadas. Aquello molestó a Bárbara.
- Oiga Nicole, más le vale que a su compañero no pase mucho tiempo a solas con mi hija.
- ¿Qué insinúa, Bárbara?
- No me causa mucha gracia que un señor esté a solas con una menor. ¿Comprende?
- Somos muy profesionales, Bárbara. Matthew es un gran hombre.
- Ya y los gatitos hacen miau.
Matthew entró en la habitación de la adolescente. El hombre observó que en su mesa solo había cuadernos y algunos libros. Sobre la cama estaba su mochila. El hombre le pidió que la abriera para husmear y que no hubiera nada sospechoso. La chica obedeció y empezó a sacar sus cuadernos, el estuche y los libros.
- Parece que todo está bien, Trixie.
El hombre sonrió. Antes de salir, el hombre le cerró con cuidado la puerta y comenzó a interrogar a la joven.
- ¿Es cierto que tu madre lleva tres semanas sin beber?
- Así es señor.
- ¿Y cómo te va el instituto?
- La verdad es que muy bien, ya tengo ganas de terminar el curso.
- ¿Y has pensado en ir a la universidad?
- Sí, pero todavía no sé en cuál meterme.
A Trixie se le escapó una risilla nerviosa y el hombro lo notó. Se acercó un poco a ella tocando su mejilla.
- Puedes decirme la verdad, Trixie - el hombre era muy tocón y quería aprovecharse de ella -. ¿Es cierto que tu madre lleva tres semanas sin beber?
Trixie afirmó con la cabeza deseando meterle un puñetazo al estómago de ese hombre rechoncho.
- ¿Segura? No me estarás mintiendo, ¿verdad?
- No - respondió la chica -, estoy igual de segura que si salgo ahora y dijo que usted ha empezado a manosearme e invitarme de forma descarada a que le practique una felación.
El hombre mantuvo su sonrisa en su grasiento rostro. Abrió la puerta y ambos bajaron a la planta baja como si no hubiese pasado nada.
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Nunca pruebes el alcohol - Tringy
FanfictionLa vida de Trixie es un caos con tan solo 17 años tras lidiar con una madre alcohólica desde pequeña. Con el tiempo, Stingy empieza a sentir cosas por ella deseando ser su perro fiel e intentar salvarla. Ambos deberán sobrellevar peleas, amenazas f...