Propuesta y una visita inesperada

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--En un lugar muy lejano a la Academia--

Fouquet miraba ocasionalmente el techo de su celda, La Prisión de Genoa, de máxima seguridad en la Ciudad de Tristain. Fouquet se encontraba en esa celda de prisión luego de ser aprehendida por Ryo dos días atrás por el robo del Báculo de la Destrucción.

Seria llevada a la corte la siguiente semana. Como había causado un gran daño entre los nobles de la ciudad, probablemente sería puesta en exilio o sentenciada a muerte.

De cualquier forma, no estaría nunca más en Tristain. Al principio, pensó en escapar, pero pronto abandono esa idea.

Dentro de su celda, no había nada excepto una cama de mal aspecto y una mesa hecha de madera. Incluso los palitos que usaba eran de madera. Las cosas serían muy diferentes si hubiese algo de metal… como una cuchara.

Fouquet: En verdad no tienen ninguna consideración encerrando a una frágil dama como yo.- Se quejó, para luego recordar al chico que la capturo.- (Ese chico es muy fuerte, No puedo creer que sea un humano ordinario. ¿Quién es ese chico?... Bueno eso ya no es de mi incumbencia)- Pensó.

Fouquet: Hora de dormir…-Fouquet cerró los ojos y se recostó. Pero tan pronto como había cerrado los ojos, los volvió a abrir.

Fouquet escucho a alguien caminando por la mazmorra donde se encontraba prisionera.

Era un sonido peculiar, como de espuelas. Dedujo que no se trataba de un guardia, porque ellos no utilizaban espuelas en sus botas. Rápidamente, Fouquet se levantó.

Junto a la puertaa, apareció una persona vestida con una capa. No se le podía ver el rostro porque estaba cubierto por ua mascara blanca pero se notaba una varita entre los pliegues de su capa. Era un mago.

Fouquet: ¡Estoy sorprendida de tener un visitante en mitad de la noche!- Dijo en tono desdeñoso.

El hombre de la máscara blanca no dijo nada. Simplemente miro fríamente a Fouquet.

Fouquet sabía que ese hombre había sido contratado para matarla. Algunos de los nobles a los que les había robado debieron de haber pensado que la sentencia en corte era muy problemático y habían decidido contratar a un asesino para matarla.

Probablemente muchos de los objetos que robo de la familia imperial eran también bienes robados y para que no se supiese la verdad, los imperiales habían decidido silenciarla.

Fouquet: Bien, como puedes ver, este no parece ser el lugar apropiado para recibir a alguien, y creo que no has venido por una taza de té, ¿me equivoco?-Dijo-(Aun sin mi varita, no me rendiré tan fácilmente sin una pelea. No soy únicamente buena en magia; también lo soy en el combate cuerpo a cuerpo. Pero si decide usar magia no podré detenerlo)- Pensó.

Hombre: ¿Eres tu Fouquet la Tierra Desmoronadora?- Pregunto entonces el hombre con la capa. Su voz sonaba fuerte y jovial.

Fouquet: No sé quién me ha dado ese apodo pero sí, yo soy Fouquet la Tierra Desmoronadora.

El hombre de la capa alzo ambas manos, dándole a entender que no tenía intención hostil contra ella.

Hombre: Me gustaría contarte algo.

Fouquet: ¿Qué es?- Pregunto con un tono de sorpresa palpable.- No me digas que vas a hablar en mi defensa ¡Que locura!

Hombre: Estaría encantado de hablar en su defensa, mi querida Mathilda de Saxe-Gotha.

El rostro de Fouquet quedo pálido.

Fouquet: Había olvidado de ese nombre. O mejor dicho, me obligaron a olvidarlo. No debería haber nadie en este mundo que sepa ese nombre... ¿Quién eres, exactamente?

Un Destino DiferenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora