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—¿que hacemos mientras esperamos?
—nada. —dijo paulo. —ya esta viniendo, me aviso joaco en un audio que ya pudó sacar a todos y que esta siguiendo a lea atras con el auto porque tiene mucho miedo de perderse.
—¿perderse? donde es la joda?
en un barrio hermoso. eso seguro.
—no sé, lea no nos dijo, solo avisó que el amigo le pasaba la ubicación.
—me hubieras avisado! ya sabía que tenía que traer el repelente que repele los pobres. encima no me hubiera puesto mi buzo favorito si sabía...
paulo rodó los ojos. —ale, van a estar los amigos de lea y seguro ellos ya estuvieron en banda de fiestas.
—bue pero igual, un miedo. —dijo por lo bajo.
no pasaron más de cinco minutos, cuando escucharon las bocinas de autos afuera del departamento.
paulo vivía en un piso dos, pero igual, sabía que los vecinos no iban a estar muy contentos con eso, y seguro, pensarían que eran todos pendejos de mierda haciendo quilombo, honestamente, tenían razón.
bajaron por el ascensor, y por si hacia falta, recibieron un nuevo mensaje que avisaba que estaban todos abajo.
el portero del edificio los miró con una cara de culo, a lo que alexis le saludó con la mano y una sonrisa caracteristica de él. paulo lo agarró del brazo y lo sacó del edificio mientras se disculpaba con el señor, y le decía que esperaba que le abrá la puerta una vez volvía a vaya a saber que hora de la madrugada.
la ventana del auto de leandro se bajó, y los miró desde el asiento de conductor.
—bueno, ¡subánse! —dijo rápidamente.
alexis le dijo hola a leandro silenciosamente y se subió a la parte de atrás del auto, mientras paulo se subía en el asiento de acompañante. se estiró a través de la consola para dejar un beso en la mejilla del chico. los dos se observaron en silencio, mientras leandro mantenía una de sus manos sobre el volante y sonreía.
