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Alexis abrió los ojos ante los mensajes en su celular y se apuró a cambiarse. No sabía cuánto tiempo iba a estar afuera de su casa, pero haberse despertado con una llamada y mensajes de Nicolás le parecía una buena forma de empezar el día.
Más cuando era su cumpleaños, y tenía que ser "especial," o... algo así.
Bajó las escaleras y agarró una mochila donde normalmente se llevaba lo necesario: la billetera, el celular, anteojos para el sol, y otros. Era una mochila bastante vieja, y la cada vez que la veía le agarraban ganas de cambiarla, pero nunca encontró ninguna mejor.
Agarró las llaves de su casa, una campera finita por las dudas y salió, encontrando el auto de Nicolás, esperándolo en la entrada.
Sabía que iban a hacer algo, pero no que ese algo requería empezar desde temprano. Igual, no se quejaba, despertar solo en su casa sin que su familia estuviera allí, porque estaban de viaje como de costumbre, lo amargaba.
Se subió al auto enseguida, y lo primero que sintió fue como unos brazos se envolvían alrededor de su cuello y prácticamente era arrastrado para estar lo más cerca posible de Nicolás. También sintió varios besos por toda su cara.
—¡Feliz cumpleaños! —dijo Nicolás animado mientras lo seguía distrayendo con besos. Alexis intentó librarse ante el agarre, pero el otro no se lo permitía y a cambio, lo abrazaba más fuerte. —Te amo.
Alexis se ablandó ante las palabras y en menos de un segundo se fundió contra los brazos de Nicolás, abrazándolo también.
—Gracias. —Dijo, y seguidamente sintió como lo besaba en los labios.
Se terminaron por separar bastante rápido, y ahí es que el pelirrojo eligió hacer sus preguntas, porque estaba muy perdido ante ese momento.
—¿Qué haces acá?
—Te dije, te voy a sacar para tu cumple. —Dice sin dar muchos detalles porque quería que el resto fuese una sorpresa. —Todo el día conmigo, ¿te la bancas?
Alexis rueda los ojos. Era imposible no dar el brazo a torcer con Nicolás, además, él también disfrutaba de su tiempo juntos, y que sea el día de su cumpleaños, era incluso mejor mejor.
—Obvio que sí.
—Genial. Lo único, hay una condición.
—¿La condición es que yo esté con vos?
—No... Digo, sí, técnicamente sí. —Dice, mezclando las palabras pero volviendo a lo que quería decir. —Lo único que te pido es que apagues el celu, o lo pongas en modo avión.