otra vez, volvían a estar juntos.
esta vez un poco más sueltos, más en confianza. por parte gracias al alcohol, por parte gracias a todo lo demás.
estaban sentados en dos sillas alejadas a todo lo demás. paulo tenía un fernet en la mano, mientras que lean tenía una heinekein.
pasaron el tiempo juntos, hablando de pelotudeces y sonriéndose. el ambiente era diferente al del auto. era más precavido, ninguno quería tener un error que espantaría al otro y ahora no tenían a alexis que tiraba algún comentario si se creaba la tensión.
al final, en un momento empezó a sonar un tema, y paulo emocionado por la canción, agarró a leandro y se lo llevó para que bailara con él.
realmente no conocía el tema, pero había visto al de ojos claros tan emocionado que no dudó en seguirlo.
terminaron bailando por varias canciones de miranda, tini, y otras.
—che que música depre a veces. —habla lean cuando empieza a sonar tu carcel de los enanitos verdes.
—bue vos seguro escuchas puro reguetón y cumbia, por eso.
—el lado bueno de la música, ojitos. —le guiña el ojo leandro, y paulo termina por rodar los ojos.
se acerca por inercia, y termina enroscando los brazos por el cuello del contrario. lean lo acepta un poco nervioso, y sus manos tiemblan hasta que llegan a tomar al otro por la cintura.
la canción es lenta y da un ritmo lindo y tranquilo para ellos dos, que se mecen casi abrazados. paulo aprovecha el momento y la cercanía, porque sabe que al día siguiente se va a morir de verguenza y va a volver a ser tímido con leandro, entonces mejor aprovechar los efectos secundarios del fernet, a que ignorarlos.
—creo que no terminó de entender la canción.
paulo suspira y sonrié. —habla de desamor. de cuando conseguís a alguien más y te terminan reemplazando.
un brillo de tristeza pasa por su cara mientras lo explica, y leandro lo nota, pero no habla de aquello.
el cordobés empieza a tararear la parte de la canción, y leandro agudiza el oído para escucharlo.
nadie es perfecto y tú lo verás.
más de mil cosas mejores tendrás,
pero cariño sincero jamás
vete olvidando de esto que hoy dejas y que cambiarás
por la aventura que tú ya verás
será tu cárcel y nunca saldrás.leandro lo observa mientras terminá de escuchar ese verso de la canción. por un segundo, sus ojos se encuentran con los del contrario.
—bueno, podemos estar felices de que nosotros no estamos en esa parte todavía, ¿no?
—¿eh?
—nada, que no estamos en el desamor. —explica, apoyando sus frentes juntas, y paulo siente como se le corta la respiración. —recién estamos encontrando amor. después si encontramos desamor lo hablamos...
antes de que pueda responder, leandro apenas rozá sus labios con los del contrario, ladeando un poco la cabeza para no chocar sus narices.
el cordobés aguanta la respiración por un segundo, pero deja que lo besé suavemente y con un dejo tierno, sus respiraciones entrelazándose hasta que terminan por separarse. sus frentes siguen apoyadas hasta que termina la canción.
se observan brevemente, casi en busca de otro leve roce de labios, pero no terminan por buscarlo, porque el celular de paulo vibra en su pantalón.
sin querer, terminan por separarse y leandro se queda callado mientras vé las expresiones del chico cambiar cada cinco segundos. finalmente, deja su celular y crée que van a volver a bailar, pero desafortunadamente, el momento terminó.