Sydonie se detuvo en la acera frente al Aurora Velvet y observó el club con una mezcla de anticipación y nerviosismo. Ronan, a su lado, compartía una expresión de intrigante expectativa. El elegante edificio de fachada victoriana destacaba en el corazón del bullicioso Soho, diferenciándose entre los demás locales de la zona.
La entrada del club estaba adornada con luces tenues y elegantes que dibujaban patrones en el pavimento y capturaban la atención de los transeúntes. Un letrero con el nombre del club, en cursiva y bañado en luz dorada, colgaba con orgullo sobre la puerta, prometiendo una experiencia nocturna única. Las grandes ventanas, oscurecidas por cortinas de terciopelo, ocultaban los secretos de la vida nocturna londinense.
Sydonie, envuelta en su abrigo, sentía el palpitar de la música que se escapaba de la entrada; un ritmo seductor. La fachada, imponente y acogedora a la vez, parecía al tanto de los secretos que ella y Ronan buscaban desentrañar.
—¿Es aquí? —preguntó Ronan, con su calma usual.
—Sí —respondió Sydonie—. Espero que podamos encontrar algo que nos ayude.
Cruzaron la calle hacia la entrada vip. Mientras la fila normal albergaba aproximadamente treinta personas, la fila vip tenía solo cuatro, un acceso exclusivo que no habrían tenido sin Harry. Gracias a su membresía, habían conseguido pases de invitados que les permitían entrar.
Una host revisó sus tickets y los guió al interior, dándoles instrucciones para su primera visita. El vestíbulo donde se encontraban combinaba la elegancia contemporánea con el encanto del viejo mundo, creando una atmósfera acogedora y misteriosa. Las paredes estaban adornadas con paneles de madera oscura y espejos estratégicamente colocados que amplificaban la luz tenue y creaban una sensación de profundidad y lujo.
Al adentrarse en el club, uno descubría que el ambiente se transformaba. El salón principal se abría ante ellos, un vasto espacio donde la energía de la música envolvía todo. Las luces, en tonos suaves de azules y púrpuras, creaban un ambiente íntimo, a pesar de la amplitud del lugar. Mesas elegantes rodeadas de sillas y sofás tapizados en terciopelo invitaban a los huéspedes a relajarse y disfrutar.
Sydonie no podía dejar de pensar en el propósito de su visita. Estaban allí porque Harry había recordado estar en el club la noche antes de perder sus recuerdos. Cada rincón, cada persona presente, podía tener la clave para descifrar lo que había sucedido esa noche.
Al llegar a la pista de baile, un espacio vibrante donde la música y las luces se fusionaban en un espectáculo electrizante, Sydonie y Ronan sintieron la energía contagiosa. La multitud, diversa y enérgica, se movía al unísono, conectada por la música. Los DJ en su cabina dominaban este reino, manteniendo a la multitud enganchada.
Sydonie, asegurándose de ser escuchada sobre la música, le dijo a Ronan:
—El club es muy grande; deberíamos separarnos para explorar más rápido. Yo llevaré a Harry conmigo —sugirió, señalando el bolso de mano donde llevaba el xilófono.
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Manual contra amores inmortales [TERMINADA]
عاطفية¿Quién dijo que el amor y la muerte no pueden ser divertidos? Bienvenidos a la tienda de antigüedades de Sydonie Acheron, un lugar mágico donde los objetos esconden un alma... o dos. Allí, su vida dará un giro inesperado cuando Ronan, un gruñón grim...