Capítulo 20 : El Choque Inesperado

26 2 0
                                    


Dulce estaba en la cancha de baloncesto del internado, disfrutando de un poco de sol después de una larga mañana de clases. Estaba esperando a Anahí, quien había ido a buscar unas bebidas, cuando vio a Alfonso acercándose con una sonrisa juguetona en el rostro. Sabía que Alfonso nunca había dejado de interesarse por ella, pero desde que estaba con Christopher, había tratado de mantener cierta distancia. Sin embargo, Alfonso parecía tener otros planes.

—Hola, Dulce —dijo Alfonso con su tono encantador, apoyándose contra la pared junto a ella—. Hace tiempo que no hablamos, ¿no crees?

Dulce sonrió educadamente, sin querer ser grosera.

—Hola, Alfonso. Sí, ha pasado un tiempo. ¿Cómo estás?

—Mucho mejor ahora que te veo —respondió él, acercándose un poco más de lo que ella consideraba cómodo.

Dulce dio un paso hacia atrás, sintiéndose un poco incómoda con la cercanía de Alfonso.

—Estoy con Christopher, Alfonso. Ya te lo he dicho antes —le recordó Dulce, tratando de ser firme.

Alfonso sonrió con arrogancia.

—¿Y eso qué? ¿No puedo ser amable con una amiga? —dijo, pero en su voz había un tono que la hacía sentir que tenía segundas intenciones.

Dulce estaba a punto de responder cuando, de repente, Alfonso dio un paso más cerca y, sin previo aviso, intentó besarla. Dulce reaccionó rápidamente, girando la cabeza para evitar el beso y empujándolo hacia atrás con fuerza.

—¡¿Qué te pasa, Alfonso?! —exclamó Dulce, sus ojos llenos de furia.

Pero antes de que Alfonso pudiera responder, Christopher apareció en la escena, con el ceño fruncido y los ojos llenos de rabia.

—¿Qué demonios estás haciendo, Alfonso? —exigió Christopher, su tono peligrosamente calmado.

Alfonso sonrió con una expresión provocadora, claramente disfrutando de la tensión.

—Solo estoy hablando con mi amiga, ¿no es cierto, Dulce? —dijo, ignorando completamente la furia de Christopher.

Christopher avanzó hacia Alfonso, sus puños apretados a los lados.

—Aléjate de ella —advirtió Christopher, con un tono que dejaba claro que no estaba bromeando.

Alfonso se encogió de hombros, pero su sonrisa no desapareció.

—¿Y si no quiero? —respondió, desafiando abiertamente a Christopher.

Dulce se interpuso entre los dos, tratando de calmar la situación.

—¡Ya basta! Alfonso, aléjate. Y Christopher, cálmate, por favor —dijo, tratando de mantener la paz.

Pero Alfonso no estaba dispuesto a dejarlo así.

—¿Por qué te pones del lado de este tipo, Dulce? Sabes que siempre he sido yo quien ha estado a tu lado —provocó Alfonso, mirando a Christopher con desprecio.

Christopher dio un paso más cerca, su paciencia claramente al límite.

—Te lo advertí, Alfonso —dijo entre dientes—. No me provoques.

Anahí llegó en ese momento, con las bebidas en la mano, pero al ver la escena, dejó todo a un lado y corrió hacia Dulce.

—¿Qué está pasando aquí? —preguntó Anahí, notando la tensión en el aire.

Alfonso se volvió hacia Anahí, su tono cambiando de inmediato a uno más agresivo.

—Esto no te incumbe, Anahí. No te metas donde no te llaman —le espetó Alfonso.

Anahí no se dejó intimidar.

—¡Claro que me incumbe! ¡Dulce es mi amiga y no voy a dejar que la molestes! —respondió con firmeza.

Alfonso se rió con desdén.

—Vaya, parece que ahora Dulce necesita de su amiguita para que la defienda. ¿Qué pasa, Dulce? ¿No puedes manejarte sola? —dijo Alfonso, provocando aún más.

Dulce, furiosa, se giró hacia Alfonso.

—¡Basta, Alfonso! Ya no tienes nada que hacer aquí. Vete —le dijo, su tono firme y lleno de determinación.

Christopher, viendo que Alfonso no cedía, decidió intervenir una vez más.

—Te lo diré una última vez, Alfonso. Aléjate de Dulce y dejen de provocarnos —dijo, su voz baja pero llena de amenaza.

Pero Alfonso solo sonrió más ampliamente, disfrutando de cada momento.

—¿O qué? ¿Vas a hacer algo al respecto, Christopher? —respondió, acercándose un paso más, claramente buscando una confrontación.

En ese momento, la tensión estalló. Christopher, sin poder contenerse más, empujó a Alfonso con fuerza.

—¡Cállate ya, maldito! —gritó Christopher.

Alfonso, recuperándose rápidamente del empujón, se lanzó hacia Christopher, golpeándolo en el pecho. Dulce y Anahí intentaron intervenir, pero los dos chicos ya estaban demasiado enfocados el uno en el otro.

—¡Deténganse! ¡Por favor! —gritó Dulce, pero su voz se perdió en el caos.

La pelea se volvió más intensa, con ambos lanzando golpes y gritando insultos. En un momento dado, Christopher logró derribar a Alfonso al suelo, pero antes de que pudiera hacer algo más, Anahí y Dulce finalmente lograron separarlos.

—¡Ya basta! —gritó Anahí, interponiéndose entre los dos chicos—. ¡Esto no resolverá nada!

Alfonso, respirando con dificultad, miró a Christopher con desprecio.

—Esto no ha terminado, Christopher —dijo, antes de dar media vuelta y marcharse, limpiándose la sangre del labio.

Dulce, aún en estado de shock, se volvió hacia Christopher, sus ojos llenos de preocupación.

—Christopher, ¿estás bien? —preguntó, tocándole el brazo con suavidad.

Christopher asintió, todavía furioso, pero tratando de calmarse.

—Sí, estoy bien. Pero ese tipo no se quedará tranquilo... —murmuró, mirando hacia donde Alfonso había desaparecido.

Anahí suspiró, mirando a Dulce con preocupación.

—Esto se está saliendo de control, Dulce. Tenemos que ser más cuidadosos —dijo.

Dulce asintió, sabiendo que tenían razón. La situación con Alfonso estaba lejos de haber terminado, y tendría que estar preparada para lo que viniera después.

Amor a la medianoche Donde viven las historias. Descúbrelo ahora