LA ÚLTIMA NOCHE.

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CAPÍTULO 18.
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Fue cuestión de minutos para que ambos terminarán en la habitación del peliplata, una vez en ella, la ropa comenzó a estorbar y poco a poco ambos se deshicieron de las prendas que los cubrian; la castaña se aferro a el y en un certero agarre la tomo de los muslos para recostarla delicadamente en la cama.

- Está noche no vas a dormir- musitá en su oído.

Para segundos después comenzar a depositar besos húmedos en su cuello y lentamente bajar hasta el inicio de sus pechos, y junto sus manos, estimular esa zona del cuerpo de la castaña que tanto le gustaba; era una especie de juego, lamía sus pezones mientras que con sus manos acariciaba bruscamente el cuerpo de la castaña, dandole apretones de vez en cuando y acelerando el roce.

- Ahh... Sesshy... Ahhh- jadea la joven mientras hunde las manos en la espesa cabellera de su amante.

Fue en ese momento que el hombre cambio de pezón, que las caricias se detuvieron, y sintió como sus ásperas manos se colaban por su entrepierna, soltó un leve gemido al acto, pero gustosamente abrió otro poco las piernas para darle más acceso al albino, quien al entender el proceder de la joven acerco sus dedos a la humeda entrada de la mujer, para asi colar dos dedos dentro de ella.

- ¡Ohh si!... Cómo... Ahhh... Cómo me fascina cuando haces eso- confiesa en medio de un gemido.

Comentario que le dió pie al hombre, para al fin separarse de los pechos de ella y acaparar sus labios, en un salvaje beso, uno que solo se rompió , cuando la mujer se separó para en medio de súplicas, pedir por el, un deseo que segundos después, el hombre le concedió al posicionarse en su entrada y embestirla de una estocada, sólida y certera, que logro arrancarle un sonoro gemido a la mujer, quien con la  exitacion a flor de piel cruzó sus piernas en las caderas de el y le clavo los dedos en la espalda.

- Apuesto... ¡Ahh! ¡Ahhh! Apuesto que ahora sí te conven... ¡Ahh! Convencí- gime en su oído, segundos antes de morderle el lóbulo de la oreja.

- Vas a necesitar mucho más que ésto- murmura con voz ronca, en medio de un gruñido.

- No me importaría ser tuya toda la noche...- segura antes de ser callada por un nuevo beso del hombre.

Uno que junto con la intensidad de las estocadas anunciaba la pronta llegada del climax, el tan añorado momento para la pareja.
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Tan solo fue cuestión de minutos para que ambos al fin llegarán al éxtasis, fundiéndose en un beso antes de separarse con pesadez.

- Esto es lo que más voy a extrañar- confiesa la mujer girandose para apoyarse al pecho del peliplata.

- Que cosa- inquiere fingiendo demencia, mientras se aferra a la cintura de la castaña.

- Despertar asi- músita al momento en que juguetea con el pecho de su acompañante.

El Taisho solo se limita soltar una pequeña risilla, antes de girarse para encararla.

- Hace casi un año Naraku y yo invertimos en acciones de Yamada Company- confiesa mientras acomoda un mechón de cabello de la castaña detrás de su oreja.

- Eso me hace muy feliz - asegura tomando el rostro del hombre entre sus manos. - No quiero que tengan que involucrarse más en los negocios de nuestros padres - continúa en tono aliviado, para terminar plantamdole un beso.

- También quería preguntarte cómo fue que Naraku entro está tarde- comenta luego de separarse.

- Hace algún tiempo le di una llave para emergencias- responde el Taisho.

- Y tú qué insistias en que era el chofer- le recuerda con sorna. - Te imaginas si nos hubiera visto- sugiere en medio de una risilla.

- No lo digas ni en broma-  anuncia.

Acción que provoca una carcajada en la chica, quien sin inmutarse se rie por varios minutos, antes de recuperar la compostura.

- Lo siento pero... Tu expresión me causo demasiada gracia- se excusa mientras se recuerda en el espaldar de la cama.

Movimiento que imita el peliplata minutos después, para apegarla más a el y esconder su rostro en el espacio entre su cuello y hombros.

- Crees que logré romper mi compromiso- pregunta de repente, al momento en el que levanta el brazo para acariciar el cabello de su amante.

- No hablemos de eso ahora- pide comenzando a regar besos en el cuello de la castaña.

- Tienes razón...- murmura zafandose del agarre y girandose para sentarse a horcajadas sobre el.

Movimiento que el aprovecha para tomarla de la cintura e intecificar los besos, dándole asi inició a una nueva ronda que le abriría paso al restó de aquella calida noche.
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AL DIA SIGUIENTE.
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Llevaba varios minutos removiéndose en la cama, cuando con pesadez y resignación decidió levantarse, para su desdicha el albino ya no se encontraba a su lado, sin embargo, no le dió mucha importancia ya que sabia a la perfección que aquel día el también tenía asuntos que atender fuera de la tranquilidad de su hogar, aquello fue razón suficiente para que ella también se motivará a iniciar su día con buena actitud; arreglo la alcoba y se fue hasta su habitación para darse una buena ducha, finalmente a los veinte minutos salió y ya despabilada y sin sueño se cambió por algo mas decente... Pantalones de chandal, camiseta y tenis a juego. Se hizo una coleta con una cinta a tono y se retoco un poco el rostro, algo de blush y labial fue suficiente para ella .

A las once en punto ya se encontraba en el living junto con sus maletas, esperando la llegada de su hermano, quien para ser tan puntual ya se había demorado un poco más de lo debido, pero no le pareció extraño, puesto que según lo escuchado la noche anterior el había regresado con quién ella recordaba era su ex-novia... Kagura Matsumoto, el eterno amor del pelinegro; no podía reprocharle nada ya que ella estaba teniendo una relación en secreto con su amigo, pero en el fondo no estaba del todo de acuerdo con esa repentina unión, no porque la joven fuera mala persona o careciera de simpatía, simplemente era que la última vez que estuvo en una relación con el pelinegro ambos salieron lastimados, y ella no deseaba ver nuevamente a su hermano en aquel estado... Pero tendría que callar, por la felicidad de su hermano, y por la suya...
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Salió de sus pensamientos cuando Cami llegó hasta el living para avisarle que su hermano ya había llegado por ella, y de inmediato se levantó y con ayuda de la joven llevo las maletas hasta salida, se despidio y junto con su hermano partio al que seria su nuevo hogar; sin duda se avecinaba una nueva aventura... Tener un relación secreta y vivir con tu hermano sobreprotector al mismo tiempo, no sería nada fácil.
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CONTINUARA...
Si llegaste hasta aquí, gracias por leer preciosura.♥️
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Monsieur seducción. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora