(89) Un atardecer de naranja y rosa

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Tendrás que luchar y defender lo que amas con uñas y dientes para que no te sea arrebatado sin compasión.

Otra vez estábamos pasando por la misma situación y despertar con ese mal sabor de boca me molestó más de lo que esperaba, los rumores en las noticias de una supuesta noche de pasión entre ellos salió a relucir por todos lados desde temprano.

José, di mil vueltas en la habitación solo nombrandolo en mi mente con unas inmensas ganas de asesinarlo, esa maldita mujer algo le hizo por que estaba segura de que jamás se enredaria con ella.

Me sentía frustrada hasta más no poder, luego de que la tormenta cesara me cayó un chubasco enorme sin estarlo esperando. Sin embargo su querido hermano intervino exclamando que todo fue una trampa.

Salí de mi habitación en dirección a la suya pero aún estaba echado como un cerdo y roncando como buey, pedí que prepararan un café bien cargado y volví a subir también con una jarra de agua fría.

- ¡Maldición! - Despertó de golpe impactado al verme - Q-que rayos pasa contigo

- ¡Son las diez de la mañana acaso no piensas levantarte de esa cama!

- ¿No puedes decir buenos días como alguien normal? - Se fue incorporando lentamente mirándome con fastidio.

- Buenos días - Le lancé el periódico a la cara y se exaltó, abrió los ojos de golpe al ver la noticia por todos lados.

- N-no puede ser - Su cara de desfiguró del asco y se levantó en modo automático - ¡Qué demonios es esto! - Revolvió su cabello frustrado - Voy a matarla, en serio que diablos hizo.

- ¿Acaso no eres un hombre?- Me miró confundido y lo tomé de la oreja arrastrándolo hacia el baño.

- Ah, ah, suelta, suelta me duele.

- Todo el mundo puede jugar contigo estúpido, quítate esa maldita suciedad de encima

Lo fui empujando hacia la ducha y abrí el grifo encima de su cabeza, abrió la boca ante la sensación del frío y el agua recorrió todo su cuerpo, la ropa pegada a su piel dejaba ver claramente su potencial.

Le di una mirada de reproche y salí antes de que se le ocurriera hacer algunas de las suyas, le dejé el café en la mesita y volví a mi habitación a vestirme, me coloqué un jeans largo roto, un top negro de tirantes y una camiseta sin mangas.

Escuché unos toques insistentes en la puerta y fui hacia ella, al abrir Sandra estaba con una expresión de miedo. Al escuchar las palabras que salieron de su boca la irá incrementó en mi, salí rápidamente a enfrentar a esa maldita arpía.

POV José...

Flashbacks...

Luego de otra discusión que parecían nunca terminar decidí salir a tomar un poco de aire, en verdad me estaba sofocando de sobremanera. Ya no soportaba estar alejado de Kathia.

Tomé el teléfono al sentirlo vibrar y revisé el mensaje de mi hermano, tomé mis cosas y antes de bajar pasé por su habitación. Ya se encontraba dormida o eso parecía.

Dejé un tulipán al lado de sus manos y acaricié su cabello suavemente. Salí sin hacer ruido y bajé apresurado, abrí la puerta del coche y lo saludé con un choque de puños.

- Ay hermano, te ves fatal

- Necesito relajarme, estos días son muy agotadores.

- ¿Aún no mejora nada con ella?

- No, aún sigue muy enojada. Ojalá podamos arreglarlo.

Asintió y siguió mirando al frente.

En minutos estuvimos en un bar restaurante muy conocido en la ciudad, nos acercamos a la barra y nos acomodamos pidiendo el primer trago que tomé a penas tenerlo en mis manos.

LOS CHICOS DEL PROCESO ⏳ (Editando&Corrigiendo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora