EL DESPERTAR.

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CAPITULO 9.
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Despertó a la hora de siempre, se preparó para la universidad y como se había vuelto costumbre Cami la joven que trabajaba para el Taisho le preparo el almuerzo y desayuno para llevar, lo tomo y junto con Martin salió rumbo a la universidad; a pesar de su semblante comun y tranquilo, su mente era un total dilema, luego de aquello no logro pegar el ojo y por mas que evito que su mente divagaba, al final fue inevitable y eso provocó que su descanso fuera interrumpido.
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Aquel día tuvo dos clases en la mañana y bien entradas las doce del medio día salió con Liliam hasta la bancas del campus a almorzar.

- Puedo probar, se ve delicioso- inquiere la rubia.

- Adelante- responde la castaña sin mucho ánimo.

- Que te sucede, estás muy callada y no has probado nada de tu comida- pregunta nuevamente mientras prueba las verduras salteadas.

- Amanecí un poco enferma- se excusa.

- Pero te sientes demasiado mal- inquiere con preocupación la esbelta joven.

- Estoy bien Lilian, pronto se me pasará- asegura.

- Segura- responde con recelo.

- Segura- finaliza la chica.
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Después de esa conversación intento mejorar su ánimo, aunque sin duda no due nada fácil, el resto de clases se concentro e intento ocupar su mente.

Cómo todos los días llegó a casa bien entradas las cinco de la tarde, al llegar noto que no había nadie asi que aprovechando el momento dejo las llaves nuevamente en su lugar, luego regreso a su habitación y tan solo se acostó en su cama, y sabía la verdad ¿Ahora que? No sabía que hacer con lo que había descubierto y miedo de perder todo la amenazaba.

Así se mantuvo casi por una hora, hasta que finalmente el sueño la venció.
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Despertó debido a un ruido proveniente de la primera planta, por lo que se levantó y con sus cinco sentidos alerta salió de su habitación a ver de que se trataba, bajo cuidadosamente las escaleras y se asomo por el pasillo, realmente espero encontrarse cualquier cosa menos la escena que vio.

El primogénito de los Dubois estaba discutiendo con el Taisho, quien por su semblante se veía que estaba a punto de tener un ataque de rabia, de inmediato la castaña retrocedió con la intención de perderse de cualquier ángulo visible para los hombres, pero en cuanto estaba por caminar hacia las escaleras logro escuchar claramente como el rubio pronunciaba su nombre de una forma muy confiada.

- Rin... Casi que no llegas- comenta con sorna mientras le dedica una mala mirada al peliplata.

Justo en ese momento la joven recordó el desagradable compromiso que se había hecho con el rubio y con pereza y tratando de mantener la calma esbozó un leve sonrisa, que provocó una morada confusa en el albino.

- Dame diez minutos- murmura para darse la vuelta y huir despavorida.

La mujer corrió de inmediato hasta su habitación, pero en el camino logro ori como la discusión seguía.
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-Te dije que me estaba esperando-  se mofa el rubio.

- Lárgate ahora mismo - demanda el albino en tono severo.

- Ya cálmate Taisho, no me interesa estar en tu maldita propiedad- asegura. - Dile que la espero afuera- finaliza para retirarse.

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Se dió un ducha rápida y se colocó algo de sencillo, un vestido de boleros corto, color negro y unas baletas, se agarró el cabello en una media coleta y tomo un bolso pequeño a juego; bajo la escaleras y lo primero que vio al hacerlo fue la cara de pocos amigos del Taisho, quien se encontraba recostado al barandal de las escaleras.

Monsieur seducción. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora