LA REVELACIÓN.

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CAPITULO 4.
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DÍAS DESPUÉS.
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Los filosos tacones rechinaban en el suelo de aquel penthouse, el sol se estaba ocultando y una cálida luz emitida a través del ventanal le daba un aire acogedor al lugar.

- ¿Que ha pasado?- pregunta la mujer en tono autoritario.

- Hay que acelerar las cosas- inicia una grave voz masculina.

- Con lo de Naraku nuestros planes pueden correr peligro- anuncia el hombre de canas.

- Debemos tomar cartas en el asunto- comenta una nueva voz que ingresa al lugar.

- Pensamos que no vendrías- confiesa la única mujer del grupo.

- Saben que esto me afecta tanto como a ustedes, y que Sesshomaru está tan involucrado como su hijo... Si se atrevieron a atacar a Naraku pueden hacer lo mismo con mi hijo- suelta con preocupación. - Agradezco que lo estés manteniendo al margen con el asunto de Rin- finaliza mientras toma asiento.

- Ya basta de cortesías señores, estamos aquí para planear nuestro próximo paso- interrumpe la mujer.

- Tu mujer tiene razón Sosuke- suelta el rubio de mediana edad.

- Concordamos en algo Dubois- finalizan para iniciar la reunión.
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Daban las siete de la noche cuando después de una larga espera una notificación llegó a su celular.

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" Espero estes esforzándote en las lecciones de francés, si no es así estaré muy enojado para cuando vuelva... Y hazle caso a mamá y a papá, sabes bien que jamás te harían daño.

He estado muy ocupado, por eso no he llamado a casa está vez, las cosas no van como imaginé y estoy tratando de resolverlo.

Cuídate."
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Leyó aquel mensaje tan rápido como pudo pero ni eso le ayudo a calmar sus nervios; estaba sola en casa, su madre y padre habían salido de la ciudad, normalmente disfrutaba de aquella soledad pero últimamente se sentía observada, aquella poco agradable sensación no la abandonaba ni en la noches y estando sola en casa solo provocaba que sus nervios empeorarán.

Estuvo en el living tanto como pudo pero una vez el desespero le gano tomo sus cosas y salió de casa, le escribió a su amiga Liliam y quedaron de encontrarse en una discoteca a las afueras de la ciudad; salió de casa y tomo un taxi hasta el lugar, su vestimenta a diferencia de la que usaba comúnmente para asistir a ese tipo de lugares era sencilla, unos shorts, un crop top y una botas con plataforma. Una vez llegó divisó a su amiga, estaba junto a la barra, aparentemente había estado coqueteando con el mesero, quien le dedicaba miradas que dejaban poco a la imaginación.

- pareces estar muy ocupada- comenta con sorna mientras toma asiento al lado.

- No tanto como aparentó- asegura en igual tono. -Asi que cambiemos de tema, que es lo que te sucede, te escuchabas rara al telefono- confiesa con preocupación.

- Solo no quería estar sola... Esa casa es demasiado grande para que solo la habite yo- murmura mientras toma un sorbo del whisky de su amiga.

- Bien, si tú lo dices- es lo único que responde. - Ya que estamos aquí, vamos a divertirnos bonita- finaliza mientras toma el último sorbo de la bebida y se dirige junto con la castaña a la pista de baile.

Probablemente en cualquier otro momento aquella musica le hubiera molestado, pero en su afán por distraerse le cayó como anillo al dedo; un ritmo alegre y rechinante que perfectamente podía sacarte de tus casillas comenzó a sonar y poco a poco los tímidos movimientos de la joven se fueron relajando hasta llegar al punto de perderse en la música.

Monsieur seducción. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora