(14) Celos que matan

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P .V.O. Kiro.

Está sufriendo, y no puedo soportarlo por mucho que busco no encuentro la manera de acercarme a ella sin que me odie cada día más..

La amo, la amo tanto que me destrozo con ella, cada vez que una lágrima resbala por su mejilla sufro, esa impotencia en sus ojos perdió ese brillo y yo me apago con ella...

No puedo rendirme ahora, tal vez me consuma intentando sacarla de ese infierno oscuro donde está, pero no puedo evitarlo.

La amo y el sufrimiento es poco con todo lo que estaría dispuesto a soportar por ella.

*****

Después de tanto pensar, salgo a caminar un poco, a matarme y recorrer esas vacías calles por donde ella y yo caminábamos tantas veces. El aire choca en mi rostro refrescando tal vez mi alma, mis pies se congelan y no me atrevo a dar un solo paso.

Yo también me siento perdido sin ella.

Ésta forma de amarla es única, dolorosa pero indudablemente es la única dueña de mi corazón a pesar de su tonta terquedad que no conocía.

Ella y yo, somos tan iguales que a la vez somos diferentes.

P.OV. Kathia.

Desperte con un fuerte dolor de cabeza, luego de haber tomado sin parar de esa botella y que después de la discusión que tuve con Kiro pues segui y no recordaba exactamente a que hora había dejado de tomar. Me sentía fata.

Salgo de la cama observando mi terrible aspecto en el espejo, quizá pueda estar peor. Tenia la necesidad de saciar mi sed, calmar un poco los dolores de cabeza que estaban a punto de acabar con mi vida arrastre los pies fuera de mi habitación llegando a la cocina.

Y como tengo una suerte maravillosa se cruzo Lucia en mi camino siguiendo de cerca cada uno de mis pasos hasta que me voltee y salte del susto al verla tan cerca de mi. Me aleje rápidamente rodeando la mesa para que no sintiera mi edor, estaba apestando a zorrillo.

- ¿Por qué no bajaste a desayunar? Me acudriño con la mirada

La miro restándole importancia y tomo mi vaso con agua para intentar volver a la mugre donde estaba.

Se interpone en mi camino y ruedo los ojos al mirarla.

- ¡Te estoy hablando, acaso no me escuchas! - Se pone histérica - No quieres salir no haces nada y solo queremos que estes bien ¡Reacciona!

- ¡Que quieres Lucía! - bufo

- ¿Por qué no fuiste a la universidad niña mira que ya no tengo paciencia!? - Se desespera

- ¿Desde cuándo te importo mamá? - abre los ojos exageradamente - Ya se tu historia - Me mira temerosa - Cambiaste desde que tuve el accidente ¿Tanto terror te da una enferma? - La enfrento

- Deja de decir estupideces, estamos asi por que no haces caso, no quieres ir a terapia, vas a clase cuando se te da la regalada gana. Haces lo que quieres aprovechando tu enfermedad

- Tu familia esta podrida - Mi cara se voltea a causa de un bofetón y sonrio, como si fuera la primera vez.

Sigo mi camino hasta mi habitación acercándome al espejo para ver el moretón que dejo en mi cara. Tome unas cuantas pastillas que le robe a mi padre y las baje con agua, lo mejor era si ir a la universidad, preferiría eso a estar en esta casa donde no tengo nada.

Alli fuera al menos tengo esperanza.

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Después de arreglarme fuí a la universidad aquí tampoco hacia mucho pero algo es algo.

LOS CHICOS DEL PROCESO ⏳ (Editando&Corrigiendo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora