(40) Un lazo infinito

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No todo es tormenta.

El bullicio de la ciudad es la primera alarma de la mañana me quedo dando vueltas en la cama tratando de acostumbrarme al nuevo ritmo de vida que llevo.

La luz radiante del sol se cuela por las cortinas y alumbra toda la habitación estiro un poco mis pies y dejo caer mi cabeza hacia atrás manteniendo todo el peso sobre mis brazos encima de la cama.

Como el sueño se ha ido quién sabe a dónde tiendo la cama y así de sencillo empieza mi día estar sola no es tan malo después de todo.

Después de una larga ducha y un café cargado tomo mis cosas y salgo del apartamento.

Más o menos en 15 minutos estaba en frente de la empresa la brisa mañanera acaria mi rostro y con una espléndida sonrisa cruzo la carretera para llegar a mi destino.

- Buenos días jefa - paso por el lugar de clarissa quién siempre era muy puntual.

- Buenos días, a mi oficina

Mientras subimos las escaleras le voy diciendo todo lo que necesito para hoy pero antes que nada una rica amburguesa, papas fritas y una soda para reponer fuerzas.

Lanzo el bolso al mueble y giro varias veces en mi sillón saco unos papeles de las gavetas para leerlos mientras espero el desayuno.

- Señorita puedo pasar

-Ya estás adentro -  bromeo - Qué ue pasa por qué ese tono de preocupación.

- Hay un problema con unos trabajadores y necesitamos su presencia urgentemente.

- Pero si tienes el cargo de resolver esas cosas porque tengo que intervenir - me pongo de muy mal humor cuando hay problemas así y no he desayunado.

Su silencio me confirma que debo ir así que resoplando y cerrando mi oficina bajo hasta donde estaban ellos para que me explicaran que estaba pasando.

¡Dios donde está la armonía de ésta fábrica!

- Buenos días, - me cruzo de brazos observandolos - pueden decirme por favor que es lo que pasa, tan temprano y ya tenemos problemas.

Alguien toca mi hombro y medio confundida me doy vuelta con el seño fruncido.

- ¡No puede ser papa estás libre! - Me abalanze a sus brazos llorando de felicidad - ¡Papá, papá no puede ser estás aquí!

Lo abracé tan fuerte que casi caemos al piso todos gritaron eufóricos y nosotros nos abrazamos mientras el me da vueltas como niña pequeña.

- Papá pero cómo saliste que alegría que estés aquí - acaricio su rostro y vuelvo a abrazarlo.

- Ay noo llores princesa - no podía evitarlo

- Lo siento es que no puedo creerlo esta es la mejor sorpresa de mi vida papá - me alejo un poco para limpiar las lágrimas.

Después de que habló con muchos de los trabajadores subimos a la oficina teníamos tanto de que hablar que es increíble que este aquí.

Ahora todo estaba perfecto para mí ahora puedo estar plenamente segura de que con él a mí lado podré con todo.

- Pero cuéntame cómo te dejaron libre papi es increíble

- Pues el juez lo determinó así por mi buena conducta, pero alguien más hizo algo solo que no dijo su nombre.

- Ojalá supiera quién es para darle las mil gracias.

- Sí yo también, bueno mi princesa hablamos más tarde porque tengo mucho que hacer.

LOS CHICOS DEL PROCESO ⏳ (Editando&Corrigiendo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora