Cena explosiva

2 2 0
                                    

Trevor, un chico de 1,90 que trabaja como abogado en el despacho de su padre; moreno con el pelo un poco largo; ojos azules oscuro como si el océano se hubiera metido en su iris; sin pasarse de musculoso ni tampoco de delgado subió las escaleras de la primera planta en dirección a la habitación de su hermano pequeño.

- ¡Stingy! - golpeó dos veces la puerta - La cena está lista.

- ¡Voy!

Stingy había terminado de hacer un trabajo para biología, aparte de escribir algunas notas sobre sus pensamientos por Trixie.

¡Maldita sea, Trixie! ¿Por qué tuve que besarte?

El pijo bajaba por las escaleras con su batín azul. El hambre se había esfumado de su estómago solo quería estar a solas con la chica que le había robado el corazón y besarla hasta quedarse completamente dormido.

El adolescente entró en el comedor, colgó su batín en el perchero que había al lado del marco de la puerta y tomó asiento. Enfrente suya tenía a su madre, directora de una empresa de moda; pelo largo teñido de rubio ceniza y unos grandes ojos de un color semejante al desierto del Sáhara. A su lado izquierdo, estaba su padre. Un abogado muy respetado en la ciudad. De semblante serio; bigote fino; el color de sus ojos era de un marrón oscuro casi negro. Y a su lado derecho, se encontraba su hermano, Trevor. Un artista frustrado destinado a ser abogado por obligación de sus progenitores.

Durante la cena, que solo se escuchaba el sonido de los cubiertos al cortar la carne y las verduras al horno, Margerine le preguntó a su hijo pequeño con quién se había besado esta mañana al finalizar las clases. Tanto Trevor como Abraham miraron al menor. Pese a que las miradas estaban encima suya, Stingy permaneció sereno.

- No invente, madre, no he estado con nadie esta mañana. He terminado de salir de las clases y he regresado solo con el coche a casa.

- Lourdes, la vecina que vive al lado de nuestra casa, me ha comentado que esta mañana te ha visto discutiendo con una chica y, luego, debajo de la casa del árbol besándote con ella. ¿Quién es?

- Desconocía que fueras todo un Don Juan, Stingy. —Dijo Trevor a modo de burla.

Sin embargo, el pijo permanecía serio negando que no se había besado con nadie.

- Venga Stingy - habló Abraham -, ¿quién es ella? ¿Es del instituto? Podríamos conocerla.

- No es nadie, dejen el tema.

- Lourdes me ha confesado que esa chica es morena de pelo lacio y un poco macarra.

Al escuchar aquello, Stingy soltó los cubiertos.

- ¿La hija de la borracha?

Los tres miraron a Stingy y él solo se limito a no decir nada.

- ¿Te has besado con la hija de Bárbara Kolman? - preguntaba sorprendido Abraham - ¿No hay más chicas en el instituto, qué tiene que ser esa? - Stingy permaneció callado hasta que su padre le gritó golpeando la mesa - ¡¿QUIERES RESPÓNDERME, STINGY?!

- ¡SÍ, ME BESADO CON ELLA! ¡¿QUÉ PASA?!

- Stingy - Margerine no le hacia gracia que su hijo tuviera una relación con la hija de una borracha -, no me importa con quién salgas, pero salir con la hija de Bárbara Kolman. ¿Qué quieres que te diga? Pensaba que es chica era lesbiana porque va con unas prendas que te hacen dudar de su orientación sexu...

- ¿Y si fuera lesbiana eso les hierve la sangre? - preguntó Stingy bastante mosqueado por el interrogatorio absurdo de sus padres - Ella es hetero, aunque no lo aparenta porque nunca va vestida acorde a la feminidad establecida socialmente. Me he besado con ella y lo volveré a hacer hasta que me canse.

Stingy, cabreado, dejó la cena aun lado y regresó a su habitación. 

Nunca pruebes el alcohol - TringyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora