—A ver, veni chetito, te enseño a como bloquear a alguien. —Dijo Nico, entrando a su habitación y tirándose al lado de él.
Era increíble ver que tan rápido habían hecho para llevarse bien. Nicolás era una persona tan fácil de hacerse amigo, era tan sencillo, y Alexis empezaba a tener un punto débil por él, incluso si era un pobre de mierda.
Lo había invitado a su casa, porque últimamente, siempre iba a la de él sin pedir mucho permiso. Igual, Nicolás lo recibía bien y se ponían a boludear.
Incluso en silencio, tumbados los dos en un sillón y usando el celular, era un lindo ambiente compartido y a Alexis lo hacía sentir menos solo, más acompañado.
Su relación hasta ese momento era más cómica, más de risas y de nada más. Nicolás era un pibe gracioso, y por mucho que a Ale le costaba un poco el sarcasmo, era capaz de reírse por nada cuando estaba con él.
Ahora, estaban en la casa de Alexis, una gigante y que derrochaba guita por todos lados, y solos, sin sus viejos. A Nico le sorprendió enormemente al entrar en la casa, y en ese momento entendió todo de por qué Alexis era como era.
Era un consentido de mierda.
Pero ya llevaban un rato juntos, habían merendado, y estaban en la habitación del pelirrojo. Nicolás observaba las notas de Alexis, junto con el mundo de Minecraft que tenía abierto en la computadora.
—No sé igual si lo quiero bloquear. —Dijo Alexis, dando una vuelta en la silla giratoria que tenía sobre su escritorio para poder estar frente a Nicolás. —Me cae para el culo, es pobre y de River, pero seguro lo voy a tener que ver cuando este con mis amigos.
—Eh, como quieras. —Respondió Nicolás, encogiéndose de hombros. —Che, no sabía que tenías un jacuzzi en el baño.
—Si, no lo uso casi nunca. —Dijo, volviendo a ver la computadora frente a él mientras seguía colocando bloques. Anda a saber que construía, pero al lado de él tenía toda una guía escrita.
Nicolás se sentó al lado de Alexis, en un puf. —¿Por qué? Vos sabes yo me la pasaría ahí todo el día.
—Que sé yo, tengo cosas que hacer.
—Estudiar.
—Sí.
—Sos más aburrido chetito. Con toda la guita que tenés, construiría una pista de Formula 1 afuera y practicaría todos los días. —Admitió Nicolás, agarrando su celular mientras intentaba pispear lo que construía Alexis.
—La verdad, es buena idea. —Le dió la razón con una sonrisa.
Nicolás asintió, y sin siquiera preguntar, conectó su celular al parlante de la habitación. La música salió muy fuerte, y Alexis tuvo que taparse los oídos ante tal mostruosidad.
—Dios, prefiero poner mi playlist.
—Ya escuchamos Un Mundo Ideal ochenta veces. —Rodó los ojos Nicolás.
—Tremenda canción, tremenda película. —Dijo Alexis, y Nico no se quejó con eso, conocía demasiado bien a Alexis y como le gustaban las películas de Disney, especificamente Dumbo.
—Debería haberme traído la cosa en la que estoy trabajando. Un boludo. —Murmuró Nico.
—¿En que estabas trabajando?
—No, era una boludez para uno de mis primos. Un peluchito de crotchet.
—¿A mí me podrías hacer uno?
—Si me pagas.
Alexis rió, negando con la cabeza. —Que rata.
—Y bueno, todavía no me convence regalarte algo. —Nicolás hizo una mueca. —Seguro te doy algo y lo terminas por tirar a la mierda.