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Trixie logró abrir la puerta de su casa. Los nervios todavía se apoderaban de su sistema nervioso.

- Pasa y hablemos de lo que quieras.

Stingy entró y la adolescente le señaló que fuera a la cocina.

- ¿Tu madre no está en casa?

- Estará en su habitación.

La chica cerró la puerta y se fue a la cocina. La cena de Bárbara estaba allí, no había probado bocado.

Lo único que debe hacer y ni eso, no sé para que me molesto en preparar su pechuga asada.

- Se le habrá olvidado cenar - comentó Trixie guardando la comida con papel de aluminio y metiéndola en la nevera -, a veces se le pasa.

Stingy miró la cocina. No era muy pequeña, era blanca y una ventana. Además, estaba el armario donde Trixie esconde las «bolsas de la compra».

- Toma asiento, ¿quieres cenar?

- Cena tú - le respondió el chico -, ya comeré cuando llegue a casa.

- Tus padres estarán preocupados, Stingy - decía Trixie calentando su cena -, ¿seguro que no quieres nada?

- No.

Trixie tomo asiento al lado del chico devorando su cena de forma rápida por culpa de la ansiedad y los nervios.

- Come despacio, por favor.

La pelinegra respiro fuerte por la nariz.

- Cuando los nervios me matan, la comida se me hace muy insípida.

- Deberías aprender a controlarlos.

- ¿Acaso tu lo haces?

- Lo intento, al menos.

Trixie estaba al borde de su colapso mental. La mayoría de las noches cenaba sola; no estaba acostumbrada a que hubiera alguien con ella en la cocina; recordar el encuentro inesperado con Matthew era inaguantable en su mente y pensar que la espiaba la puso enferma.

- Lo que te ha pasado esta semana - decía Stingy apoyando su cabeza en la pared -, ¿tiene que ver con el gordo ese del Chevrolet negro? Has estado muy distante desde el lunes que nos besamos debajo de la casa del árbol y, pensaba...

- Deja de hablar - le pidió la chica aguantándose las ganas de llorar -, por favor.

- Trixie - la mano de Stingy tocó su pelo suave y negro, desesperado quería saber qué le sucedía a la chica quien le había robado su corazón -, ¿por qué no me cuentas qué es lo que te pasa? Soy una jodida tumba, nadie sabrá...

- Vivo con mi madre que tiene problemas con la bebida, mi padre me abandonó a los siete años y, desde entonces, vivo en un maldito infierno. El hombre del Chevrolet negro se llama Matthew y es un inspector de servicios sociales. En tres semanas, lo vuelvo a ver a él y a Nicole. Piensan que mi madre lleva tres semanas sobria, pero es mentira. Ahora ya sabes más o menos como es mi vida.

Stingy, pese a qué mantenía el semblante serio, por dentro estaba muerto. Muerto por no poder salva a Trixie.

Nunca pruebes el alcohol - TringyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora