Un Destino Diferente

Rencor y Recuerdos

Más tarde esa noche

Guiche: A ver si lo entendí bien. Vamos a solicitar permiso a palacio, para poder rescatar a Tabitha, quien está secuestrada por Galia, ¿No es cierto?

Louise: Correcto.

Guiche: Bien, Y si es una misión encubierta, ¿Por qué venimos en su barco profesor?

El grupo improvisado de rescate, estaba sobre la cubierta del Ostland, ya surcando el cielo en dirección a Palacio.

Colbert: Porque... Miss Zerbest, quería apoyar en el rescate.

Apunto con su cabeza a Kirche, quien yacía dormida en una silla tras encender la máquina de vapor del barco.

Guiche: Okey, ¿Y para que vino usted?

Pregunta estúpida la verdad, pero ya estaba dormido cuando lo llamaron para la misión. Ryo le dio un golpe por idiota, mientras Cesar reía levemente. La sorpresa de volverse humano, era preferible mantenerla en secreto, al menos un tiempo.

Sin la presencia de Siesta, Sylphid tuvo camino libre para comunicarse con Cesar con libertad. Y si estaba entendiéndole bien, parecía que la dragonesa tenía intenciones con su compañero. Solo esperaba, que su amigo supiera lidiar con esas intenciones.

Aunque la velocidad máxima del Ostland era inferior a la de los dragones, en promedio su velocidad de crucera desplegada, podía ser comparada con ellos. Por petición del mismo Ryo, era mejor ahorrar su energía y la de los dragones, para la verdadera batalla.

En menos de una hora surcaron los cielos, hasta llegar al palacio. Dejando la nave en el cielo, el grupo se dejó caer silenciosamente al suelo, frenando su caída a escasos metros. Los guardias en turno como era usual, pertenecían al cuerpo de manticoras.

El oficial al mando que tenía un buen aspecto con sus abundantes cejas, quedo sorprendido ante las recién llegadas figuras.

Oficial: Todos en espera.- Ordeno a sus hombres, antes de caminar hacia ellos.- Solo son ustedes, *suspiro*... ¿Qué es esta vez?- Les pregunto.

Louise: De Cesaire-dono, deseamos ser admitidos en presencia de su Majestad.- Pidió con premura.

Ante aquello, el hombre frunció el ceño. Sabía que era mejor reportarse enfermo en la mañana.

Oficial: Una irrazonable solicitud para tan altas horas de la noche, si ustedes fueran gente ordinaria me rehusaría completamente.... Pero ya que son ustedes, no hay forma en que me rehusé.

Unos momentos después

La mirada de la reina se volvió pensativa, ante lo narrado por Ryo y compañía. Por varios momentos permaneció en silencio, tras el cual levanto el rostro, y con gran seriedad dijo...

Henrietta: No puedo permitirles ir a Galia.

Se oyó el murmullo de Guiche pero nadie lo atendió. El dúo de hermanos permanecían firmes a ante la reina.

Henrietta: Entiendo sus intenciones, al igual que sus motivaciones, pero no puedo darles mi permiso. Convocare al embijar para realizar una investigación exhaustiva sobre este incidente, y el incidente de Louise también, no descansare hasta conseguirlo.

Aunque era una buena idea, sabían que tomaría demasiado tiempo entre las juntas y la obtención del permiso. Para cuando concedieran la investigación, habrían terminado con Tabitha y su madre. El tiempo era un factor que no tenían.

Henrietta: Aun si les concediera el permiso, ¿Qué harían después?

Ryo: Mantener un perfil bajo, obtener información. Analizar el terreno y dar con su paradero.