(68) Hilo rojo del destino

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Nunca se dijo que sería fácil volver a creer.

Dormí como tronco todo el santo día y volvía a despertar a las seis de la tarde casi oscureciendo nuevamente.

Sentía mucha tontera, bajé de la cama yéndome de lado y así logré llegar al baño con leve dolor de cabeza. Luego de una larga ducha me vestí con algo simple, un short con un abrigo que cubría todos mis hombros y un gorro en mi cabeza.

Unas sandalias cómodas y salí de aquella habitación en busca de la habitación de mi hermana, ví a muchas personas por aquí y por allá y por supuesto que me veían sorprendidas por las marcas de mi cuello pero ya llevaba dos años lidiando con eso.

Así que hice caso omiso y seguí mi camino a lo lejos ví a un chico conocido y al acercarme lo pellizque por la espalda y se alejó de un salto.

- Hola hermano - Lo miré con mi cara de amargada de siempre.

- Kathia, te he dicho que no me hagas eso - Me recriminó - ¿Cómo sigues?

- ¿Cómo sigo de qué? - Sabía perfectamente de lo que estaba hablando - Estoy bien, dónde está tu hermana.

- En tu pasillo estúpida, en el 309 - Rodó los ojos - Y ten cuidado toca antes de entrar - Le saqué el dedo medio y me fui.

Entonces yo estaba en el 307 y ella solo a dos habitaciones, bueno yo no tenía forma de saberlo llegué aquí y no salí, no busqué a nadie y pasé todo el día durmiendo.

Seguí mi camino y pasé por mi habitación negué y al llegar a la puerta iba a tocar pero escuché otra voz femenina con ella, asomé la oreja a la puerta intentando escuchar lo que estaban hablando.

- Vamos encárgate de cuidarla y cuida que no lo veo por ningún motivo, quemalo si es posible ¿Me has entendido?

- Si señora, con su permiso.

Me alejé un poco y cuando ella abrió la puerta yo iba "llegando" con intenciones te tocar. Al verme se puso pálida y se llevó la mano al pecho como si hubiera visto un muerto.

Le sonreí a modo de saludo y a duras penas pudo responderme, salió prácticamente corriendo sin mirar atrás ¿Que diablos me estarás escondiendo ahora querida hermanita?

Toqué la puerta y entré cuando dió permiso, me recargue en la puerta y sonreí observando su indecisión con todos los vestidos que tenía sobre la cama.

- ¡Oh cariño ya has despertado! - Soltó todo yendo a abrazarme.

- Si, dormí mucho la verdad ¿Necesitas ayuda?

- Es hora de cenar y no sé que ponerme ¿Cuál te gust.... ¿Qué demonios haces vestida así niña? - Me miró indignada.

- No se supone que vinimos a cenar ¿Estaremos en una gala o algo así?

- Oye tonta - Golpeó mi frente con su dedo - Sabes cuántas personas famosas vienen a este lugar y sobre todo amigos de nuestro padre ¡Gente de negocios cariño!

- Lucy, brilla vale pero déjame así, estoy enferma y lo sabes.

- No estás enferma Kathia - Me miró seriamente - Hace dos años del accidente, estás perfecta ¿Cuando vas a sacarte eso de la cabeza?

- Que carajos te pasa, cómo puedes decir que no estoy enferma - Sentí mi respiración agitarse - Mírame ando con un puto bastón, mira mi cara, mi cuerpo, mira las cosas que me pasa.

- ¡Mira la vasta! - Me tomó del brazo obligandome a caminar sin el bastón - Tienes que dejarlo ir, no puedes vivir estancada en el pasado.

- ¡Déjame en paz! - Me solté de su agarre y me miró sorprendida - ¡Tú qué sabes de lo que pasa conmigo, no te atrevas a juzgar mi proceso eres una egoísta!

LOS CHICOS DEL PROCESO ⏳ (Editando&Corrigiendo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora