SORPRESAS, Y MAS SORPRESAS...

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CAPITULO 17.
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UNA SEMANA DESPUÉS.
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La tenue luz que se colaba por el ventanal y anunciaba la llegada de la noche, aquel día tan solo era un escondite más para los amantes, que junto con las ventanas empañadas y la intensidad de las caricias, hacían la escena perfecta, al menos para ellos...

Objetos y papeles regados en el suelo junto con su ropa, mientras que ellos, apoyados al escritorio, el Taisho sentado sobre este, y ella a horcajadas sobre el, una vez más se habían dejado llevar por el desenfreno de la pasión.
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Fue justo cuando un sonoro gemido de la castaña fue callado por un beso del peliplata, que varios ruidos a las afueras del estudio llamaron su atención.

- Que es eso- inquiere la mujer con la voz agitada.

- Nada importante- asegura mientras reparte besos por toda la longitud de su cuello.

- Espérate... Las chicas se fueron hace horas- le recuerda antes colocarle las  manos en el pecho y alejarlo un poco.

- Mierda...- musitá con resignación.

Para luego permitir que la mujer se bajara y tomara sus cosas, imitando su acción segundos después.

- Debe ser James o alguno que trajo algo- asegura mientras abotona su camisa.

- No creo que lo hagan sin avisarte primero- insiste mientras termina de cerrar sus pantalones.

- Deja que salga yo primero- pide al finalizar de cambiarse para caminar hasta la salida.

Y mientras que para el solo estaba quitándole la necedad a la castaña, para ella era preocupante no saber de la procedencia de aquellos ruidos, por lo que en cuanto el Taisho salió del estudio se asomó por la puerta, despues de todo, debido a la procedencia de su trabajo no dudaba que tuviera uno que otro enemigo; fue mas que una sorpresa cuando a los lejos reconocio la segunda voz masculina en el apartamento, pues aunque la llenaba de felicidad, dificultaba su relación con el peliplata, ya que con Naraku de regreso, su partida de aquel lugar también se avecinaba y la distancia también.

Aprovechó que las voces sonaban desde el living para correr y escabullirse en su habitación sin ser vista por el pelinegro, una vez en la misma se cambió por algo que no tuviera impregnado el olor de la colonia del albino, se cepillo el cabello y dientes, una vez lista al fin bajo, encontrándose con la sorpresa de que su hermano, el "herido" estaba tomando alcohol con quién habia sido su mejor amigo de toda la vida y que ahora además del amigo de su hermano se había convertido en su amante secreto.

Su cuerpo se tensó en cuanto se acercó lo suficiente, pero no se inmutó para no llamar la atención y continuo con su camino hasta el pelinegro.

- Nara...- murmura con una sonrisa.

- Hasta que te dignas a saludarme- se mofa levantandose y dándole un abrazo a su hermana.

Un abrazo que la castaña corresponde sin esfuerzo, y que de alguna manera, tal y como siempre, dejaba una sensación de calidez en su corazón.

- Que gusto que estes de vuelta- afirma una vez se separan. - Porque no nos avisaste- inquiere.

- Quería que fuera sorpresa- asegura.

- Pues si que lo fue... - insiste con una sonrisa.

- Siendo así, eso me deja más tranquilo- se mofa.

- Y tus padres ya saben que regresaste- inquiere el albino inmiscuyendose en la conversación.

- No me quedo de otra, pero no me estoy alojando con ellos- confiesa. - Fue por esa razón que vine, te quería agradecer lo que has hecho por mi hermana en mi ausencia... Pero ya regresé y me gustaría que Rin se mudará conmigo lo antes posible- informa retomando su seriedad inicial.

Monsieur seducción. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora