(27) Guzmán

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Nuestra amada Lucía en multimedia...

Una mente frágil....

Una pequeña luz iluminaba mi camino, era así desde pequeña pero a mi derecha una sombría sombra también me hacía compañía.

Por más que corriera no podía escapar de ella y con el tiempo solo me fui acostumbrando hasta que se me hizo más fácil tolerarla, claro eso antes de que intentara asesinarme ahogandome....

Desperte exaltada por los gritos detrás de la puerta con insistencia observé la hora en el reloj de mi mesita y aún eran las cinco de la mañana.

La puerta de abrió con brusquedad y esa mujer entró a mi habitación diciendo todo lo que le salía por la boca sin mirarme.

Ese personaje era mi madre, gritaba que despertara, que era muy tarde para andar holgazaneando cuando todos los demás estaban despiertos y me imagino que hablaba de mi hermana.

Fue recogiendo algunas ropas que se voló la brisa en la noche y solo se quejaba de que vivo encima del desorden, sus palabras se hicieron más notables para mí cuando tomó mi mentón y reaccioné.

- ¡Me estás escuchando, tu hermana ya está despierta y lista preparando el desayuno y tú aquí tirada!

- Mamá, faltan dos horas y media para ir a clases, son las cinco de la mañana.

- Así son ustedes - Me miró decepcionada - Quienes no se esfuerzan ni quieren aprender ¡Sal de esa cama ahora!

Salté hasta el baño y me preparé rápido, organice mi mochila y bajé a la cocina donde mi hermana tampoco se molestó ni en mirarme.

La ayude a servir el desayuno y me senté a su lado mi madre me miró con el seño fruncido y nuestro padre solo leía el periódico absorto al mundo pero....

Cualquier cosa que le molestara explotaría sobre nosotras cayendonos a golpes, tomé la cuchara con mi mano temblando y mi padre apartó el periódico por el ruido.

Mi hermana aprovechó y movió una cuchara desviando la atención. Terminamos el desayuno y me tocó lavar los trastes, subí a lavar mis dientes y luego salimos de casa

Mi padre era herrero, mi madre cocinera y mi hermana trabajaba en un club de ricos a medio tiempo. Mientras yo con trece años aún solo estudiaba y ayudaba en casa.

(......)

Al llegar a la preparatoria un montón de chicos arrinconaron a mi hermana y ella solo les sonreía coqueta.

Se juntaba con un grupo que no tenía muy buena fama y de vez en cuando se escapaba para salir con ellos quien sabe a dónde, tomándome como rehén.

Por lo general era ignorada todo el tiempo, no tenía amigos y ella pasaba de mi fingiendo no conocerme ni siquiera cuando me molestaban o me golpeaban.

En una ocasión recibí una paliza tal que terminé en el hospital sola, pasé la noche allí y al llegar a casa recibí otra paliza por haber desaparecido y ella lo sabía todo.

Aún recuerdo las palabras de mi madre "Vas a prepararte para ser una buena esposa por que no voy a mantenerte siempre, tu hermana será una gran profesional y se irá a vivir a Londres"

Cuando cumplí los quince años empezó una ardua labor de preparación a pesar de ser pobres mi madre nos inculcó la ambición por tener una vida mejor.

Un sábado de excursión estábamos reunidos frente a una fogata y el chico que me gustaba se despidió para ir a caminar un poco.

Mi hermana no estaba así que aproveché para seguirlo hasta que lo encontré bajo un árbol tocando la guitarra. Se veía hermoso y tranquilo, me acerqué un poco más hasta que por accidente pise una rama y se dió vuelta rápidamente.

LOS CHICOS DEL PROCESO ⏳ (Editando&Corrigiendo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora