(70) Deja Vu

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Cuando me cansé de correr y dar vueltas fue entonces cuando volví a encontrarte.

Volvi al hotel y al llegar mis piernas no dieron para más y casualmente al único lugar que me llevaron fue a la piscina.

Lo primero que hice fue apagar mi teléfono, estaba atravesando un shock tan grande que mi mente se había autoprogramado en blanco y negro.

Pero en los mas profundo de mí, se seguían repitiendo esas imágenes, ese momento donde la ví caer a la piscina y bastó solo un micrósegundo para saber que se trataba de Kathia.

Aún estaba retirado pero me lancé a correr lo más rápido que pude aunque el alboroto de las personas me lo impidió y la piscina era tan grande que los que estaban en la piscina tampoco lograron llegar tan rápido como querían.

Cuando tuve contacto con el agua que la vi en el fondo mi corazón salió corriendo detrás de ella hasta tomarla de la mano. En ese instante una fuerza descomunal recorrió todo mi cuerpo.

Al sacarla del agua estaba temblando, rogaba en silencio que estuviera bien, mis manos presionaron fuerte su pecho y aunque era una emergencia tuve la oportunidad de volver a tocar sus labios.

No podía describir con simples palabras todo lo que sentí cuando esa mujer recobró el sentido y abrió los ojos justo a unos centímetros de mi rostro, nunca en la vida me había sentido tan nervioso, extasiado, emocionado y aterrado como en ese momento.

Ver esos hermosos ojos verdes y esa sonrisa me devolvió la vida pero me la quitaba al mismo tiempo, debía actuar como médico y olvidar mis sentimientos, como todo un profesional salvando una vida.

Pero no, quien estaba ahí y estuvo a punto de morir era la mujer que yo amaba ¡Cómo podía estar simplemente tranquilo luego de dos largos años sin verla!

- ¡Dios va a volverme completamente loco!

Grité a los cuatro vientos y unos borrachos que estaban por ahí tirados gritaron entre carcajadas que yo estaba loco.

Me quedé estático observando el agua y ese momento repitiéndose una y otra y otra vez en mi mente, hasta que llegó el amanecer y me sentía enfermo, extasiado, fuera de sí.

Ví a lo lejos a mis hermanos dando vueltas y levanté el brazo agitado la mano para que me vieran, llegaron apresurados bombardeandome de preguntas.

Todos hablaban al mismo tiempo y yo sentía mi cabeza a punto de explotar, saqué el móvil de mis bolsillos y en efecto tenía más de cincuenta llamadas de todos en ellos pero no eran los únicos.

Había un número desconocido, tenía demasiadas llamadas perdidas de esa número.

- ¡Por lo menos nos estás escuchando!

- Me fui con una ambulancia por que dos personas cayeron al agua, es todo llegué muy tarde estaba demasiado cansado y me quedé dormido aquí - Mentí en lo último.

- Si claro - Agregó el menor mirándome con toda la desconfianza del mundo - Fingiremos que te vamos a creer.

- Tendremos una salida solos y les contaré todo ¿Contentos? - Todos asintieron emocionados logrando sacarme una carcajada.

Me arrastraron a la habitación y me dejaron solo diez minutos para que pudiera bañarme y luego ir a desayunar con ellos, si nos los echo casi se me quedan ahí amontonados en la habitación.

Entré al baño y duré quizá demasiado tiempo ahí pensando debajo del agua, cuando reaccioné terminé con mi labor y salí apresurado, me vestí con un jeans normal y una camisa blanca con las mangas remangadas hasta los codos.

LOS CHICOS DEL PROCESO ⏳ (Editando&Corrigiendo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora