Un Destino Diferente

Un feroz despertar

Animarium

3:30 p.m.

¡Gaaaaaahhhhhh!

Louise: ¡Eres lento!

Con un golpe al abdomen, un hombre se flexiona por el dolor que siente, un error que le cuesta ser receptor de un rodillazo al rostro, seguido de una patada potente.

Louise ataca con su bastón, sus golpes son fuertes y rápidos una letal combinación. El hombre se defiende como puede de aquella seria de ataques, atrapa el bastón jalándola hacia él para buscar golpearle el cuello.

El cuerpo de Louise se contorsiona por el brazo del hombre, logrando confundirlo y sorprenderlo al sujetarlo de las piernas, y con una fuerza impresionante jalarlo contra el suelo.

¡¿Pero qué demo....?! ¡AGGGGG!

Calladas fueron sus protestas, un movimiento fue lo que necesito Louise para aplicar una llave al brazo del varón, quien trato inútilmente de romper el contacto.

Es suficiente.

Soltando su agarre, el hombre se quita la máscara que cubría su rostro, revelando unos mechones rubios empapados. El hombre se levanta con apoyo de Louise, revelando la imagen de Guiche De Grammont.

Guiche: ¿Cómo... haces esto... todos los días?- Le pregunta entre pausas.

Louise: (Creo que se me paso la mano) al principio es difícil, pero con el tiempo te acostumbras... al menos un poco.

Haciendo una mueca, Guiche se sostiene el abdomen y se sienta en el suelo. Había estado haciendo este entrenamiento, casi por un mes y todavía le dolían las palizas que Louise y los otros le daban.

(Narrador: Seguramente muchos estarán pensando, ¿Qué demonios hace Guiche en el Animarium? Para responder esa pregunta, debemos remontarnos unas semanas atrás, cuando esto comenzó...)

Flashback

Tres semanas antes

Alumno X: Saben... nunca creí decir esto pero... como extraño las clases del profesor Colbert.

Alumno X: Te entiendo, aun cuando decía puras tonterías sobre maquinas que sustituirían la magia, eso era mejor que tener que aguantar al profesor Snape.

Alumno X: Shhhh, que no te escuche, ya vez que tiene oídos por todos lados.

Louise observaba a sus compañeros, quejándose como hacía días lo hacían, ya ni le apetecía el avisarles sobre el maestro a sus espaldas.

Ver las caras asustadas fue entretenido hasta cierto punto... aunque sin su hermano...

Rápidamente negó esos pensamientos pesimistas, aunque seguía doliéndole haber perdido a su mejor amigo y su hermano, sabía que no podía estar lamentándose lo que pudo o no haber hecho diferente esa vez.

Tenía que seguir avanzando... si, Ryo podría ya no estar con ellos...

Pero si todos ellos estaban vivos. Debía ser por algo...

A su mente le llega el recuerdo, de aquel Ranger de traje verde, blanco y dorado. Un escalofrió le recorre la columna, aquella presencia era tan poderosa que por un momento pensó que era su hermano.

Pero la oscuridad que emanaba, era como un pozo profundo que sacaba su fuerza del mismo infierno. Era tan repulsivo, que no tenía idea como no se había desmayado cuando se encontraron visualmente.

En eso, su brazalete suena avisándole que su familia le llama.

Louise: (Espero no tardar demasiado esta vez)- Se dice.