La coraza de Dragón

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El arsenal de las fuerzas aéreas de Albión estaba localizado en las afueras de Londinium, la capital, en el pueblo de Rosyth. Antes de la Guerra de Revolución.

(Narrador: Lo que la llamada "Reconquista" había nombrado como una "Guerra Civil", la cual había terminado recientemente)

Este lugar solía llamarse el Arsenal de la Real Fuerza Aérea. Y de este mismo modo, había toda clase de edificios.

Los numerosos edificios con grandes chimeneas solían ser usados para la producción de hierro. A su lado se encontraban apilados montones de madera que eran usados para la construcción y reparación de barcos.

Un gran edificio de ladrillo rojo era el centro de mando. La bandera tricolor de Reconquista se podía ver ondeando con orgullo. Pero lo que más destacaba era el enorme barco de guerra que parecía alcanzar el cielo.

El Lexington, buque insignia de la flota, estaba anclado y cubierto por una lona, de forma similar a una tienda de campaña para protegerlo de la lluvia. El buque de guerra que rebasaba los doscientos metros, fue puesto en la parte superior de un embarcadero para que fuera remodelado lo más pronto posible.

El Rey Albión, Oliver Crownell, estaba observando la construcción a lo lejos con algunos asistentes.

Oliver: Que enorme y confiable luce el buque. Con un barco como este ¿no tiene la sensación de que podemos conquistar el mundo, Encargado en jefe?

Encargado. (Usted tiene un alto concepto de mí)

El Encargado en Jefe asignado para la flota liderada por Lexington, Sir Henry Bowood, respondió un poco efusivo. Estuvo al lado de Reconquista, comandando los cruceros durante la guerra de revolución.

Acreditándose la destrucción de dos naves enemigas, fue promovido a encargado en jefe del Lexington.

Asumiría el cargo de capitán una vez que la remodelación fuera terminada. Esta era la tradición de la fuerza aérea de Albión.

Oliver: ¡Mire que grandes cañones!- Exclamo mientras señalaba los cañones que estaban aún costado del buque.- Estas nuevas armas serán el símbolo de la confianza que tengo en usted. Fueron hechas reuniendo a los alquimistas de Albión. Tienen un cuerpo extendido que de acuerdo con los cálculos...

Antes de que continuara hablando la mujer a un lado suyo contesto.

Mujer: Tiene un rango de disparo de aproximadamente 1.5 veces más que los cañones usados por los buques de guerra de Tristain y Germania.

Oliver: Gracias señorita Sheffield.
Bowwod observo a Sheffield. Ella emitía un aura fría. Parecía que se encontraba en los veintitantos y llevaba puesta una capucha negra, brillosa y limpia. Nunca había sido testigo de una apariencia tan extraña.

Bowwod: (Ella no lleva una capa... ¿será acaso una maga?)

Crownell asintió con la cabeza y le dio unas palmadas en la espalda a Bowood.

Oliver: Proviene de Rub' al Khali.

Diseño los cañones con la tecnología que aprendió de los elfos. Su punto de vista sobre la tecnología... no sigue nuestras artes mágicas. Posee un conocimiento sobre la tecnología que es nuevo para nosotros. Ustedes deberían conocerse un poco mejor.

Ante sus palabras Bowwod asintió algo aburrido. Era de la corriente Realista, pero creía firmemente que los soldados no debían involucrarse en la política. En otras palabras, era una persona con una fuerte instrucción militar.

El comandante de la flota, su superior de rango, se había unido al ejército rebelde, no tuvo otra opción que participar en la guerra de revolución como capitán de la flota de Reconquista. Para él, quien se había esforzado al máximo por la defensa de las tradiciones de Albión; la obligación de la nobleza era un deber, Albión debía de seguir siendo un reino. Crownell era alguien despreciable que se apodero del poder y del trono.

Bowwod: Es probable que no haya ninguna flota en toda Halkeginia que iguale en poder a la Real Flota de Su Majestad en este momento.- Dijo llamando intencionalmente a la flota por su antiguo nombre con cinismo notable cosa que Crownell noto y solo atino a sonreír.

Oliver: Sr. Bowwod. La Real Flota de Su Majestad ya no existe más en Albión.

Bowwod: Es verdad. Como sea, si usted asiste a una ceremonia de boda con esos nuevos cañones, temo que probablemente lo vean como una vulgar demostración de poder.

Crownell, el primer Rey consagrado Presidente del Concilio de Nobles y del Gabinete de Ministros de la Republica de la Santa Albión (el nuevo nombre de Albión) estaban al tanto de la ceremonia de bodas de la Princesa de Tristain y el Emperador de Germania. Ellos harían el viaje en la flota del Lexington.

Relucir nuevos modelos de armas en una visita de buena voluntad podría ser interpretado como la diplomacia de un cañonero.

Oliver: ¿Ah sí, no le he explicado la trama de esta "visita de buena voluntad" a usted no es así?- Pregunto casualmente.

Bowwod: ¿Trama? (¿Otra conspiración?)- Pensó sintiendo otro dolor de cabeza en camino.- ¿Qué? ¡No he escuchado de un acto tan desagradable en toda mi vida!

Oliver: Todo es parte de las operaciones militares.- Dijo sin enfadarse.

Bowwod: ¡¿No acabamos de firmar un tratado de No agresión con Tristain?! ¡En toda la historia de Albión, no hemos roto ni un solo tratado!- Exclamo enfurecido.

Oliver: Sr. Bowwod. No le perdonare ninguna crítica de índole política. Esto es algo que el concilio ya ha decidido y aprobado. ¿O es que planea ir contra el concilio? ¿Desde cuándo usted es un político?

Con eso, Bowwod quedo sin habla. Para él, los soldados son como los escudos e espadas no tienen opinión. Son los fieles guardianes del país y son orgullosos de serlo. Esto era una decisión de alto rango, así que solo tenía que seguir las órdenes.

Bowwod: Usted pondrá por los suelos el nombre de nuestro país en todo Halkeginia. Nuestro país será conocido por romper los tratados de forma cobarde.- Dijo alterado.

Cromwell: ¿Poner el nombre de nuestro país por los suelos? Toda Halkeginia será regida bajo la vadera de Reconquista. Cuando recuperemos la Tierra Santa de los Elfos, nadie se preocupara de esos asuntos triviales.

Ante su respuesta Bowwod se acercó peligrosamente a Cromwell.

Bwwod: ¿Romper un tratado es algo trivial? ¡¿Está planeando traicionar incluso a su propio país?!

Un hombre que estaba cerca saco su varita y amenazo a Bowwod. Él mencionado pudo reconocer inmediatamente la cara que se ocultaba bajo la capucha.

Bowwod: ¿S-Su Alteza?- Murmuro en shock. Y no era para menos ya hasta donde él sabía Wales había muerto en la batalla de Bewcastle.

Wales: Capitán, ¿me pregunto si se le permite decir esas palabras a su oficial superior?

Bowwod cayó de rodillas. Wales extendió su mano y Bowwod la besó.

Un Destino DiferenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora