¿PASO UNO?... EN PROCESO.

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CAPITULO 5.
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Daban las dos de la mañana cuando una horrible sensación de resequedad se hizo presente, tenía pereza de ir en busca de agua pero luego de varios minutos de pensarlo se levantó de la cama.

Salió de la habitación y bajo lentamente las escaleras mientras se frotaba los ojos, se dirigio despistadamente hacia la cocina y tomo el primer vaso que vió para servirse agua; estaba a punto de tomar el último sorbo cuando un ruido termino por despabilarla, de inmediato apagó el foco de la cocina y dejo en vaso en la mesada, camino de puntitas hasta las escaleras e intento no acercarse por nada al lugar donde provenía el ruido, aun asi cuando tocó el primer escalón su curiosidad le gano y termino por girar la cabeza, una esbelta y proporcionada sombra se colaba por el pasillo, camino sigilosamente hasta está pero lo que vio una vez llegó la dejo sin palabras...

"Así que esto era su asunto urgente"

Se reprochó internamente con indignación, pues justo allí, estaba el albino besando apasionadamente a una rubia que jamás había visto en toda su vida, las nauseas no demoraron en llegar y unas vez las presintio salió de ahí tan rápido y silenciosamente como pudo, una vez llegó a su habitación los celos la invadieron, si bien ella no tenía ninguna relación de ese tipo con el y sabía a la perfección el tipo de rumores que corrían sobre aquel hombre, no era suficiente para que ella dejara de sentir atracción por el, así que completamente indignada y malhumorada regreso a la cama, no sin antes torturarse mentalmente con lo que sea que estuviera pasando en la habitación del Taisho en aquel momento, solo dejo de pensar en ello cuando finalmente el sueño la venció.
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A la mañana siguiente se levantó más temprano como de costumbre cuando le toca ir a clases, aquel día optó por algo cómodo, unos jeans holgados y un suéter básico negro, con zapatos a juego, se agarró en cabello en una coleta y tomo su mochila para finalmente bajar las escaleras. Para su sorpresa una de las jóvenes que trabajaban para el peliplata la estaba esperando con un porta comidas bien empacado en sus manos.

- Su madre nos dijo que no suele desayunar, así que decidí preparar algo para usted... Espero lo disfrute-comenta mientras extiende sus manos.

- Muchas gracias- responde e
la castaña con una sonrisa mientras recibe su desayuno. - Buen día- es lo último que dice antes de salir del apartamento para bajar hasta la primera planta.

Cómo de costumbre Martín se encontraba en la salida esperandola.

- Buenos días Martin- saluda antes de ingresar al auto.

- Buenos días Rin- es lo que dice el hombre antes de imitar la acción de la castaña.

A los pocos minutos ya el auto se encontraba en marcha y antes de los esperado llegaron a la universidad.
Su día fue igual a los anteriores, con excepción de que aquella tarde en cuanto salió de la universidad no fue hasta el apartamento del albino sino que se dirigio hasta la casa de su amiga Liliam, la rubia había estado preocupada por la desaparición de su amiga la noche del sábado y la castaña no había podido hablar con ella, la charla se extendió un poco mas de lo esperado y Rin termino por regresar a casa del Taisho bien entradas las ocho de la noche.

Martin la recogió y la llevo hasta el apartamento, cuando llegó no parecía haber nadie así que sin más subió hasta su habitación para colocarse ropa comoda y bajar en busca de comida; encontro en la estufa papas trufadas y carne asada, se sirvió en un plato  y se sento en una de las bancas alrededor de la barra, comio tranquilamente, incluso se atrevio a servirse más, no se habia alimentado bien en todo el dia y el sabor de aquellos alimentos le había fascinado. Una vez finalizó de comer labo los platos sucios y fue hasta el living, tomo asiento en el sofá frente a la mesita y encendió el televisor, paso varios canales hasta que finalmente uno llamo su atención, de trataba de una película, romántica al parecer, pero que al poco tiempo logro captar por completo su atención, tanto que ni siquiera noto cuando la puerta de entrada fue abierta.
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Estaba sumergida en aquella conmovedora historia cuando un susurro a sus espaldas la alertó e incluso asustó, pues dió un respingo y se giro para ver de que se trataba.

- Pensé que estarías dormida- comenta con mofa mientras decifra que veía la joven en el televisor. - Eso que es- inquiere con resignación.

- Una película- aclara con obviedad.

- Gracias, me acabas de mostrar el mundo- se mofa mientras se gira para caminar hasta el pasillo opuesto.

- Las chicas dejaron comida preparada- comenta mientras se gira y se inclina del espaldar del sofa.

- Lo se, más tarde ceno- asegura entrando a un pequeño cuarto de aquel pasillo. - Por cierto, adelantaremos la lección de francés... El sábado no tendré tiempo- finaliza para desaparecer por completo.

- Ok...- murmura antes de comenzar a divagar.

En ese momento se dió cuenta que jamás había notado la presencia de aquella habitación, tampoco es que hubiera estado mucho tiempo en aquel lugar ni lo había explorado así que no le parecía nada extraño pero una vez supo de su existencia dentro de su creció la necesidad de saber que había allí adentro, se levantó sigilosamente y observo la puerta, era de roble, con detalles delicados y pintada cuidadosamente en un tono cobré ¿Que habría allí detrás? Se pregunto antes de escuchar ruidos del otro lado y salir corriendo despavorida, se sentó nuevamente en el sofa y fingió no haberse movido de allí ni por un segundo pero a pesar de ello pudo sentir como a su espalda el hombre de salía del cuarto y caminaba hasta la cocina, probablemente ese habria sido un buen momento para correr y escabullirse pero prefirió ser paciente y esperar a que la moche se asentará; en medio de su espera decidió ir en busca del hombre, lo encontró comiendo justo de la misma forma que ella lo habia hecho dos horas atrás y sin mas se sentó junto a el.

- Ayer llegaste muy tarde... Tu emergencia se extendió tanto- inquiere con recelo y fingiendo una sonrisa.

- Estuve bastante ocupado- asegura.

- Eso veo... Ni siquiera te escuché llegar- comenta mientras regresa a su semblante serio. - Siempre sueles llegar tan tarde- inquiere posando sus brazos sobre el mesón.

- Tengo entendido que mi madre vive en otro lugar- suelta con fastidio.

- Solo es una pregunta... Pensé que...- trata de insistir pero se ve frustrada nuevamente por la sonora voz del hombre.

- ¡Pensaste mal!... No estás aquí por convivir socialmente conmigo y tampoco eres alguien a quien deba darle explicaciones así que te agradecería que no trates de involucrarte en mi intimidad- finaliza mientras se levanta y sale de la cocina.

- ¡No te costaba nada ser amable!- le reprocha con frustración.

Luego de aquello cesó su intento por sacar la información directamente del hombre, de vez en cuando la actitud tosca y aislada del Taisho podía llegar a ser asfixiante así que se limito a regresar a su habitación y esperar pacientemente la llegada de la madrugada, quien para su alivio no tardo en llegar; eran tres con  diez minutos cuando bajo sigilosamente e intento ingresar a la habitación en un intento frustrado, pues la puerta estaba trabada, en ese momento supo de inmediato que descubrir el secreto que guardaba su familia no iba a ser tan fácil, asi como lidiar con su enamoramiento y celos, aun asi debería encontrar la forma separar sus sentimientos y su necesidad de llegar a la verdad, de igual forma terminara como terminara ella sabia perfectamente que el Taisho jamas la miraria con otros ojos así que llegaría hasta el final sin importar las consecuencias.
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Resignada por el pestillo de la puerta regreso a su habitación, debía encontrar una forma de tomar la llave del albino; ya con los nervios de punta y la paciencia agotada se dispuso a conciliar el sueño, ya en la mañana vería como obtener esas llaves sin que el hombre notará su ausencia.
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CONTINUARA...

Si llegaste hasta aquí, gracias por leer preciosuraa.♥️

Monsieur seducción. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora