—dale, pauli, no te enojes por esto.
paulo solo se siguió escapando. había una chocita cerca de la cancha que básicamente eran los baños, y él una vez salió, se fue hacía ahí, con leandro siguiéndolo atras.
apenas entró, el cordobés lo miraba con picardía y una pequeña sonrisa.
—no me enojé. —admitió, agarrando del brazo al al contrario y empujándolo adentro del baño. —solo quería ver como reaccionabas.
leandro rodó los ojos con una sonrisa de labios cerrados. terminó por acercarse y agarrar al contrario por la cintura, atrayéndolo. —¿entonces me prometes que no estabas celoso de joaco?
paulo rodeó su cuello, acercándose más. —te lo prometo.
—me quedo más tranquilo entonces. —dijo leandro, mientras sus pulgares dibujaban circulos sobre la zona en la que se habían quedado. la sonrisa no le duró mucho, y quedó con rostro de confusión. —igual.. ¿a vos te molesta que nos vean juntos? onda... ¿te doy verguenza?
el cordobés lo miró raro. tenía cara de circunstancia, como si aquel comentario le hubiera causado ruido.
—¿por qué lo crees?
—no sé. quizás porque tus amigos son más así... ¿sofisticados? y bueno, quizás conocés otra gente que te puede dar cosas que yo no.
paulo rió ante aquel comentario, inclinando su cabeza hacía atras por la gracia que le causaba. pero cuando lo volvió a ver, la cara de leandro se presentaba seria.
lo estaba hablando diciendo de verdad; como si fuera algo que le preocupaba.
—mirá, lea. yo mientras te estoy conociendo, no pienso en nadie más. —dijo, y continuó. —honestamente, no quiero conocer a otra persona cuando te estoy conociendo a vos, y eventualemente, muy problablemente, voy a querer algo con vos.
leandro parpadeó, la sonrisa se volvió a extender sobre sus labios. —mucho mente y mente.
paulo asintió. —sí, sí. ¿pero, entendés?
—te entiendo.
—además, mis amigos ya saben de vos. —le recordó. —y vos te llevas bien con ellos, y a ellos les caes bien.
—salvo a alexis. —dijo en voz baja.
—mentira. a él le caes bien, pero tiene su forma de tratarte... pero haceme caso, se esta encariñando con vos. —se lo contó casi como si fuera un secreto, algo que alexis no quería que leandro sepa.
y eso terminó por alegrarlo. de verdad, uno de los miedos que tenía era que alexis lo odiara por siempre y no lo terminara por aceptar. saber esto, lo dejaba más tranquilo.
—sos tan bueno. me encantas. —dijo leandro, acercándo su cara a la del contrario para dejar un beso en su mejilla (la cúal estaba ardiendo por aquel comentario).
—bueno, tendríamos que ir volviendo antes de que los otros piensen otras ideas. —cambió de tema el cordobés, intentando bajar todo el calor que sentía en sus cachetes. —¿vamos?
leandro solo asintió, y sin siquiera pensarlo, lo volvió a tomar de la mano, de la misma manera que lo había hecho esa misma semana, días atras.
°CARREFOUR°