El encuentro con La Flama y la amistad con él viento parte 1

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Bien, ahora dejando un poco de lado las peleas y combates de los hermanos. Concentrémonos ahora en la Academia de Magia de Tristain.

Las vacaciones de verano apenas empezaron y en el drmitorio dos nobles estaban pasando el tiempo.

Eran Kirche ‘El Fuego sutil’ y Tabitha ‘La Tormenta de Nieve’. La pelirroja estaba recostada perezosamente en la cama de Tabitha en una pose demasiado indecente. Habia desabrochado todos los botones de su camisa abanicando sus grandes pechos con sus manos.

A la chica le agradaba el calor pero no podía resistir aquel calor intenso. Además de no poder controlar la temperatura del cuarto.

Kirche: Eh, Tabitha, ¿te molestaría crear algo de viento para mí?
La chica ondeó su bastón sin dejar de mirar su libro.

Kirche: Dame un frio. Uno que me refresque hasta los huesos, justo como tu nombre rúnico.

Como era de esperar, había algo de hielo mezclado con el viento. El viento nevado refrescó el cuerpo de Kirche de inmediato.

Kirche: Ahhh, eso se siente bien.

Sumergida en el agradable viento, Kirche finalmente se quitó la camisa. Cruzo sus piernas de una manera nunca antes vista por cualquiera de sus docenas de admiradores que la veneraban como una diosa.

Kirche miro fijamente a Tabitha que permaneció leyendo todo el tiempo. La chica no presentaba ni una sola gota de sudor y estaba completamente sumergida en su libro.

Kirche: Quizá como su nombre rúnico, está fresco su cuerpo así como su mente.- Susurro.- Oye ‘Viento Nevado’ siempre estás leyendo libros, ¿no es verdad? Simplemente te haces ver como una bibliófila. ¿Ese libro que tienes, no sería el popular libro sobre ‘La Doctrina Practica’?

(Narrador: ‘La Doctrina Practica’ era un libro protestante de religión que sigue la interpretación del ‘Libro de Plegarias del Fundador’, en el cuál grababan los grandes hechos y enseñanzas del Fundador Brimir)

Exístian varias versiones del ‘Libro de Plegarias del Fundador’ que reclamaban ser el ‘original’, sus contenidos eran ligeramente diferentes. Había muchas otras teorías además, como que el ‘Libro de Plegarias del Fundador’ fue escrito cientos de años después de la muerte del Fundador Brimir. ‘El Libro de Plegarias del Fundador’ que se había pasado a través de las generaciones en la Familia Real de Tristain no tenía ni siquiera palabras en él. Por consiguiente, muchos teólogos lo interpretaron tan solo como un medio para mejorar los poderes políticos de la Iglesia de Halkeginia y a ellos mismos.

El cuerpo de practicantes de ‘La Doctrina Práctica’ empezó en el centro del país religioso de Romalia y estaba compuesto de plebeyos que quisieron reformar la iglesia corrompida que se aprovechaba de ellos. Rápidamente esto se volvió un asunto internacional. Las creencias se extendieron entre los plebeyos y granjeros que despojaron del poder y de las tierras a los monjes y sacerdotes, pero nadie supo si sus prácticas e interpretaciones fueron correctas. El único que podría contestar eso, posiblemente era el propio Fundador Brimir.

Tabitha cerró su libro y le mostro el título a Kirche. No era un libro religioso, pero sí un antiguo libro de investigación mágica.

Tabitha: Simple lectura.

Kirche: Lo sé, no hay manera de que seas un protestante de cualquier modo. ¡En serio! Realmente hace mucho calor hoy. Por eso te invite a ir a Germania conmigo. Allí está mucho más fresco que aquí.

Tabitha volvió a abrir su libro y continúo su lectura. Kirche quien ya sabía la situación familiar de Tabitha decidió invitarla a la Casa de los Zerbst, pero Tabitha no estaba de acuerdo. Sin otra opción, Kirche decidió quedarse en la compañía de Tabitha en la Academia de Magia.

Ella no podría quedarse parada y permitir que Tabitha estuviese sola.

Kirche: Nosotros probablemente somos los únicos que permanecemos en este sauna.- Dijo mientras consideraba seriamente el tomar un baño en el patio.

Ya que todos los estudiantes y maestros habían regresado a sus casas, no debía haber ningún peligro de los mirones.

Pero entonces…

AHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHH

Un gran grito se escuchó en el piso de abajo. Ambas chicas intercambiaron miradas, Kirche rápidamente se colocó su playera y salió corriendo del cuarto con su varita siendo seguida de cerca por Tabitha.

En el cuarto un par de estudiantes estaban en plena discusión.

Montmorency: ¡¿En que estabas pensando?!

Guiche: ¡Um, yo…! ¡Yo pensé que tenías calor, e intente ayudarte!

Los gritos pertenecían a Gucihe y Montmorency, una “pareja” que siempre discutían debido a la infedilidad del rubio.

(Narrador: Pregunto me yo y a la vez a ustedes que leen esto, quien en su sano juicio se queda en la escuela estando en vacaciones de verano. Excluyendo a los que deban materias o tomen cursos de recuperación)

Montomrency: ¡Ya veo, ese era tu propósito! ¡’Hagamos pociones juntos’! ¡Por Brimir! No debí haber escuchado tus peticiones sobre hacer alguna ‘poción prohibida’ que quisiera. ¿Simplemente qué estabas intentando hacer?

Guiche: ¡Eso es lo que quiero! ¡No estoy mintiéndote!

Montomrency: Estas teniendo pensamientos raros porque no hay nadie alrededor ¿verdad? Lo siento, ¡pero no voy a perdonarte si me tocas con un simple dedo antes de casarnos!- Ante su declaración Guiche negó con su cabeza.

Montmorency: ¡No te acerques!- Grito al ver que el chico se acercaba.

Guiche: Lo juro, lo juro.- Juntando sus manos continuó hablando.- Juro en la presencia del Fundador Brimir que yo, Guiche de Gramont, no desabotoné a Montmorency Durmiente debido a cualquier mala intención, ya que realmente pensé que ella parecía tener mucho calor. Estaba sudando mucho por lo que estaba angustiada de que se iba a cocer al vapor hasta la muerte.

Montomrency: ¿En serio?- Pregunto con una mirada dudosa.

Guiche: Lo juro.- Contesto con un semblante serio.

Montmorency: ¿… No intentabas hacer algo raro?

Guiche: No, incluso ni lo pensé.
Tras pensarlo unos instantes, Montmorency se levantó su falda mostrando sus bragas.

(Narrador: ¡Qué jugada fue esa! 😯😯😯😯)

Guiche en un rápido movimiento la tomo desprevenida.

Guiche: ¡Blancas, blancas! ¡Realmente son blancas!

Montmorency: ¡Eres un mentiroso!- Gritaba desesperada.- ¡NO, alto! ¡Por favor detente!

Después de que tontearan un rato, la puerta se abrió de golpe. Entrando por ella Kirche y Tabitha, los ojos de las dos nuevas ingresadas se toparon con los ojos del par de ojos de Montmorency quien fue empujada hacia la cama por Guiche.

Kirche: ¡Oh… solo estaban a punto de “hacerlo”!

Ante sus palabras Gucihe de pronto se levantó.

Guiche: Oh, yo estaba… planchando las arrugas de la camia de Montmorency.- Dijo seriamente y de manera dignificada.

(Narrador: Si tú como no)

Kirche. Si claro, ¿Empujándola hacia una cama?- Pregunto burlonamente.

Guiche: Planchando las arrugas- Repitió el chico.

Montmorency: Ya déjalo, eso es lo único que tiene en su cabeza.- Hablo en un tono mortal y frio.

Mismo tono que hizo sonrojar en vergüenza a Gucihe.

Kirche: Ustedes dos son una pareja de mal gusto. No tienen que “hacerlo” en este dormitorio tan sofocante.- Dijo cansadamente.

Montmorency: ¡Nosotros no estamos haciendo nada!- Negó la rubia.- Y debo preguntar, ¿Qué hacen ustedes dos aquí?, son vacaciones de verano.

Kirche: No se preocupen por nosotras. Aunque sean vacaciones, es un dolor de cabeza cruzar la frontera sólo para eso. Sin embargo, ¿Qué hacen ustedes aquí?

Montmorency: Nosotros estábamos haciendo, um… ehhh.- Inquieta la chica no supo cómo explicar que estaban preparando pociones prohibidas.- In-Investigación mágica.

Kirche: Bien, veo que estaban haciendo algo bueno en su investigación.

Montmorency: ¡Es Guiche que quiso hace una investigación rara! ¡Probablemente este calor le frió el cerebro!

Guiche: Supongo.- Dijo bajando su cabeza mientras era criticado.

Kirche: ¿Qué quieres decir con ‘supongo’ ehh?- Murmuro.

Guiche: ¡Salgamos!- Buscando desesperadamente la manera de evadir la pregunta, propuso el rubio.- No sería una sorpresa si se nos cocina el cerebro si nos quedamos aquí.

Kirche: ¿Huh? ¿A dónde quieres que vayamos?

Guiche: Vamos al pueblo. Tendremos unas largas vacaciones, así que hagamos algo divertido.

Kirche: Está bien, quiero beber algo frio…

Kirche estaba de acuerdo. Montmorency no quería pensar sobre lo que pasaría estando sola con Guiche en el dormitorio, por lo que también asintió.

Montmorency: ¿Realmente se te refrescara la cabeza si bebes?

Guiche: Seguro.

Montmorency: Oye, ¿Qué pasa con la pequeña niña?-Pregunto apuntando con su dedo a Tabtiha.

Kirche: Ella también viene.- Respondió por la peli azul.

Montmorency: ¿Acaso sabes lo que piensa solo con verla?

Kirche: Claro.- Dijo, con obviedad.

Tabitha cerró su libro, camino cerca del umbral de la ventana y entonces, dio un silbido con su boca.

Un ruido de alas se escuchó, y en un parpadeo Tabitha salto fuera de la ventana siendo seguida por Kirche.

Cuando Montmorency miro hacia afuera, vio que Tabitha estaba montada en un dragón de viento. Kirche estaba en la parte de atrás.

Kirche: ¡Dense prisa o los dejaremos!

Ambos rubios saltaron, siendo Guiche el primero, intentó atrapar a Montmorency, pero ella molesta empezó a decir cosas como ‘no me toques pervertido’ o ‘no me mires’

Guiche: Pero… solo estaba intentando ayudarte.

Montmorency: ¿Dónde piensas que estas tocando?

Kirche: Y yo que pensaba que esos dos eran novios.- Murmuro con sorpresa al ver la escena.

--Tiempo después—

El grupo finalmente llego a Tristania y tomaron un camino que se bifurcaba en la Avenida Bulton

(Narrador: Bifurcarse; que se divide en dos parte o secciones)

Era casi el atardecer. Las calles estaban oscureciendo, las lámparas mágicas empezaron a iluminar el ambiente. Esa vista mágica, maravillosa creo una atmósfera agradable que se mezcló con el calor del verano de la calle.

Si la Avenida Bulton fuera el rostro de Tristania, entonces la Calle Chikutonn sería el intestino. Los bares indecentes y los casinos estaban alineados a lo largo de la calle. Montmorency frunció el entrecejo, pero Kirche camino despreocupadamente como si ya tuviese experiencia en esos lugares. Mientras caminaban el grupo comenzó a discutir donde ir.

Kirche: ¿Conoces algún bar de por aquí?- Pregunto a Guiche.

Guiche: Bueno… sé de uno al que siempre he querido ir.- Contesto con una sonrisa.

Montmorency: No es un bar raro, ¿o sí? Pregunto cuando noto de voz en Guiche.

Guiche: ¡Absolutamente no es nada raro!- Dijo agitando su cabeza en negación.

Montmorency: ¿Entonces qué tipo de bar es?- Ante su pregunta Guiche se quedó callado.- ¡Lo ves! ¡Si es un bar raro! ¡Simplemente dilo!- Exclamo para luego comenzar a estrangularlo.

Guiche: ¡N-No lo es! ¡Solo hay muchachas con ropas muy lindas que te sirven vino…! ¡Arg!

Montmorency: ¡Si no es raro, entonces dime ¿Qué es?!

Kirche: Eso suena divertido.- El bar que Gucihe mencionaba, llamo el interés de Kirche.- Vamos allí, aparte un simple bar sería demasiado aburrido.

Montmorency: ¡¿QUÉ?!- Bramo la rubia.

Kirche: ¿Acaso ninguna mujer de Tristain tiene algo de confianza con el pobre de Guiche? Que patético.- Dijo con voz burlona.

Montmorency: Simplemente el vino sabe horrible si nosotros, los nobles, permitimos que esas mujeres de clase baja lo sirvan.- Dijo molesta.

Pero…por lo visto, nadie le hizo caso a su comentario ya que Gucihe, quien fue apoyado por Kirche para ir a ese bar, empezó a saltar muy alto. Montmorency no tuvo otra elección más que seguirlos.

--Posada ‘Hadas Encantadoras’—

Scarron: ¡Bienvenidos!

Cuando ellos entraron en la posada, un hombre alto que llevaba una camisa de cuero les dio la bienvenida al establecimiento.

Scarron: ¿Oh, ustedes son nuevos? ¡Mis nobles damas que hermosas son!- Dijo al ver al trio de féminas.- ¡Tré bien! Las muchachas en la tienda tendrán celos, yo soy el dueño de este lugar, Scarron. ¡Por favor disfruten su estancia!- Dijo el hombre mientras torcía y arqueaba su cuerpo.

Aunque parecía ser un hombre tosco, él los halago, por lo que Montmorency estaba ahora de buen humor. Ella se peinó su pelo con sus dedos.

Montmorency: Llévenos a la mesa más limpia.

Scarron: Cada mesa de esta posada se friega para brillar tanto como la de Su Majestad.- Dijo guiando ahora al grupo a una de las mesas.

Los cuatro pudieron notar que la barra parecía realmente estar brillando.

Simplemente como los rumores que escucharon, había muchachas que llevaban atractivas ropas y que estaban sirviendo vino y comida. Guiche ya estaba echando una mirada lujuriosa a su alrededor, pero su éxtasis termino cuando su oreja fue jalada por Montmorency.

Después de que el grupo se sentó alrededor de la mesa, una muchacha de cabellos castaños vino a tomar su orden.

Kira: Muy buenas noches, mi nombre es Kira y yo los atender esta noche.- Se presentó la chica a los cuatro nobles.- (Esto es malo, ¿Qué rayos hacen ellos aquí?, si nos descubren van a estropear la misión)

Kira / Louise, se preguntaba muy consternada que demonios hacían cuatro de sus compañeros de la Academia en este lugar, fuese como fuese no podía permitirse denotar ni un solo ápice de su verdadera identidad.

Guiche: Bueno, ¿Qué nos recomiendas?- Pregunto coquetamente siendo respondido por un pisotón en el pie.

Kira: Bueno, les sugiero un plato de brochetas de pollo tierno envueltas en pasta y cubiertas con miel.

Kirche: ¿Y cuál es el vino qué recomienda?

Kira: En ese caso les sugeriría un vino de Gernew bien añejo. Pues como dice mi hermano. “Entre más arrugada la pasa, más dulce es la fruta”- Sugirió mientras forzaba su voz a un tono más grave.

Kirche: Ehh, buen refrán. Entonces creo que pediremos eso.- Dijo mientras miraba distraídamente su vaso.

Kira: De acuerdo, en un momento se los traigo.- Dijo mientras se alejaba de la mesa para ir a la cocina.

Cuando la chica se fue, nuevo clientes ingresaron al bar. Eran unos nobles guapos.

Tenían sombreros desgastados con bordes grandes, adornados con plumas elegantes y también tenían espadas y varitas que sobresalían de sus capas. Parecían ser funcionarios del Ejercito Real.

Seguramente habían estado entrenando el día entero, puesto que entraron sin ningún cuidado al local y dieron una mirada alrededor de las mesas.

Los funcionarios empezaron a hablar sobre las diferentes muchachas en el bar. Muchas chicas diferentes sirvieron vino pero ninguna parecía satisfacer a los funcionarios. Más uno de los funcionarios notó a Kirche y le guiño un ojo.

Soldado 1: ¿No es una muchacha noble?- Dijo mirando a la pelirroja.- ¡Las mujeres que tienen que estar con nosotros deben llevar consigo una varita!

Soldado 2: ¡Eso es verdad!- Estuvo de acuerdo con su compañero.- Este es un descanso muy raro que Su Majestad nos ha dado a nosotros, los soldados del Ejército Real. No podemos dejar que simplemente algunas plebeyas viertan nuestro vino.

Mientras decían cosas así, estaba decidiendo ruidosamente quien irìa e invitaría a las muchachas. Al parecer Kirche estaba acostumbrada a este tipo de cosas y continuaba bebiendo su vino, pero Guiche comenzaba a sentirse intranquilo. Supuso que estaba en la posición donde debe estar escoltando a las muchachas, pero no podría hacerse el duro delante de los nobles que eran soldados del Ejército Real.

Muy seguramente sería apaleado.

Luego de un rato tomaron la decisión de quién de ellos iba a hablarles. Uno de los nobles se puso de pie, era un hombre bien parecido que se notaba haber cumplido hace poco los veinte años. Jugo con su bigote y lleno de confianza, dio una elegante reverencia frente a Kirche.

Soldado 3: Nosotros somos soldados que pertenecen al regimiento de Navaaru. Estamos angustiosamente heridos por su belleza y me gustaría invitarla a cenar en nuestra mesa.

Kirche: Lo siento, pero estoy disfrutando de un descanso con mis amigos.- Respondió sin mirarlo.

Los amigos del soldado comenzaron a gritar. Si se retiraba ahora, destrozaría su orgullo, así que empezó a persuadir a Kirche.

Soldado 3: Le suplicare ignorar eso. Por favor otórguenos un momento de felicidad a nosotros quienes tenemos una batalla cruel que nos espera.- Dijo con palabras más entusiastas.

Pero aun así, Kirche apenas le prestó atención.

El noble regreso desilusionado con sus compañeros.

Soldado 1: Se nota que no eres popular con las mujeres.- Dijo, más el soldado solo agito su cabeza.- ¿Oíste su acento? Ella tiene que ser una mujer de Germania. ¡Bastante sospechoso para un noble, si me lo preguntas!

Soldado 3: Pero yo oí que las mujeres de Germania son muy lujuriosas. Bastante raro ver a una mujer con una conducta tan firme.

Soldado 2: ¡Probablemente sea una protestante recién convertida!

Quizá fuese debido al alcohol, pero los funcionarios comenzaron a decir cosas insultantes contra Kirche. Guiche y Montmorency se miraron y le preguntaron a Kirche si quería dejar la mesa.

Kirche: Pero nosotros llegamos primero.- Murmuro para luego ponerse de pie.

Su larga cabellera parecía estar ardiendo como si fuera un fuego salvaje. Otros clientes y camareras junto prácticamente a todos los presentes en el lugar quedaron callados.

Soldado 2: ¡Ah, así que has cambiado de parecer y decidió acompañarnos!- Dijo el soldado de antes.

Kirche: Si, pero no a tomar algunas copas… sino con esto…- Dijo mientras tranquilamente sacaba su varita.

Ante su acción los hombres comenzaron a reír.

Soldado 1: Ni siquiera lo intente, señorita. Nosotros somos nobles y no apuntamos nuestras varitas a las mujeres.

Kirche: ¿Acaso les temen a las mujeres Germanianas?

Soldado 3: ¡Ridículo!

Los hombres continuaron riéndose.

Kirche: Entonces les hare sacar sus varitas.

Kirche giro su varita. De la punta de su varita salieron bolas de fuego que igualaban el número de soldado y, al instante, incinero las plumas decorativas de sus sombreros. El bar entero se estremeció, Kirche se levantó pare reverenciar al público.

Los hombres que se volvieron el hazmerreír de todos, se pusieron de pie rápidamente.

Soldado 2: Señorita, este chiste ha ido demasiado lejos.

Kirche: ¿Realmente? Pero yo siempre soy seria. ¡Y, no era usted quien me invito!

Soldado 2: Nosotros la invitamos a beber, no a luchar.

Kirche: ¿Entonces puedo batirme a duelo con los señores que me insultaron solamente porque no acepte su oferta para beber?

La atmósfera del bar se sintió fría.

Soldado 3: Señorita, ¿es usted consiente de la política del No Duelo? Bajo la orden de Su Majestad, nosotros nos abstenemos de batirnos en duelo en público. Pero usted es extranjera. Con tal de que alcancemos un duelo entre nosotros, podríamos hacer prácticamente algo para usted. ¿Está de acuerdo bajo este conocimiento?

Kirche: Los nobles de Tristain realmente tardan mucho tiempo en sus discursos. Si esta fuera Germania, el duelo habría terminado acabado ahora.

Los soldados ahora no podrían ceder después de haber sido el hazmerreír de están manera tan vergonzosa. Se miraban entre ellos el uno al otro.

Soldado 1: Escoja su oponente, tiene ese derecho.- Dijo agarrando el borde de su sombrero.

Mas sin embargo Kirche no cambio su expresión. En sus ojos había un ardiente enojo arremolinándose dentro de ella. Entre mayor el enfado Kirche, más serena y sarcástica se volvía.

Kirche: Como usted ha dicho, las mujeres de Germania son lujuriosas, por eso cuidare de todos ustedes juntos.

El aplauso resonó dentro del bar ante las valientes palabras de Kirche. Las caras de los soldados se volvieron de un brillante rojo carmesí debido al enojo del insulto.

Soldado 1: Somos nobles pero al mismo tiempo también soldados. Cuando nos insultó, nos desafío, y no nos detendremos aun cuando el enemigo sea una mujer ¡venga!

El noble apunto al exterior de la posada con su barbilla. Guiche como siempre temblaba por la situación, Montmorency simplemente estaba bebiendo su vino como si no fuera asunto suyo.

La única que estaba de pie era Tabitha.

Kirche: No tienes por qué preocuparte por ellos. Siéntate, habré terminado en un momento.- Dijo mas Tabitha agito su cabeza.- ¿Piensas que no podre vencerlos?

Tabitha: No, yo ire.

Kirche: Esto no te concierne.- Dijo, pero de nuevo Tabitha agito su cabeza.

Tabitha: Te lo debo.

Kirche: ¿Te refieres al incidente en el Lago Ragodrian? No importa. Me involucre por mi voluntad.

Tabitha: No es eso.

Kirche: ¿Eh?

Tabitha: Te debo una.- Murmuro claramente.

Kirche recordó algo con esas palabras.

Kirche: Eso fue hace mucho tiempo.- Sonrió para posteriormente pensarlo por unos instantes para luego decidir dejar ir al duelo a su miaga.

Soldado 1: ¿Qué paso? ¿Se asustó tu amiga?- Pregunto al ver que, quien se encaminaba con ellos no fue la pelirroja sino la pequeña niña peli azul.- Nosotros la perdonaremos si usted se disculpa ahora.

Soldado 2: Sin embargo, todavía tendrá que servirnos el trago a nosotros.

Soldado 3: Tendras suerte si solamente terminas sirviéndonos el trago.

Los soldados volvieron a reírse, Kirche apunto a Tabitha.

Kirche: Les pido perdón, pero ella tiene mayores habilidades que yo. Incluso ella tiene el título de Chevalier.

Ante eso los soldados pusieron una expresión dudosa. Tabitha camino tranquilamente a la entrada del bar.

Kirche: ¿Acaso alguno de ustedes, señores, tiene el título de Chevalier?

Los soldados se vieron el uno al otro por la incredulidad.

Kirche: Entonces ella debe ser suficiente para estar a vuestra altura.

Al terminar de hablar Kirche se sentó en una silla como si su trabajo hubiese terminado. Los soldados, ahora no podían retroceder, siguieron a Tabitha al exterior de la Taberna.

Guiche: ¿Ella va a estar bien?

Pero Kirche únicamente bebía elegantemente su vino.

Kirche: Esa muchacha nunca se olvidara de esa clase de aburridas promesas.- Murmuro alegremente.

Afuera, Tabitha estaba enfrente de los soldados a diez pasos. A su alrededor, los vecinos rodearon a los duelistas, emocionados pero guardando la distancia prudente. En realidad, aunque la política de No Duelo estaba en efecto, ellos no detuvieron aquella lucha entre nobles. Este tipo de duelos era una ocurrencia cotidiana.

Pero… el oponente de los tres soldados del Ejército Real era una pequeña muchacha muy joven. Esa combinación llamo la atención de los espectadores.

Soldado 2: Señores, nuestro oponente es una niña. Nuestro honor va a ser estropeado sin importar si ganamos o perdemos. ¿Qué haremos?- Pregunto el soldado más joven.

Soldado 3: ¿Por qué no permitirnos que ella ataque primero?- Opino en tono feliz.

Tabitha estaba siniestramente parada con su bastón en su mano derecha. Nada podría determinarse de su expresión. No parecía que la muchedumbre ni los tres soldados le importasen.

Soldado 1: Mi pequeña dama, por favor utilice su bastón primero.- Dijo el más viejo de los nobles.

Los espectadores contuvieron la respiración y miraron atentamente.
Tabitha ondeo tranquilamente su bastón, como aquella vez que hizo un viento para refrescar a Kirche…

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