PARA SIEMPRE.

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CAPITULO 45.

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Se miro por quinta vez en el espejo, y una vez mas la rubia sonrio viendola anonadada con su apariencia.

- ¿Ya?- Inquiere en medio de una risilla.

- ¿Enserio esta soy yo?- Responde embobada.

- ¡Rin! por supuesto que eres tu tontita... Estas hermosa- Asegura. -Aun recuerdo cuando eramos unas niñas y jugabamos con muñecas, y ahora mirate- Le recuerda sorbiendose la nariz.

- Aun no me lo puedo creer Lili... Todo esto se siente como un sueño- Confiesa. - Dure toda una vida enamorada en secreto de el y ahora... Estoy a punto de ser su esposa- Musita con una sonrisa.

- ¡Ya no sigas! O me vas a hacer llorar- Pide tomando un abanico para secar sus ojos llorosos.

- Lili... No te imaginas cuánto deseo esta felicidad para ti tambien- Continua bajandose del atril y corriendo hacia ella para abrazarla.

Un gesto que la mujer no dudo en corresponder, pero tambien para aprovechar y regañarla porque podia arruinar el peinado o el maquillaje.

- ¡Ya! Basta de cursilerias, si no salimos pronto, jamas llegaremos a tiempo a la iglesia- Anuncia.

para tomar su bolsa y el ramo en una mano, mientras que con la otra ayuda a la castaña a levantar la cola del vestido, para que al bajar las escaleras sus pies no se enredaran. Diez largos minutos depues al fin llegaron a la primera planta, y una vez mas pero esta vez con ayuda del chofer, la ayudaron a bajar los escalones de la entrada y a subir al auto, para en cuestion de segundos ponerlo en marcha.

El camino parecia ser eterno, y como era tipico en Tokio los embotellamientos eran cuestion de tomar la calle incorrecta, por lo que el hombre al volante opto por tomar atajos para acortar la distancia entre la casa de la pareja y la iglesia casi al centro de la ciudad. para su dicha aquel plan salio a la perfeccion, y en veinte minutos exactos el auto fue aparcado al frente del templo de color beige, solo basto eso para que los nervios de la mujer estallaran. Se bajo coo pudo del auto y en la entrada ya estaban su madre y su suegra con las niñas en brazos.

- Hola mis amores- Musita la mujer en cuanto ve a sus hijas.

las pequeñas hicieron algunos sonidos con su boca, que para sorpresa de muchos, parecio haber calmado un poco las emociones de su madre.

- Te ves preciosa mi vida- Asegura Hana dejando un beso en su frente.

- No estes nerviosa cielo, te aseguro que todo va a salir bien- Pide Irasue tomandole la mano.

- Creo que es invitable- Murmura a duras penas.

- Desde que el auto arranco ha estado asi- Informa Liliam.

- Es normal, cuando camine por ese pasillo se que se le pasara- Confiesa una vez mas la castaña mayor.

Aquellas palabras fueron las ultimas articuladas por el grupo, pues segundos despues aparecio el pelinegro.

- Ya es hora- Anuncia extendiendo su mano hacia la castaña.

- ¿Y papá?- Inquiere preocupada.

- Me pidio que lo hiciera yo- Mumura con una leve sonrisa.

- Vamos- Pide en medio de un risilla caminando hacia el y dejando un beso en su mejilla. - Gracias por todo- Susurra antes de posicionarse en la entrada.

Monsieur seducción. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora