(78) Finalmente el Principio

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Tiempo, el tiempo es la respuesta absoluta de todo lo vivido y por vivir.

Era la quinta vez en esa mañana que el pasaba por la habitación en busca de una respuesta y seguía siendo la misma, acaso pretendía llevarme de rabo a todos lados que fuera.

Lo que menos quería era estar cerca de él, su sola presencia me causaba un asco irrefutable y que decir de su familia, era como una banda en manada y yo quien debía ser cazada.

Cada día era algo nuevo y ni siquiera tenía permitido salir sin vigilancia ¿Qué más podía pedir? Una vida perfectamente planeada.

Salí de la ducha y me coloqué un poco de maquillaje y me hice media coleta con el resto de cabello suelto, observé el traje azul cielo sobre la cama que no cabía en el armario. Me lo coloqué con unos zapatos de tacón fino, algunos accesorios y lentes.

Tomé mi bolso y salí de la habitación.

Fui bajando las escaleras lo suficientemente lento como para no llegar en un mes, que era exactamente el tiempo que llevaba encerrada en ese lugar. Entré a dónde estaban todos desayunando y me acomodé sin hablar con nadie.

- Pensé que se decía "Buenos días" - Noté por el rabillo del ojo como me miraba pero la ignore

- Mamá, que rayos estás esperando tú de estaa insolente - Seguí comiendo de mi plato como si nada más existiera a mi alrededor - Mírala, ahora anda luciendo esas finas joyas y se siente señora.

Me quité los lentes y clavé la mirada en Kiro me miró confundido y rodé los ojos ante su pequeñito cerebro.

- ¿Quién soy yo? - Crucé mis manos bajo mi mandíbula - Estabas demasiado afanado por que fuera tu esposa y ahora no me das mi lugar, cómo te atreves a permitir que la cornuda de tu madre y la arrastrada de tu hermana me hablen de esa manera.

- ¡Qué demonios acabas de decir! - Se levantó de golpe acercadose a mi dándome un fuerte bofetón - ¡La única arrastrada aquí eres tú!

Me levanté muy de espacio y limpié el rastro de sangre que había en mis labios a causa de su fuerte golpe, que no se quedaría así pero no era momento de cobrarse eso y todo lo demás.

Tomé la copa de juego y se la tire en la cara, su cornuda madre se acercó intentando ayudarla y me asesinó con la mirada, volví a ponerme mis lentes y tomando mis cosas salí de esa maldita casa.

Entré al coche y un minuto después ya él estaba sentado a mi lado con un semblante serio, me alejé de él colocándome del otro lado de la ventanilla hasta llegar a destino.

Nos dejaron justo en frente y salí apresurada dejándolo atrás simplemente odiaba llegar con el a todos lados, no soportaba tenerlo cerca. Fui directamente a la oficina de mi padre y me recibió con un fuerte abrazo.

Estuve conversando un poco con el y luego fui a mi oficina, revisé todo el trabajo pendiente y pedí un café. Tomé mi laptop y empecé a investigar los reportes de balances de otras personas.

Unos toques en la puerta me interrumpieron, levanté la mirada solo al sentir que no era quien yo esperaba.

- ¿Qué es esto? - Lo miré de mala gana

- Pediste un café y te lo he traído - Sonrió sentándose en la orilla de la mesa - Es justo como te gusta.

- No me interesa nada de ti, así que llévate tu café y dile a Meredith que me trauga uno - Tome algunas cosas para salir.

- Kathia espera - Me tomó del brazo y me solté con brusquedad - ¿No puedes intentar por lo menos llevar la fiesta en paz?

- No me vengas con tonterías a estas horas de la mañana tengo mucho trabajo - Se interpuso en la puerta - Me obligarte a casarme contigo, ahora eres dueño de todo, me arrastras contigo a donde se te da la maldita gana ¡Qué más cojones quieres de mi!

LOS CHICOS DEL PROCESO ⏳ (Editando&Corrigiendo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora