Dulces agrios (Segunda Parte)

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- Chicas - Pixel se acercó a ellas -, Ziggy y yo vamos a la caja.

- De acuerdo - respondió Stephanie -, no creo que tardemos en coger alguna chuche.

El informático y el glotón se fueron a la caja. Mientras, Trixie cogió un paquete de papas fritas y la pelorosa una bolsa de golosinas.

En la caja, la empleada observó a la pelinegra y se percató que era aquella chica cuya madre se pasó de agresividad por solo cinco dólares.

La cajera cobró a Stephanie y luego a Trixie.

- Serán dos dólares, ¿los tienes?

- Los tengo - contestó Trixie sin caer en la cuenta que la empleada se lo preguntó a propósito -, tenga.

Trixie miró a aquella joven que le cogió el dinero y trago saliva al reconocerla. La empleada sonrió esperando alguna respuesta por parte de la menor o decir algo que pudiera romper el ambiente.

- Gracias. —Dijo la cajera y Trixie le sonrió.

Los chicos estaban afuera hablando de coches, música y deportes.

- ¿Te encuentras bien, Trixie? —Le preguntó Stephanie en voz baja.

- Sí.

Mamá le montó un puro a esa chica por solo cinco dólares. Creo que me ha reconocido y esa pregunta la ha formulado adrede

El grupo regresó de nuevo al parque. Allí se sentaron en el suelo y siguieron hablando de música. Mientras hablaban sobre su futuro académico a Trixie le vino a la cabeza, Matthew.

El gordo ese, ¿estará fuera de casa? ¿o ha llamado al timbre a mamá y lo ha dejado pasar? No lo creo, mamá me hubiera avisado... ¡aunque si está borracha no le daría tiempo a decirme algo!

La pelinegra empezó a hiperventilar, apenas podía respirar bien.

- Trixie, ¿te encuentras bien?

Ziggy se había percatado que su amiga no se encontraba muy bien.

- Esperad que tengo agua - comentó Stephanie sacando una botellita de su mochila -, toma Trixie.

- ¡NO! —Respondió la chica cogiendo aire.

La adolescente estaba padeciendo un ataque de ansiedad y necesitaba huir del parque, de todos los que estaban en ese lugar.

- Me voy a casa, debo volver a casa.

- Te acompa...

- ¡No! - le interrumpió a su amiga - Voy sola, no os preocupéis.

- Trixie - exclamó Pixel -, no puedes ir sola en ese estado. Te acompañamos a casa.

La chica empezó a negar con la cabeza, se dio media vuelta dejando sus patatas fritas en el suelo y se fue a paso ligero hacia su casa.

El pensamiento de que Matthew estuviera afuera de su hogar, teniendo a su madre en un estado vulnerable por culpa del alcohol, le daba miedo. Tras ella, iba Stingy cogiéndole del brazo y aligerando más el paso.

Nunca pruebes el alcohol - TringyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora