EL DESCANSO.

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CAPITULO 11.
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Daban las doce de la noche cuando el piloto anuncio que estaba a punto de aterrizar, la joven de inmediato se despabilo y le dió dos toques al hombro del Taisho para alertarlo del suceso; media hora después ya se encontraban en tierra y un auto negro los esperaba para llevarlos al hotel.
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- Estoy muerta- susurra mientras se recuesta a la ventana del auto.

- Fue un viaje largo- afirma mientras casa su celular del bolsillo y lo enciende.

- Que sucede- inquiere en cuanto ve la mirada de confusión del hombre frente a la pantalla.

- Te dejare en el hotel... Tengo que salir- anuncia apagando el dispositivo y guardandolo nuevamente.

- Puedes ser honesto conmigo... El asunto que tanto atiendes aquí, en realidad es una persona cierto- murmura con su mirada fija en el ventanal.

- No lo es- asegura.

- Admitelo... Te conozco- insiste pero está vez fijando su vista en el.

- Últimamente creo que no lo suficiente- musitá.

- Nunca lo he hecho del todo... De alguna manera, aunque seamos amigos, siempre estás a un paso delante de mi- confiesa con una leve sonrisa.

- Ya veo- se mofa el hombre mientras que fija su vista en el ventanal.

- Ya estamos llegando- inquiere la castaña con emoción.

- Si pero, veremos a Naraku mañana- le informa.

- Lo supuse, no hay ningún problema- afirma admirando la ciudad.

Luego de aquella conversación no bastaron más de diez minutos para que llegaran al hotel, aquel lugar era inmenso y para sorpresa de la mujer, el hombre reservo un penthouse que no solo contaba con un pequeño living sino que también tenia dos habitaciones, lo que le recordaba el apasionado intento del albino por vigilarla, aun así sabia que aquel asunto le llevaria toda la noche; Naraku solia contarle que cuando viajaba hasta londres con el albino, este solia desaparecer toda la noche y regresar en la mañana, sorprendiendo a todos al no oler a alcohol o a cualquier otra sustancia que anunciara una noche de fiesta, sino que llegaba bien vestido y extrañamente feliz.

Aquellos pequeños detalles fueron los que le hicieron pensar que había algo más, ahí fue que comenzó a creer que el albino tenía a una mujer esperándolo en el lugar y de alguna manera eso influyó a que ella finalmente intentara desligarse de los sentimientos que le profesaba.
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Eran las dos de la mañana, ya había pasado una hora desde que llegaron al hotel y el albino ya tenía tiempo de haberse marchado, Rin por su parte a pesar de estar cansada no había podido pegar el ojo, razón por la que se levantó y salió de la habitación en busca de algo para tomar, abrió el pequeño minibar y aunque inicialmente iba por agua en cuanto vio las cervezas en el interior del aparato no se negó a tomar una; tomo asiento junto al ventanal y bebió de aquel líquido, sin duda la soledad no le sentaba bien pero aun asi se habia acostumbrados tanto ella, que estar rodeada de gente solo le causaba incomodidad, al menos asi pensaba a veces, cuando estaba tan sumida en sus pensamientos que no se daba el tiempo de pensar en nada más.

En cuanto se acabó la botella no pensó mucho para tomar otra, pero aquella sería la última, no deseaba amanecer con resaca ni mucho menos; le quedaba un sorbo cuando varios ruidos del otro lado de la puerta la alertaron, de inmediato se levantó y dejo la botella en el basurero para encerrarse en su habitación, a los pocos segundos escucho el ruido de la puerta ser abierta y al poco tiempo la voz del hombre se hizo presente, supo que estaba hablando por teléfono porque en un impulso se asomó por la rendija de la puerta.
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"- Ya lo solucione-

- No... No puedo hacerlo-

- Ya te dije que no, asi que hasta el lunes... Estoy muy cansado como para seguir lidiando con tus problemas- "
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Una vez corto la llamada se sentó en el puesto que ella antes había ocupado y como si fuera poco también se adueñó de una de las cervezas del minibar, debido a eso la castaña dió un leve suspiro y ya llena de curiosidad salió sigilosamente de la habitación.

- Pensé que estaba dormida- musitá antes de tomar un trago.

- Yo pensé que tú no llegarías a dormir- confiesa mientras se sienta junto a el.

- Acaso crees que no deseo descansar- inquiere con el ceño fruncido.

- creí que si querías hacerlo, pero no aquí- afirma.

- Deja de insistir, no tengo novia, ni aquí ni en ningún otro lugar- suelta con desgano. - Y te pido amablemente que dejes el tema en paz- pide danos otro sorbo a la bebida.

- Lo siento- se disculpa apenada.

- Ya deberías dormir- le recuerda.

- Lo intente... Pero no logro conciliar el sueño- anuncia en medio de un suspiro.

- Ansiedad por ver a tu hermano - inquiere con una expresión pícara.

- Ojalá solo fuera eso- susurra tan bajo que el hombre no logra escuchar.

- Estás hablando conmigo o con alguien mas- se mofa.

- Lo siento... Tengo insomnio, no logro dormir- le aclara esta vez en un tono más alto.

- Que te puedo decir...- murmura con duda.

- Nada, pero invítame una cerveza... - pide intentando parecer tierna.

El Taisho le da una leve sonrisa antes de levantarse, tomar la cerveza, destaparla y entregarla a su compañera.

- Gracias- informa dando un sorbo al líquido.

Si bien había dicho que no tomaría más de la cuenta, en cuanto vio al Taisho su guardia bajo y estando en compañía pensó que quizás no sería tan mala idea tomar un poco más. Lo único que la mujer no anticipo era que aquella tranquila compañía acabaría en copas de más, provocando que ambos terminarán ebrios y que a falta de conciencia terminarán dormidos en la sala.
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La castaña despertó a causa de la luz que se colaba por el ventanal, luego de abrir los ojos no tardo mas de diez segundos en darse cuenta que habia dormido recostada al pecho del albino, no le pareció raro pues ambos estaban sentados en el mismo sofá y en cuanto perdieron la conciencia se refugiaron en el otro; quiso levantarse para que el Taisho no se encontrará con aquella escena al despertar, por lo que cuidadosamente se alejo y se encerró en su habitación; un nuevo día estaba por empezar y esperaba que al ver a su hermano al fin todas sus dudas se aclararan, quizás eso era lo que faltaba para poder continuar.
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CONTINUARA...

Si llegaste hasta aquí, gracias por leer preciosuraa.♥️

Monsieur seducción. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora