NOSOTROS.

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CAPITULO 41.
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DIAS DESPUÉS.
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Solo basto abrir la puerta para notar lo abarrotada que estaba la habitación, flores en cada esquina y miles de peluches que sin duda eran bastante irrelevantes como regalo para la mujer, pero que sin embargo, llegaron con las mejores intenciones y ella los había recibido.

Se adentro un poco más y pudo ver a ambas mujeres conversar amenamente, tanto que hasta le pareció de mala educación interrumpir, por lo que se mantuvo en la esquina de la entrada en silencio.

- ¿Segura que todo está bien mamá?- Insiste.

- Por supuesto mi amor, es solo la emoción- Asegura con una sonrisa y limpiando las lágrimas que corrían por sus mejillas.

- Siento que me ocultas algo- Le confiesa acomodándose en la camilla.

Acción que provoca que al instante, su madre se levantara y la ayudara.

- Puedo hacerlo sola- Le recuerda.

- Aún no- Anuncia.

En ese momento, estaba a punto de refutarle a su madre aquella respuesta, pero en su intento de iluminación, termino por ver a la esquina y notar la presencia del hombre.

- Mi amor, ¡que bueno que estás aqui!- suelta a los segundos.

Palabras que dan a demorar la presencia del peliplata en la habitación.

- Pero que silencioso vienes hoy muchacho- Suelta la castaña mayor.

- No quería interrumpir su conversación- Se excusa acercandose a la joven.

- No interrumpes nada, de hecho ya mamá se iba, pero yo la retuve- Informa.

- Así es, hay mucho que organizar para el regreso de estos dos- Le recuerda antes de depositar un beso en la frente de su hija y otro en su vientre. - Nos vemos luego- Finaliza saliendo de la habitación.

- Ya te estabas demorando- Le reprocha estirando el brazo, para que el le tome la mano.

Lo cual no duda en hacer, cuando la toma y se sienta en la camilla junto a ella.

- ¿Cómo estás hoy?- Inquiere soltandole la mano y dejando un beso en su frente.

- De maravilla- Asegura con un reluciente sonrisa. - Poder despertar, moverme... Tocarte. Jamás quiero volver a sufrir de esa manera, poder escuchar todo, pero no decir nada, y sentir que cada dia te mueres poco a poco.... Es lo peor que le puede pasar a alguien- Confiesa posando la palma de su mano en la mejilla de el.

-No te imaginas lo asustado que estuve- Murmura posando su frente en la de ella.

Para segundos después, terminar por acortar la distancia que separaba sus labios, y terminar por fundirse en aquel añorado besó.

- Pero ya volví, y no me voy a ir nunca más- Asegura aún con sus labios junto a los de el.  - Ahora menos que nunca- Le recuerda con una sonrisa.

- Tienes razón- Asegura de igual forma y posando su mano en el vientre de la joven.

Dejando leves caricias en el mismo. Segundos después ella coloco su mano libre sobre la de el y depósito otro suave beso en los labios de su amante.

- Ya mañana al fin regresamos a casa- Anuncia una vez que se separan.

- Hace días que me lo están diciendo- Le reprocha.

- Pero está vez es cierto, aunque tendremos que volver a control la semana que viene-  Informa.

Monsieur seducción. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora