—¿a quién estamos esperando? —pregunta licha impaciente, sentado en una silla. —hace media hora que podríamos irnos.
—mirá a tu alrededor. —apunta joaquín. —nos falta ale.
quedaron en que se iban a ir juntos a merendar a algún lugar. por parte, para hacerle el aguante a joaquín que seguía medio deprimido, y también tenían ganas de hacer algo todos juntos. pero hace treinta minutos que alexis no aparecía, todos tenían hambre, y la paciencia se les empezaba a acabar.
—dejame que le hablo. —dijo paulo. sacó su celular y se fue directo al contacto para llamar a alexis.
julián miró expectante, mientras se sentaba al lado de lisandro en otra silla.
se escuchó el sonido del celular, pero rápidamente la llamada fue rechazada, lo que dejó confusión en la cara de todos.
—bueno, entonces le mandó un mensaje.
—una paja, si no viene tenemos que caminar. —se lamentó licha, tirando su cabeza hacía atras. alexis los había traído temprano a la mañana, y ahora no tenían forma de volverse.
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—al final parece que nos tenemos que manejar nosotros. —dijo paulo, volviendo al círculo. —ale esta rindiendo...
lisandro miró al cielo, todo nublado, apunto de llover y puteó a los cuatro vientos.
—dios matame.
—dale, no seas mala onda. —dijo paulo, agarrándolo del brazo y levantandolo. julián a su lado también se levantó. —hay que moverse un poco.
licha lo miró ofendido. —¿me estás diciendo pajero?
—no. —respondió con una risa corta. —dale vamos.
salir del círculo en el que se encontraba la facultad era casi liberador para julián. ya estaba hasta las pelotas, y por mucho que le encantaban los idiomas y se encontraba estudiando lo que le gusta, se quería matar igual.
cada día algo nuevo, cada día llegaba más cansado. no podía esperar a que se terminé todo.
lo peor para él, era que incluso fuera de la facultad seguían hablando de ello, y eso solo lo hacía más mierda.