Ji-Seob caminaba hacia la oficina del rey, estaba de acuerdo en que tienen que proteger al príncipe, pero no de esa manera. No le molestaba seguir contándole historias, pero esto no puede seguir así.
Cuando llegó, tocó la puerta dos veces y entró cuando le dieron la orden de hacerlo, pudo ver al rey sentado en su silla detrás del escritorio mientras me observaba con su típica mirada seria.
— Le seguiste contando historias ¿verdad?
— Sí, su majestad…—iba a hablar pero fue interrumpido.
— Deja de hacerlo.
— Puedo preguntar ¿Por qué?
— Es sencillo Ji-Seob. —se levanta dirigiéndose a él. — Es solo para protegerlo, ahora él va a querer salir para buscar respuestas, tú estabas con él cuando salió ¿o me equivoco? —el viajero agacha la cabeza en modo de disculpas. — Pudo salir herido, y no lo detuviste, todavía hay rebeldes sueltos, no sabemos cuándo volverán a atacar.
— Todavía no han dado indicios de hacerlo…
— Pero aun así hay que estar en alerta. —suspira sobándose el puente de la nariz. — Necesito que hagas un viaje a los cuatro reinos, tienes que darles una carta, es de suma importancia que se los entregues. —estira el brazo izquierdo con la carta en mano dándosela, él la agarra y la guarda en su bolso. — Bien eso es todo, ten cuidado.
— Habla con él Jin-Woo, necesita a su padre.
— ¿Luego de cómo lo traté? —da una sonrisa llena de tristeza que fue notada por el mayor. — No va a querer ni verme.—se sienta nuevamente en la silla.
— Claro que sí, trata de escucharlo, aunque esté por cumplir los dieciocho años se sigue comportando como aquel niño travieso de antes, necesita hablar con alguien que no sea con la señora Ye o conmigo, trata de escuchar lo que tenga para decir. —hace una reverencia antes de marcharse.
Mientras tanto, en otro lugar, estaba aquel pobre joven encerrado en la celda, hoy tendría una buena visita.
Mientras tarareaba la misma canción con los ojos cerrados y acostado encima de paja, en su cabeza apareció aquel extraño chico, ¿por qué hiso aquellas preguntas? Sus ojos almendrados prestándoles atención con cada palabra que daba.
¿Será nuevo en el pueblo?
Por su reacción supone que sí.
No tenía pinta de ser pobre, por su vestimenta pudo deducir que provenía de una familia con dinero.
Sus pensamientos fueron interrumpidos por el golpe en las rejas, su gran visita ha llegado.
— Levántate.
Con pereza lo hizo mientras se acercaba a él.
— Un gusto en volverlo a ver majestad. — sonríe. — ¿Me trajo comida? Tengo demasiada hambre.
— Eres Jungkook ¿verdad? — su sonrisa se fue cayendo poco a poco y el rey al ver eso supo que había dado en el blanco. — Eres un Jeon por lo que vi.
— ¿Y eso que?
— Tu padre era un Rebelde ¿Lo sabias?
— ¿Qué? Díganme que no me metieron prisionero por culpa de mi padre.
— Bueno… Toda tu familia hizo cosas que no tendrían que haber hecho, no solo tu padre.—borró su sonrisa para volverse totalmente serio. — Jungkook, tu bien sabes que no solo intentaste robar en el palacio, intentaste entrar en una habitación prohibida y privada.
— Solo quería saber si el rumor de que su hijo seguía vivo era cierto. — alza sus hombros no importándole mucho.
El rey agarró su remera y lo atrajo hacia él haciendo que el joven quejara del dolor.

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ALTEZA | kooktae
FanfictionKim Taehyung, un joven príncipe cuyo destino ha sido moldeado por la opresiva sombra de sus propios padres, encerrado en el imponente palacio real desde su más tierna infancia. Privado de la oportunidad de explorar el mundo exterior que se extiende...