Con una mezcla de curiosidad y un brillo travieso en los ojos, Sydonie esperaba la respuesta de Harry sobre un posible novio secreto. Se preguntaba si estaba a punto de descubrir algo que ni los medios más astutos habían logrado desentrañar, y se sentía de algún modo privilegiada.
—Ya sabes, seguiré siendo tu fan número uno, sin importar a quién ames. —Guiñó un ojo.
—¿Qué? No, no soy gay. Y no, no tengo ni novio ni novia —respondió Harry, visiblemente sorprendido.
—Entonces, ¿quién era esa persona? —insistió Sydonie con una sonrisa juguetona.
—No lo sé —admitió confundido.
—Rodric mencionó que tenía el cabello blanquecino. ¿Conoces a alguien así? Tal vez algún amigo distante o... ¿un enemigo, quizás?
—No tengo enemigos.
Sydonie se rió ligeramente.
—Bueno, al menos ninguno que conocieras, porque claramente tienes uno ahora. Quienquiera que haya hecho esto, definitivamente no está en tu lista de amigos y es responsable de...
Sus pensamientos fueron interrumpidos cuando tropezó con una figura que se destacaba en el mar de bailarines. Se encontraron mirándose fijamente, separados por unos metros en medio de la pista.
La figura, alta y delgada, vestía un traje negro que se mezclaba con la oscuridad del entorno. Un velo negro le cubría la cabeza y la boca, dejando su género y rasgos faciales indeterminados. Sin embargo, los ojos de la figura, de un peculiar color ámbar dorado, brillaban con intensidad en la penumbra del club, transmitiendo una profundidad de emociones y secretos ocultos.
Sydonie no podía apartar sus ojos. Sentía una curiosidad intensa, mezclada con un reconocimiento inexplicable. La figura también parecía interesada en ella, la miraba con un interés que iba más allá de un encuentro casual. Además, una sutil aura de magia rodeaba a la figura, añadiendo un capa de misterio a su intrigante apariencia.
Justo cuando la joven estaba a punto de acercarse, alguien la chocó por accidente en la pista. La distracción fue suficiente para que, al volver la vista, la figura enigmática ya no estuviera entre la multitud. Sydonie se quedó quieta, preguntándose si el encuentro había sido fortuito o si esa figura misteriosa estaba relacionada con el enigma que intentaba resolver.
Un escalofrío le recorrió la columna. No por el encuentro reciente, sino por una sensación persistente de estar siendo observada. Miró con lentitud sobre su hombro, pero no parecía que nadie prestara atención especial. Sin embargo, no podía sacudirse esa inquietante sensación.
De repente, sintió una presencia más amenazante. Paralizada por un miedo intenso, se aferró con fuerza al xilófono. Oía a Harry llamándola, pero no pudo reaccionar; estaba inmóvil, con la mirada alerta y escudriñando las sombras alrededor, buscando cualquier señal de la fuente de su alarma.
ESTÁS LEYENDO
Manual contra amores inmortales [TERMINADA]
Romance¿Quién dijo que el amor y la muerte no pueden ser divertidos? Bienvenidos a la tienda de antigüedades de Sydonie Acheron, un lugar mágico donde los objetos esconden un alma... o dos. Allí, su vida dará un giro inesperado cuando Ronan, un gruñón grim...