Nunca pruebes el alcohol - Tringy

¡No me toques las pelotas!

El grupo de los cuatro todavía seguía discutiendo enfrente de la casa de Stephanie.

- Sportacus - en el medio del acalorado debate entre la pelorosa y el héroe se metió Ziggy -, si vas a pelearte con esos chicos yo te voy a ayudar.

- Yo también - se unió Pixel -, ya está bien que vayan atemorizando a todas las personas de Lazytown como si fueran la mafia.

- ¡Chicos, voy a pegarme con ese niñato y...!

- Tú no vas a pegarte con nadie, Sportacus - apareció Stingy algo acalorado tras haber acelerado el paso por si no los pillaba -. Ken es mío, soy el único que le puede derrotar.

- Ken estuvo en un centro de menores durante tres años y es bastante peligroso, Stingy - explicó Pixel -. Roger tiene un pase porque necesita la ayuda de sus amigos y su primo, pero Ken ya está algo cuajado de tanta lucha.

- Yo también, Pixel, no solo me he peleado con Roger. También, con chicos que han vivido en albergues; en centros de menores e incluso una vez con uno que salió del correccional. He usado mis puños y alguna que otra vez mi navaja. He recibido golpes en mi cara, cortes en mis labios y cejas y todavía sigo vivo. Pelearme, cuerpo contra cuerpo, con Ken Gallagher no es nada en comparación con el chico del correccional. Ese tipo me causó una lesión fuerte en el hombro izquierdo que, hasta el día de hoy, hay días en que me duele mucho al moverlo. Pese a qué venga de una familia adinerada, no soy el típico pijo que nunca ha probado el sabor de la sangre en su boca, estoy más que harto de saborearla.

Tras esa intervención del mimado, Sportacus no iba a permitir que uno de sus amigos volviera a las andadas.

- Lo siento Stingy, pero a mí me han citado mañana y yo tengo que ser el único en presentarme allí. No quiero que vengáis.

- Te vas a joder, héroe - la chulería que demostraba el pijo no le gustó ni un pelo al rubio -, pero si tú vas, yo voy. Ken es mío.

- Stingy - Sportacus le apetecía golpear a su amigo -, es mi combate...

- ¡NO LO ES!

El pijo se acercó al héroe dejando muy poco espacio entre ambos. Aquella situación le puso los pelos de punta a Stephanie. En cambio, Pixel y Ziggy intentaron separarlos, pero no pudieron.

- ¡No me vaciles Stingy, si te veo mañana en ese maldito aparcamiento, después de zurrarle de lo lindo a ese hijo de puta, iré a por ti!

- ¿A sí? ¡Pues estoy deseando probar esos puños si es que los usas para la guerra y no para otras cosas!

Aquello último iba con segundas. El héroe supo a lo que se refería y como reacción le golpeó en su rostro.

- ¡SPORTACUS! —Gritó la pelorosa intentando calmarlo.

Ziggy se quedó boquiabierto y Pixel ayudó a levantar a su amigo. Pese que era demasiado tarde, el héroe le pidió disculpas y Stingy las aceptó. No iba a haber rencores entre ellos.