(55) Sofia

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Caminé de espacio arrastrando los pies por el piso de madera evitando pisar toda la sangre que había en el mismo.

Un aire frío salió de mis labios entreabiertos, me ardían los ojos por las lágrimas que han recorrido una y otra vez el mismo lugar.

El frío metálico en mi cabeza me hizo temblar de nuevo no me acostumbro a tener armas tan cerca de mí cabeza y no por miedo es una sensación extraña que no logro descifrar.

Una expresión de horror se dibuja en mi rostro al ver dos cuerpos ensangrentados en el piso tapo mi boca tratando de minorar las náuseas que eso me provocaba

¿Quién era ella?

Acaso es...es S-sofia, Sofía mi mamá.

- Pobrecita de Lucia la dejo cinco minutos sola y mira la estupidez con la que me sale y sí, esa que ves ahí muerta es tu madre.

Sus palabras me dejaron más que impactada mi cuerpo y mi mente quedaron en modo automático al ver tal escena ¿Mi madre? Esa pregunta se repite una y otra y otra vez en mi cabeza.

Sentí como se destrozo mi corazón al observarla y sentir un vacío en mi pecho indescriptible no podía asimilar que me encontraba frente a su cuerpo sin vida.

-Sabes lo bueno que tenía - gemi de dolor cuando me tomó fuerte del cabello - Es mucho más sexy que Lucía y por unos instantes llegue a pensar en tomarla como mujer pero era ilógico hacerlo así sin voluntad y lo peor de todo es que no te pareces ni un poquito a ella piénsalo Kathia no te pareces a tu padre ni a tu madre y menos a tus hermanos ¿Quién eres? Acaso no crees ser una bastarda que encontraron por ahí quizás inventaron todo esto para ayudarte ¡Mírate y mírala y piensa! - jalonea de mis hombros obligándome a mirar su cuerpo sin vida - ¡Ahora recuerda a tu papá son tan diferentes!

¡No lo soporto! ¡No lo soporto! ¡No lo soporto!.

- ¡Ahhhh! - grité con todas mis fuerzas tapando mis oídos - ¡Cállate, cállate ya cállate!

Sus manos se alejaron de mí y taparon también los suyos sentí un líquido metálico en mi garganta y vomité la sangre mojando el piso, caí de rodillas en él con el cuerpo temblando.

Mis manos estaban llenas de sangre yo también era una desconocida.

Me arrastré hasta llegar a su cuerpo y lo tomé en mis brazos sus ojos verdes aún estaban abiertos acerqué mi mano temblorosa y los cerré su cabello rojo le llegaba hasta los hombros su piel era tan blanca y suave tan diferente a la mía, su rostro su cuerpo ella es hermosa las lágrimas cayeron de mis mejillas mojando las suyas moví su cuerpo en mis brazos llorando desconsoladamente abrazándola para sentir al menos un poco de ese calor que nunca tuve.

Tuve que aprender y entender de la manera mas dolorosa que nuestros destinos en vida nunca se cruzarían, que nunca podré tener a una madre conmigo.

Si hubiese crecido con ella quizás todo sería diferente mi vida, mi mundo, mi mente no estaría en este estado todos seriamos felices pero eso no existe son solo momentos que debemos disfrutar.

Mama, mamá por que no estuvimos juntas no lo entiendo si solo somos culpables de amar.

- ¡Ya deja de lloriquear me desesperas!

-¡No te atrevas a tocarme Lucas!

Solo querían un cuenco vacío que no sintiera nada ¿Qué corazón tan miserable tienen para destruir cada parte de mi de esa manera?

No me han dejado nada, nada que pueda querer tener conmigo por el terror de perderlo, ni un poquito de felicidad, nada ni nadie a quien pueda amar.

Así, así quiero estar no quiero sentir solo quiero empezar a hacer lo que mi mente diga y olvidarme de mi corazón.

LOS CHICOS DEL PROCESO ⏳ (Editando&Corrigiendo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora