A veces ni dos corazones juntos con el amor más grande del mundo son suficientes para cerrar las heridas del mundo.
La habitación era algo grande para un huésped tan solitario, frío, oscuro sus pies y manos no estaban atados, sin embargo no se movió en ningún momento de su lugar.
Pasaron horas y no llegamos a un acuerdo, la guerra, esa lucha interminable no nos llevó a nada ambos quedamos en el piso sin fuerzas, de mis manos goteaba el sudor, las lágrimas y la sangre al igual que de las suyas.
Ambos ya estábamos manchados por el pecado, la culpa, la traición y las decisiones que nos trajeron hasta ese punto. Cuando me dieron la una de la mañana salí de ese lugar dejándolo solo con sus pensamientos.
Llegué a casa y los pies no me daban para caminar y no era solo el peso del daño físico, la fisura de mi corazón era cada vez más grande, el dolor de mi corazón se ceñia a cada paso sin darme tregua.
El sueño no era algo con lo que pudiera soñar, subí lentamente hasta llegar a esa habitación donde ella estaba. Abrí la puerta con cuidado y la vi durmiendo plácidamente, me acerqué a ella y dejé a su lado una rosa blanca.
Arrastré los pies hasta mi habitación y me deslicé hasta el piso mirando a la nada en la oscuridad, sentí unas calidas lágrimas mojar mi rostro, la garganta ardiendo y el pecho hundido en un agujero negro.
Quizá ella jamás me perdonaría todo lo que había hecho solo para mantenerla a salvo, la desgracia me perseguía y tenía miedo de acercarme a ella con las manos manchadas.
A la salida del sol entré a la ducha y todo se baño de sangre desde los pies a mi cabeza, me vestí con un pantalón de vestir negro y una camisa de igual color. Salí de la habitación y me quedé fuera de la suya sintiendo mi corazón arder de necesidad.
Bajé a la cocina encontrándome con la señorita Sandra.
- Buenos días señor ¿Cómo se encuentra?
- Buenos días para ti también, cómo estuvo todo en mi ausencia.
- Todo bajo control, estuvo toda la noche encerrada y no quiso comer por más que insistí.
- Necesito que le des estos medicamentos, cura sus heridas y trata de ganarte su confianza para que coma algo.
Asintió y siguió con sus labores, tomé una taza de café lo suficientemente amargo y luego salí de casa hacia la reunión que tenía con los inversionistas mayoristas.
Ese era otro problema que tenía encima, a pesar de haber pagado la deuda millonaria ellos aún no estaban conforme, no querían que yo estuviera a cargo no confiaban en mi.
Marcus, Luck y el abogado estuvieron conmigo en todo momento. Llegamos a un restaurante alejado de la ciudad y a pesar de que hice todo lo posible por quedar en un acuerdo con ellos no fue posible.
Les advertí que de todos modos la cadena de empresas seguiría su rumbo con o sin ellos, sería su decisión si querían seguir adelante o retirarse.
- Ese hombre estaba demasiado enojado - Agregó Luck con una expresión preocupada.
- No te preocupes, te aseguro que tengo todo bajo control al menos las empresas no sufrirán más pérdidas.
- Tienes que cuidarte hermano, ahora no es solo la familia de Kiro - Sabía por dónde iba - Estas personas están detrás de ti, debemos hacer algo al respecto.
- Me pregunto cuando voy a descansar - Desvié la mirada sintiendome desdichado - No tengo un momento de paz, no puedo ni mirar a Kathia a los ojos y siento que pierdo todo a cada segundo.
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LOS CHICOS DEL PROCESO ⏳ (Editando&Corrigiendo)
RomantikMi vida se destruyó en el momento que la mire y sus ojos estaban vacíos, ¿La había perdido? ¿Que pasaría con nosotros? cuando mi vos, mi rostro y absolutamente todo era ajeno para ella; mi mundo se cayó en pedazos cuando tuve que soportar verla en b...