Bárbara

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Trixie se fue a por Stephanie e ir juntas hasta el instituto. Bárbara esperó a que su hija se reuniera con su amiga y desaparecer por el camino. Cuando las perdió de vista, volvió otra vez dentro yéndose a la cocina.

Su cerebro solo le enviaba impulsos, pensar se le había ido casi por completo. Abrió el armario de los vasos, cogió uno y en el armario donde guardaba el arroz; el cacao y al azúcar tenía una pequeña trampilla donde escondía una pequeña botella de vodka. Antes de abrirla la miró por unos instantes.

Su sabor es fuerte; su color es transparente; su objetivo es hacerme vulnerable y provocar que la realidad la tenga alterada, pero un último trago no me... - la mujer se paró a pensar, dejó la botella a un lado - Por una vez en tu mierda y asquerosa vida, guapa, has estado casi una semana sin probar ni gota porque afuera hay un gordo deseando acostarse con tu hija. ¡Deja el puto alcohol, borracha!

Bárbara se sentó en el suelo pensando que su vida podría haber sido muy distinta si nunca se hubiera refugiado en el alcohol. La cabeza permanecería llena de recuerdos bonitos con su hija, sin embargo, solo le venían a la mente problemas con la bebida; su temperamento descontrolado; el hecho de haberle llamado zorra y prostituta a su propia hija; la agresividad con la cajera de la tienda; el insulto hacía Trixie por no haberse hecho cargo de su madre y no ella de su hija.

La mujer se levantó, observó la pequeña botella de vodka, la cogió y todo su líquido fuerte se fue por la cañería de la pica junto con el agua que salía del grifo para que no oliera tan fuerte a alcohol. Púdrete, dijo la mujer a regañadientes.

Tras haber echado todo el vodka por la tubería de la pica, Bárbara se fue a su habitación. El síndrome de abstinencia le daba fuertes latigazos en su espalda y, sobre todo, en su cerebro. Para no recibir más castigo, pensó en irse a dar una vuelta y empezar a hacer ejercicio.

Bárbara Kolman, por primera vez en su vida, se fue de casa para ir a andar y disfrutar de aquello que se encontraba a su alrededor. La bebida llevó mucho tiempo nublándole la vista.

Nunca pruebes el alcohol - TringyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora