(86) Mi corazón y mi Alma

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Mi corazón y mi alma siempre estarán contigo.

Fue un día soleado, las estrellas brillaron bajo el sol y las aguas cristalinas mojaron mis pies pero ya no eran frías. La calidez llegó a mi corazón de tu mano.

Abri los ojos sintiendo una fuerte molestia en mis ojos ¿Era el sol? Me pregunté que tanto había dormido como para que estuviera tan fuerte, me incorporé en la cama y el lavado derecho estaba vacío.

Miré el reloj en la pared y daban las nueve de la mañana ¡Había dormido demasiado! Bajé de la cama y corrí rápidamente a la ducha, lavé mi cuerpos con aceites y aromas ricos me relajé bastante.

Me vestí con una falda negra ajustada un dedo encima de la rodilla, una blusa de mangas largas color crema y unos tacones negros, me coloqué los lentes de un rosa claro y solté mi cabello.

Cuando salí del armario ya la cama estaba hecha y sobre ella unos hermosos tulipanes blancos y rosas, una taza de chocolate y una nota. Sonreí mordiendo mis labios y me acerqué tomando la nota.

Hoy es uno de esos días donde agradezco a Dios haberme puesto en tu camino, tu me encontraste y no me pude resistir a amar ese hermoso corazón que tienes. Amada mía, eres el aire que respiro, el día que me da fuerzas y la noche que me da descanso, el mundo exterior no existe para mí por que tú te has convertido en él, en todo mi mundo.

Att: El hombre que mas te ama en el mundo.

Besé la nota llevándola a mi pecho con esa sensación extraña que desde hacia mucho tiempo venía sintiendo. Ese hombre se encargó de vivir cada día conmigo sin tener que contarlos, tomó mis heridas en sus manos y las curó una por una.

Aún recuerdo todos esos días, semanas, meses donde no descansó hasta que yo mejorara, le debía tanto que estaba dispuesta a morir a su lado por amor y por agradecimiento.

Me acomodé en la orilla de la cama y tomé la taza con la otra mano los tulipanes, eran hermosos y olían muy bien. Llenaron mi corazón de alegría como tanto hacia con cada detalle que tenía todos los días.

Sentí la puerta abrirse lentamente y esos hermosos ojos negros brillaron acompañados de una sonrisa, a penas verlo solté lo que tenía con cuidado de no quemarme y salté a sus brazos.

- ¡José te he extrañado demasiado!

Lo abracé fuertemente y me giro en sus brazos hasta que casi caemos mareados.

- Ya estoy aquí mi pequeña - Mis tocaron el piso y lo besé sin perder tiempo - Estás más hermosa que nunca

- No vuelvas a irte, por favor ya no soporto más esos viajes tuyos.

- Sabes que hay muchas cosas que resolver y merecemos ser libres - Tomó mi mano llevándome a la cama - Termina de arreglarte vamos a reunirnos con tus hermanos.

Me levanté y me coloqué un poco de maquillaje, unos pendientes y perfume. Tomé mi bolso y salimos juntos esperé a que sacara el auto y nos encaminamos a la casa grande donde se encontraban mis hermanos.

El día estaba precioso y más tomada de la mano con el amor que tanto mi corazón añoraba, no podía dejar de ver esa hermosa sonrisa en su rostro. Llegamos al portón y los hombres nos permitieron la entrada, divisé a mi hermano en el jardín principal y sonrió a penas vernos.

Abrió sus brazos y me recibió de manera cálida.

- Cariño mío, la más hermosa de todas las princesas menores

- Claro tienes que ser muy específico - Reímos - Si Lucy te escucha ya sabes lo que te pasará.

- Está arriba, anda ve con ella.

LOS CHICOS DEL PROCESO ⏳ (Editando&Corrigiendo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora