julián había encontrado escabio muy rápido, y ahora estaba con un humor diferente, estaba contento, suelto, y curioso.
digamos que el pedo lo ponía en otra. era alguien diferente, más sin verguenza, abierto a hablar con gente y que está le tire chamuyos, y de más.
después de haber pasado un rato hablando con un chico que terminó por cortarle la cara al decirle que, aunque era muy lindo, era hetero y tenía novia, se despidió de él y salió a ver si encontraba a alguien más.
miró a su alrededor, y sus ojos se posaron sobre una pareja. el chico estaba contra la pared, mientras que la chica lo tenía agarrado por el cuello de su buzo y se estaban besando y haciendo ruidos como si nadie estuviera allí.
la mano del chico estaba posada en el culo de la chica, y julián observó, por unos segundos. su cabeza confundida, mientras notaba los tatuajes en la mano del chico, una mano que había conocido hace unos días en el supermercado.
esa mano que antes sostenía una bolsa de papas, ahora estaba sosteniedo el culo de la chica, mientras que la otra estaba en su cintura y la pegaba contra él.
julián, en su momento más lúcido, recordó que él seguía siendo una buena persona, y no se había disculpado con el que trabajaba en el carrefour. es más, se había ido enojado y pensó que en ese momento, era bueno para actuar y pedir perdón.
se acercó de a poco, sus pasos descordinados. terminó por subir un tweet, y finalmente, estuvo frente a la pareja, observándolos más de cerca.
el del carrefour, en cierto momento se percato de alguien mirándolos y abrió los ojos, separándose de la chica, pero sin sacar la mano de su cintura. solo hizo un gesto con la cabeza y la chica se dió vuelta.
—che amigo, se te perdió algo? —preguntó el pibe, levantando una ceja. la chica, incluso cuando la habían molestado, no parecía molesta y estaba respirando pesadamente.
julián seguía observando los brazos del chico. su cabeza pensando que tenía que decir.
—ah, nono. —parpadeó un par de veces y se quedó estático. —es que, bueno no sé si te acordás pero el otro día te ví y medio que te jodí en el trabajo. así que me venía a disculpar porque me terminé arrepintiendo.
enzo lo miró con una ceja levantada, de repente, reconoció que había sido ese pibe del otro día, el que lo había dejado pensando. el que lo había puesto en esa situación de tener que llamar a su amiga porque no paraba de pensar en él.
¿que venía a hacer acá?
—ah... igual amigo ya pasó, no te preocupes más por eso. —dijo enzo, casi esperando a que el chico por fin se vaya y los dejé.
abril se acercó más a él, posando una mano en el pecho de enzo y besándole el cuello casi como marcando territorio.
—sí, bueno, es que quería decirtelo. —siguió julián. enzo notó que su voz le costaba y hablaba en balbuceos. volvió a reconocer aquel acento que lo dejó pensante el otro día.
—bueno, pibe, ya está. ¿nos podés dejar? —preguntó abril, separándose y mirándo a julián con una cara de pocos amigos.
julián al parecer no escuchó eso como una amenaza. su mente y su corazón estaban haciendo cosas diferentes, un poco por locura y otro poco por atracción.
—también, te quería decir otra cosa.
enzo apretó los labios.
—te quería decir que la razón por la que el otro día me acerqué a vos fue porque quedé re boludo después de verte cargar las bolsas de papa. —dijo sus ojos empezaban a parecer en forma de corazón. —también me encantaron tus manos y quería que me manosearas todo el orto.