Extra

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Las manos de Mattheo sostenían firmemente la cintura de su hermana, la chica sabía que eso dejaría marca. El menor le dio una sonrisa arrogante a su padre y a Sirius quienes estaban esperando su turno.

Los gemidos de Cassiopeia eran exquisitos, simplemente un sonido hermoso que ninguno de los tres hombres se cansaba de escuchar.

Cassiopeia quien cabalgaba a Mattheo se veía realmente hermosa con ese hermoso conjunto regalado por Sirius.

La chica había cumplido diecinueve, habían pasado un año desde que Sirius fue descubierto besando a la chica y luego de casi ser asesinado por Theo, este había aceptado a regañadientes que el hombre se uniera.

Palabras en parsel y noruego era lo que Polaris escuchaba. Las mordidas iban subiendo desde sus muslos hasta su cuello, las marcas de manos ajenas adornaban su cadera y cuello.

Realmente sabían como divertirse..

Se arrodillo frente a Tom, mientras ahora era Sirius quien la penetraba.

Dejo que el mayor guiará el ritmo de las embestidas, lagrimas de placer adornaban sus ojos mientras una corriente electrica recorría su cuerpo.

La chica tenía unas hermosas esposas negras bien colocadas en su espalda, cortesía de Mattheo.

- Vamos, estrellita brinca.. - Ante la voz ronca de Sirius no dudo en sonrojarse.

- Eso princesa.. más profundo. - Agregó Tom en un gruñido tirando del cabello de la chica.

Cassiopeia sintió como las esposas mágicas la liberaban suavemente, miro de reojo a Mattheo.

El chico le mostró una venda completamente negra, la chica no dudo en sonrojarse al darse cuenta de su indirecta.

Apartándose lentamente de Tom, y dejando de brincar, miro fijamente al azabache quien sonrió ante la obvia excitacion de la chica.

- Trae el látigo Theo.. - susurro en hilo de voz.

El chico no dudo en obedecer a la orden.

Al tener la venda y el látigo, se arrodillo frente a su hermana sumisamente quien dejo descansar a Tom y Sirius.

Mattheo cerrando suavemente sus ojos dejo que la chica le colocará la venda.

Rápidamente los colores subieron a su cara tras imaginarse lo que vendría, podía sentir los finos dedos de su gemela recorrer su pecho y rostro, no dudo en abrir su boca lamiendo y chupando los dedos de la chica.

- Eres un lindo perrito Theo.. - susurro tiernamente en su oído.

Al recibir el cumplido un gemido audible escapo del mayor.

Trepandose en el regazo del chico, lo empujo suavemente hasta que Mattheo estuvo recostado completamente, cuando las grandes manos del azabache tomaron la cadera de la chica, una sonrisa se posó en su rostro.

- C-Cass.. - Ante el tono tímido y avergonzado, la chica supo lo que vendría a continuación. - Castigame.. -

Cassiopeia con un pequeño cuchillo hizo un leve corte en el pecho del contrario, el temblor en el cuerpo de Mattheo la hizo estremecer. Una sonrisa morbosa tiro de los labios del chico bajo ella.

El azabache al sentir como apretaban sus mejillas con fuerza, se sintió nervioso y ansioso.

- Theo.. - Al no sentir el peso de la chica en su regazo, comenzó a respirar errático. - Saca tu lengua.. - Murmuró tranquilamente Cassiopeia. Obedeciendo al pedido, Mattheo dejo ver su lengua, y cuando sintió un peso en su rostro supo de que se trataba.

Too Sweet (Mattheo Riddle, T.R) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora