Un amor gigante como el cielo y el mar, un amor que todo lo puede y no tiene límites en el mundo, un amor incondicional.
No podría decir hoy que tengo lo que siempre he soñado porque viví muchas vidas en una misma, los recuerdos que añoraban mi corazón fueron intercambiados por otros que no imaginé que llegaría a tener.
De tal manera aprendí que no podemos aferrarnos a un solo destino, pues el mismo es el que rige sus reglas y lo que pueda quitar o poner en nuestro camino, será.
Desde mis más profundos sueños podía escuchar esos gritos, que aunque a veces pueden parecer fastidiosos es lo más hermoso del mundo, mi corazón vivía rebosado de amor todos los días.
Me incorporé en la cama notando mi lado derecho vacío bajé de la misma y salí de la habitación siguiendo el ruido del intenso llanto hasta bajar las escaleras en dirección a la sala. Ese hombre que tanto amaba yacía en una esquina frente a la ventana con nuestro hijo en brazos.
Irónicamente cada vez que despierta y es el quien lo sostiene empieza a llorar de una manera incontrolable. Sonreí al ver lo hermosos que se veían bajo la tenue luz de la luna.
- No esperaba esta hermosa serenata
Negó aún dándome la espalda y se volteó mirándome con una amplia sonrisa en sus labios.
- Lo siento amor, no logro calmarlo no me quiere - Lloriqueo
- Anda déjame ver - Lo tomé en mis brazos notando sus mejillas rojisas - Tiene hambre, déjame amamantarlo.
- Es un glotón, si le dí de comer hace poco.
Rodé los ojos negando y caminé de espacio hacia los muebles me acomodé en ellos y su pequeña boquita succionó rápidamente el líquido que para el debería ser exquisito por la forma en que cerraba sus ojos.
No podía apartar la mirada de mi pequeño y hermoso hijo que llegó a mi vida para llenarla de alegrías, bendiciones y por supuesto mi querido esposo que nunca se apartó de mi en ningún momento, cada noche al despertar con los gritos era el primero en salir corriendo a atenderlo para que yo pudiera descansar.
Y aún sigue haciéndolo.
Sentí unas caricias en mi rostro y levanté la mirada encontradome con unos hermosos ojos negros brillando con intensidad, cerré los ojos levemente ante su tacto sintiendo la misma química de siempre.
A pesar del tiempo nuestros corazones seguían floreciendo en un jardín de fuego que no podía ser apagado con nada.
Mis pensamientos fueron interrumpidos al escuchar unos pasos siendo arrastrados escaleras abajo, no pude evitar reír y José salió corriendo antes de que la pequeña cayera por estar somnolienta.
- Papá, otra vez no quiere dormir ese llorón
- Oye Sofía, es tu hermano no le digas así - Reímos y se acercó negando.
Besé su cabeza y tomó la mano del pequeño para jugar con ella, mis dos hermosos hijos estaban entre mis brazos y junto al amor de mi vida, no podría pedir nada más aunque a cada rato me daban unos fuertes dolores de cabeza.
- Te ves hermosa
- Ay por favor, ¿Me dices bonita a mi? Estoy toda fea y gorda - Bufé.
- El embarazo te sienta muy bien, además ese hermoso cuerpo llevó a mis preciosos hijos por nueve meses ¿No es ese el honor más grande del mundo?
- Es suficiente - Abofetee su rostro a modo de broma - Me harás llorar.
- No papá, no hagas llorar a mami - Reímos
ESTÁS LEYENDO
LOS CHICOS DEL PROCESO ⏳ (Editando&Corrigiendo)
RomanceMi vida se destruyó en el momento que la mire y sus ojos estaban vacíos, ¿La había perdido? ¿Que pasaría con nosotros? cuando mi vos, mi rostro y absolutamente todo era ajeno para ella; mi mundo se cayó en pedazos cuando tuve que soportar verla en b...