MADNESS 🍀 Scorly

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Lily y Scorpius estuvieron un par de minutos estáticos en su lugar, hasta que Scorpius reaccionó primero y se puso al frente de Lily de brazos cruzados.

- Bien, esto si que fue inesperado - dijo Scorpius.

- ¿Dominique vendrá? - preguntó Diego siguiendo con una actitud tranquila a diferencia de todos los presentes.

- Si - dijo Lily asomándose tras Scorpius.
- No - respondió James.

Ambos hermanos se miraron y Lily comprendió que aquella sería una explicación que recibiría después.

- Hoy nos limitaremos a ser solo nosotros por el improvisto del cambio de planes - agregó Danielle.

- Sea lo que sea que hayan planeado para verme, no los veo muy organizados, error uno - dijo Diego.

- ¿Cómo que error? - dijo Albus ofendido.

- Quieren tener las herramientas como niños para acabar con esta guerra antes de que empiece, sin involucrar a sus mayores, alguien les tiene que decir que están haciendo mal, y la comunicación es clave.

- Bueno, pasando el hecho de que tienes razón - admitió Lily y sus hermanos la miraron ofendidos - ¿Nos darás respuestas? Tú lo has dicho, la comunicación es clave.

- Aprendes rápido lirio - dijo Diego soltando una carcajada. Scorpius agarró la mano de Lily con fuerza y su cuerpo se sentía tenso por completo - Yo prometí respuesta, así que si me deja el resto de ver como un experimento fuera de control, podremos hablar con comodidad, al menos por un par de horas antes de que se convierta en una sospecha que ustedes no se ven por ningún lugar.

- ¿Puedes empezar diciendo quién eres en realidad? - preguntó Scorpius en un tono tranquilo. Precedió a mover dos sillas para quedar sentados todo en una especie de círculo disperso - Desde el principio, tú eres la pieza clave por la que quedamos involucrados en esto, para mí no deberías ser más que un estudiante, eres contemporáneo con nosotros, pero eres cabecilla de este desastre.

- Bueno, me presentó - dijo Diego colocándose de pie con algo de sorna - Soy Diego Montanari, tengo 20 años, como Lily tuvo que decirles soy un obscurial.

- ¿Nunca fuiste a Hogwarts? - preguntó Frank.

- Yo no soy de estas tierras chico, soy de Egipto, en pocas palabras soy un forastero - respondió Diego caminando hasta una de las pocas ventanas que permitía un leve paso de luz - Yo debí asistir a Uagadau, pero mi padre muggle nos reprimió a mí y mi hermano desde pequeños, desconocía que se caso con una bruja hasta que presentamos los primeros indicios de magia. Mi madre por complacerlo le dijo que nosotros no aprenderíamos nada, y al momento de tener que registrarnos justifico que la crianza sería en casa.  Mi tío Bahir, que tuvieron que conocer en su colegio, no tuvo problemas con ayuda encubrir a mi madre para que nadie del ministerio fuese a verificar que realmente estábamos aprendiendo a controlar nuestra magia.

- ¿Es bueno o malo entonces? - preguntó Danielle.

- Conoce lo que ocurre pero es inteligente para quedarse al margen, pero no puedo negar que es un profesor dedicado a sus alumnos, pero siempre protegiendo su imagen - explicó Diego encogiéndose de hombros - En fin, evidentemente pasó lo que pasa cuando obligas a un niño a esconder su magia.

- Emergió de otra manera - murmuró Lily sintiendo pena por el muchacho, y este asintió viéndola directo a los ojos.

- Yo fui el último, pues era el menor, y realmente me saltaré la dinámica familiar. Un día en mis catorce años, mi hermano de diecisiete recién cumplidos, tuvo una discusión colosal con mis padres, y uno de los brotes.... Bueno hasta ese día hubo familia y me tuve que valer por mi cuenta - dijo Diego yendo lo más directo al grano posible, sin inmutar su expresión. Lily se le armó un nudo en la garganta, y a su lado pudo ver que Scorpius relajaba la postura y veía a Diego con profunda pena - Anduve un año sobreviviendo por mi cuenta, para un muchacho de quince años con problemas con su magia era difícil pasar bien desapercibido, pero conocí a la peor persona que pude conocer para aquel entonces.