LOS CHICOS DEL PROCESO ⏳ (Editando&Corrigiendo)

(62) ¡Esto es Guerra!

Era momento de caer, de rendirse, de respirar y seguir...

Al salir de ese lugar sentía que el aire no llegaba a mis pulmones. Desate mi corbata y sentía un intenso frío, estaba sudando fríamente sin control.

Me detuve un momento sintiendo que el suelo se abría bajo mis pies y que una roca gigante caía sobre mi pecho destrozándolo por completo.

Me alejé de la humanidad por años, duré mucho tiempo encerrado en un mundo que solo yo conocía siendo dueño de mi mismo y hoy me arrebataban el  único rayo de luz que iluminaba mi vida.

¡Ni siquiera lo pedí! ¡No estaba esperando algo así!

Nunca pedí enamorarme de ella, ahora era el villano de una historia que ni un comienzo tenía. Optaron por lo más fácil, sacarme del camino de la manera mas vil.

Pero sin importar qué, ni el tiempo que pasara lejos yo sabia que a quién realmente amaba era a mí.

Caminé sin rumbo por los pasillos pensando en una opción para salir más fácil de la mísera situación que estaba viviendo pero me era imposible.

Encima se la llevarán lejos también, cómo podían tomar decisiones sin tomarnos en cuenta como si de unos títeres se tratara.

Llegué a esa puerta y sentí el peso del mundo sobre mis hombros ¿En tan poco tiempo te has convertido en lo más importante de mi corazón?

Respiré hondo y saqué fuerzas de dónde definitivamente ya no tenía.

Giré el pomo de la puerta y sentí mi corazón desbocado podría jurar que si alguien hubiese estado cerca los habría escuchado.

Entré tan de espacio que el tiempo congelarse y un leve grito llamó mi atención, de una enfermera que estaba en la esquina cerca del baño.

Negué con la cabeza y salió sin decir ni media palabra. Cerré la puerta y la observé como si fuera lo más lejano de mi vida, sabía perfec que tenía prohibido estar allí pero ya nada me importaba.

Solo quería estar cerca de ella...

Ella no nació para estar postrada en una maldita cama si pudiera me la llevaría lejos pero tampoco era la mejor manera de hacer las cosas.

Creo que mi problema es querer hacer siempre las cosas bien.

Mis manos acariciaron la tela de la sábana que cubría su cuerpo hasta su pecho.

Sus brazos, su cabeza y toda ella aún estaba cubierta por las vendas. Su cuerpo y cerebro yacian bajo el efecto de una droga, dormida, en coma, habían tantos nombres para llamarle.

- Hola princesa - Sentí las lágrimas caer - Perdóname por no estar más cerca, he querido visitarte más seguido pero no he podido - Cerré los ojos sintiendo ese nudo destrozar mi garganta - Amor escucha, van a llevarte lejos de aquí pero es por tu bien ¿Estamos? Tienes que ser fuerte, princesa por favor tienes que salir de esta sí - Mordí mis labios evitando el llanto - Y-yo tengo que hacer un viaje, no podré estar a tu lado pero quiero y escúchame bien, quiero que sepas que yo te amo; no me importa dónde estemos yo nunca voy a dejarte - Me alejé un momento sollozando - Ah Dios, Kathia no me olvides por favor, podría con todo menos con eso. Si el destino nos quiere regalar otra oportunidad así será, volveré a verte algún día estoy seguro.

No podía evitar sentir que mi pecho estaba a punto de explotar era tanta la necesidad de verla a ella bien, de imaginarla en mis brazos otra vez.

Tal vez esto era a lo más sentimental que había llegado.

Nunca senté cabeza por que la mujer que una vez amé me abandonó, no volví a  imaginar  mi vida al lado de otra mujer por que aunque nadie lo creyera yo era un hombre de palabra pero sobre todo de un solo corazón y en ese preciso momento si me fallan se pierde todo.