Polos opuestos

2 2 0
                                    

Stephanie estaba comiendo con su tío, quien había salido tarde de trabajar, la lluvia le había pillado de camino a casa. 

- ¿Cómo te ha ido el día, querida?

- Bien - respondió la pelorosa pensando en lo que había sucedido en el recreo -, bien.

- ¿Segura?

Stephanie dudó si contárselo a su tío, pero al final le pareció buena idea hacerlo haber si él le podía dar alguna pista o consejo.

- Esta semana, he notado que Trixie estaba muy baja de moral.

- ¿A qué te refieres?

- No sé. La veo extraña y, esta mañana en el recreo, le hemos preguntado a ella y a Stingy si se encontraban bien porque ambos estaban muy callados y, normalmente, no suelen estarlo. Además - añadió la chica -, Stingy le ha insistido bastante a Trixie de por qué no decía nada y su respuesta ha sido echarle un vaso de agua a la cara. Cuando he ido a por ella en el servicio del recreo, me ha contestado que no quería hablar del asunto.

- Entiendo - Milford sabía de hacia años la vida familiar de la amiga de su sobrina -. Querida, debes comprender que puede que los dos hayan discutido por algo y no querían hablarse entre ellos. También, y esto no se lo digas a nadie, Trixie tiene una madre alcohólica que algunas veces he pasado por delante de su casa y escucho gritos entre ella y Bárbara.

- No sabía que la madre de Trixie tenía problemas con la bebida.

- Por desgracia, sí. 

- Nunca me lo había contado.

- ¿Y por qué debería hacerlo? Piensa un poco, querida. Que ella tenga problemas familiares con su madre porque esta no sabe dejar de beber, eso no es asunto tuyo ni de nadie, solo de ella. Tal vez, Stingy sabe que tiene ese problema en su casa le habrá intentado dar alguna solución, pero ella la habrá rechazado. O puede que ambos tengan una relación.

- ¿Stingy y Trixie? - aquello le sonaba imposible, los padres de Stingy ya pusieron mala cara cuando su hijo se reunía con ellos para hacer planes - Podría ser, pero me da la sensación de que no lo son.

- Puede que te resulte increíble, pero los polos opuestos se atraen muchísimo.

Stephanie empezó a reír, sobre todo, porque ella y Sportacus llevaban un tiempo que solo se mandaban mensajes con el móvil. El sábado por la tarde iban a quedar para estar a solas. 

Nunca pruebes el alcohol - TringyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora