Por ti, por mi y por eso que dejamos atrás para poder cumplir este sueño.
Sonreí ampliamente al ver ese hermoso rostro frente a mi, en pausa tan cálido y hermoso como el amanecer que presenciaba detrás suyo.
Acaricié su piel con la yema de mis dedos mordí mis labios al ver una pequeña sonrisa dibujarse en sus labios. Bajé de la cama de espacio sin hacer mucho ruido y me apresuré al vestidor a buscar un tulipán morado, su color favorito.
Lo dejé delante suyo y salí de la habitación cerrando la puerta con cuidado, abrí todas las ventanas dejando entrar el cálido sol, observé las hermosas flores de nuestro jardín y respiré el aire puro y fresco.
Sandra ya estaba en la cocina, así que, me acomodé a su lado y fui cortando las verduras para la sopa, ella hacia el chocolate, lavé y corté las frutas dejando suficiente miel sobre ellas.
Preparé una bandeja con unos panesillos, fruta, un sumo de arándanos y unos huevos revueltos con plátano maduro hervido con un poco de mantequilla. Era una mezcla realmente extraña pero ella la amaba así.
Salí al jardín y corté una de las flores mas bellas también un regalito que tenía guardado para ella. Subí a la habitación y toqué la puerta con intención de que despertara, asomé la cabeza y se estaba removiendo sobre la cama.
Me acerqué a ella y sonrió a penas verme incorporándose rápidamente. Se hizo a un lado y coloqué la bandeja a su lado, extendí mi mano dándole la rosa y la llevó a su rostro para olerla.
- No mentiste cuando dijiste que sería así todos los días
- Si bueno, de vez en cuando - Reímos - No me alcanzará una vida para hacerte feliz, para agradecerte todo el amor, todo lo que me has dado.
- Calla, me harás llorar ya sabes que ando demasiado sensible - Sus ojos se cristalizaron de inmediato.
- No, no, prohibido llorar en este hogar - Me acerqué a ella tocando su panza - Qué estás haciendo con mamá mi niño precioso, anda muy sensible últimamente.
- Tu hijo es igual que tu, siempre causando problemas - Enredó sus dedos en mi cabello - Vamos quítate, tengo mucha hambre.
Me apartó de una patada y me quedé en el piso riendo por que se veia como una pequeña bola. La dejé comer tranquila hasta que llegó Sandra con el mío y también se lo quiso robar.
Estuvimos peleando un buen rato por toda la comida y no me dejaron comer pero que podría hacer, todo lo mío era suyo. La ayudé a bajar de la cama y la llevé hasta el balcón mientras acomodaba la cama.
Limpié todo, cambié las sábanas y llevé las cosas bandejas a la cocina subí con un termo de agua y la ayudé a volver a la cama dándole sus vitaminas, acomodé sus pies sobre dos almohadas y procedí a darle un masaje.
Estábamos casi en labor de parto, faltaban tan solo unos días y los dolores por la hinchazón eran terribles. El niño era super inquieto siempre se estaba moviendo y podía sentir por encima de la panza lo fuerte que era.
- Dios ya quiero que llegue el día - Dejo caer su cabeza hacia atrás.
- Pronto tendremos a nuestro príncipe hermoso con nosotros - Sonrió acariciando su panza - Ojalá y se aparezca a ti.
- Si, ya a ti te tocó lo bueno, mira que yo soy quien dura nueve meses con los niños aquí y resulta que se parecen al papá - Me miró de mala gana - Es injusto.
- Soy su padre, obvio deben tener algo mío - Me defendí.
- No he dicho que no - Abrió sus enormes ojos - Puede ser el carácter o algo así, pero no que se parezcan tanto físicamente.
ESTÁS LEYENDO
LOS CHICOS DEL PROCESO ⏳ (Editando&Corrigiendo)
RomansaMi vida se destruyó en el momento que la mire y sus ojos estaban vacíos, ¿La había perdido? ¿Que pasaría con nosotros? cuando mi vos, mi rostro y absolutamente todo era ajeno para ella; mi mundo se cayó en pedazos cuando tuve que soportar verla en b...